viernes, 3 de enero de 2014


EN BUSCA DE APROBACIÓN
Las razones por las que buscamos un "padre" son numerosas
y a veces complejas. Algunos buscan debido a que no tuvieron
padre, otros debido a una figura paternal negativa en sus años
formativos de crecimiento. Cualesquiera que sean las razones,
lo significativo es que buscamos y que la necesidad es real. El
anhelo por un padre modelo es tan profundo que estoy conven-
cido de que Dios puso esa necesidad dentro del hombre y la
mujer. Pero no se realizará nuestra necesidad ni terminará
nuestra búsqueda hasta que veamos a Dios como nuestro único
Padre competente. Se ha dicho que dentro de toda persona hay
un vacío con forma de Dios que sólo Dios puede llenar.
Pudiéramos decir también que dentro de toda persona hay un
vacío en forma de padre que sólo Dios el Padre puede llenar
Dios el Padre.
En el libro The Secrets Men Keep (Los secretos que guardan
los hombres), el doctor Ken Druck (con James C. Simmons)
enumera seis aspectos importantes en los hombres donde guar-
dan secretos. El primero en la lista es: "Los hombres anhelan
secretamente el amor y la aprobación de su padre."2
Escribe Druck: "A menudo desconocen que 'la búsqueda de20 El padre que nunca conocí
papá' está detrás de su impulso de probarse a sí mismos una y
otra vez." Para escribir su libro, Druck entrevistó e investigó a
cientos de hombres. Sus conclusiones señalan la preponderancia en los hombres de la búsqueda de un padre.
Nos sorprendería saber que el denominador común más
poderoso que ejerce influencia sobre la vida de los hombres
hoyes la relación que tuvieron con su padre ... De los
cientos de hombres que he entrevistado a través de los
años, quizás el noventa por ciento admitieron tener toda-
vía ataduras afectivas que se remontaban a sus padres.
En otras palabras, todavía recurrían a sus padres, aunque
ellos estuvieran muertos hacía años, para recibir aproba-
ción, aceptación, afecto y comprensión.
Esto es típico, sea que la relación haya sido buena o mala.
¿No es sorprendente que algunas personas pasen por la vida
sin nunca darse cuenta de que anhelan la aprobación de su
padre? Quizás los años de desilusión y el levantamiento lento
de muros sea lo que nos separe de los anhelos sin realizar de
nuestra niñez y adolescencia.
Muchas familias viven con profundas penas. A veces éstas
nunca se resuelven. Año con año, infligen una pérdida en forma
de amargura y de derrota.
Louie Anderson, el rotundo y amuchachado cómico con
rutinas humorísticas acerca de la familia, escribió un libro
titulado Dear Dad (Querido papá). Es una serie de cartas
escritas a su padre alcohólico después que éste murió. Aunque
las cartas están entrelazadas con humorismo, Anderson revela
el dolor y la ira de ser uno de once hijos de un padre alcohólico.
Anderson escribió el libro para enfrentarse con su ira hacia su
negligente padre.
Una vez una mujer se le acercó y exclamó:
- Ah, usted es el cómico que no dice malas palabras.
Ella se refería a su relativamente limpia actuación. Pero
como muchos cómicos, Anderson respondió con humorismo
derivado del dolor.
- Las digo todo el tiempo. Familia. Es la palabra más sucia
que conozco.
La mujer rió y dijo:
- No, no me refiero a ésa.
Anderson sonrió y dijo:
- Ésa también la digo todo el tiempo ... Padre. Está en la
misma categoría que Familia. Casi intercambiables.
Bromeando con ella reveló mucho del dolor de su familia.
Anderson estaba sonriendo, sólo porque de. no hacerlo habría
estado llorando.
Cuando los padres traicionan la confianza de sus hijos, el dolor
que comienza en la niñez puede cobrar un alto precio en la vida
adulta. Anderson dijo que las cartas a su padre le ayudaron a
pasar de la ira al perdón. Pero a veces cubrimos nuestro dolor con
la esperanza de que se vaya. A veces para cuando llegamos a
adultos hemos perdido el contacto con nuestros anhelos secretos.
.En otro estudio hecho sobre hombres y sus padres, el autor
descubrió el mismo anhelo secreto que Druck.
Los hombres anhelan a un padre que sea cariñoso,
receptivo, físicamente afectuoso y consolador, sincero
con sus sentimientos, que apruebe y acepte a sus hijos
a pesar de sus faltas ... La mayoría de los hijos casi
siempre quedan perpetuamente desilusionados.
Los resultados son similares con las mujeres. Suzanne
Fields entrevistó a cientos de mujeres mientras hacía el trabajo
de investigación para su libro Like Father, Like Daughter (De
tal padre tal hija). Ella encontró una y otra vez que esas
mujeres anhelaban una cercanía mayor con sus padres. "Esta
tesis central surge de cientos de entrevistas y cuestionarios:
Papá se esconde, y nosotras lo buscamos para siempre, sólo
ocasionalmente lo sacamos de su escondite."
Escuche lo que dijeron algunas de estas mujeres en. su
entrevista:
• Una cajera de treinta y ocho años de un banco en Dakota del
Norte se lamenta: "Él nunca preguntó por mí realmente, y
me doy cuenta ahora de que no tengo idea de quién sea él en
realidad. ¿Cuáles fueron sus sueños y sus temores y quiénes
fueron los diablos que lo sedujeron con whisky y trabajo,
manteniéndolo apartado de nosotros? Él nunca notó cuando
me corté el pelo que era largo y lacio y lo cambié a corto y
rizado."7
• Una supervisora de oficina de cuarenta y cuatro años en
Nashville recuerda: "Muy dentro de mi se que me quería.
Pero deseo más que nada que me hubiera expresado un poco
de ese amor directa y verbalmente, si no físicamente. ¡Sólo
desearía que hubiera pronunciado las palabras.
• Una secretaria de treinta años de Flagstaff, Arizona, tuvo su
única conversación de corazón a corazón con su padre después
de su ataque cardiaco. "Tuvimos una larga conversación tem-
prano al despuntar el alba, junto a un lago donde In! padre
había ido a recuperarse. Esta fue la única oportunidad en que
tuvimos una conversación verdaderamente íntima. Hablamos
de cómo se sentía él como padre."
• Una joven mujer de Vermont que no ha visto a su padre, en
cinco años dijo: "Todavía busco el amor y la aceptación incondicional que nunca recibí de él .
• Suzanne Fields resume de manera conmovedora: "Pero en la
mayoría de los recuerdos de estas mujeres persiste un melancólico y elegíaco lirismo de deseo vivo, siempre deseando
más, más, más, un hambre de algo nunca logrado en la
intimidad del corazón. En su lugar, hay una terrible tristeza,
un vacío, o una abrumadora y destructiva ira.


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