miércoles, 13 de junio de 2012

MATRIMONIO SAGRADO 2

MATRIMONIO SAGRADO 2

 La Trampa del Romanticismo
Si este punto de vista suena radical, es importante
recordar que el concepto del “amor romántico” que
es tan celebrado en los medios populares, era casi
desconocido en la antigüedad. Hubo excepciones,
pero el concepto de que el matrimonio debe
involucrar la pasión y emoción y realización personal
se desarrolló relativamente reciente en la historia
humana, llegando a ser popular alrededor del fin del
siglo 11.2
Esto no es para decir que el romance en sí está mal
o que el deseo por más romance es necesariamente
malo; los buenos matrimonios trabajan fuerte para
preservar un sentido de romance. Pero la idea de
que un matrimonio puede sobrevivir con solo
romance, o que los sentimientos románticos son
más importantes que cualquier otro factor en cuanto
a escoger a una pareja, ha hecho naufragar muchos
barcos matrimoniales.

En su ensayo acerca del matrimonio, Katherine
Anne Porter explora los altibajos del matrimonio, y
hace las siguientes observaciones acerca del la
joven recién casada:
Está desmayada, horrorizada y llena de culpabilidad
porque se está dando cuenta de que ella es capaz
de odiar a su esposo, a quien ama fielmente. Lo
puede odiar tan feroz y misteriosamente como
odiaba a sus padres, a quienes ama, cuando era
niña…
Creía que había superado esto, pero aquí está otra
vez, un elemento de su propia naturaleza que no
puede controlar, o teme que no puede. Tendría que
esconder esto de su esposo…Quiere mantener su
amor.
Más que todo, quiere que él esté absolutamente
confiado que ella le ama, porque esto es la verdad,
no importa que tan irrazonable suena, a pesar de
que sus propios sentimientos los traicionan a ambos
a veces.
Con solo una perspectiva romántica del matrimonio,
advierte Porter, una joven puede perder su calma.
“Teme que su matrimonio fracase porque…a veces
siente una hostilidad dolorosa hacia su esposo, y no
puede admitir la realidad de esto porque sería una
admisión que dañaría en sus propios ojos su idea de
lo que debe ser el amor romántico.”El amor romántico no tiene nada de elasticidad.
Jamás puede ser estirado; simplemente se rompe.
El amor maduro, el tipo exigido por buen matrimonio,
tiene que estirarse, dado que en la condición
humana todos llevamos emociones contradictorias.
“Su odio es tan real que su amor,” explica Porter.
Esta es la realidad del corazón humano, es
inevitable cuando dos personas pecaminosas se
comprometen a vivir juntos, con todos sus defectos,
por el resto de la vida.
El matrimonio nos recuerda de la realidad diaria de
vivir como seres humanos pecaminosos en un
mundo radicalmente quebrantado. Queremos amar
pero frecuentemente terminamos por odiar.
Una perspectiva madura y sensible espiritualmente
tiene que ser construida sobre el fundamento del
amor maduro en lugar del romanticismo. Pero de
inmediato esto nos pone en contra de la cultura.
En su obra clásica The Screwtape Letters, C.S.
Lewis satíricamente ridiculiza la obsesión con el
romanticismo de nuestra cultura. El demonio
Screwtape jacta así: “Los humanos que no tienen el
don de la abstinencia pueden ser desviados de
buscar el matrimonio como la solución porque no se
encuentran ‘enamorados’ y, gracias a nosotros, la
idea de casarse con cualquier otro motivo les parece
baja y cínica.” 4
Nosotros casados nos damos cuenta que después
de algún tiempo la relación matrimonial se siente sin

chispa. Las parejas responden en diferentes
maneras. Muchos romperán su relación e intentarán
recrear el romance apasionado con otro. Otras se
irán por abajo en un especie de guerrilla
matrimonial, una lucha pasiva-agresiva en la cual
cada uno echa la culpa al otro por su insatisfacción o
la falta de emoción. Algunas parejas deciden
meramente cohabitar. Aun otros quizá optan a
buscar un significado más profundo, una verdad
espiritual escondida en la situación de intimidad
forzada.
Podemos huir de los desafíos del matrimonio o
podemos admitir que cada matrimonio nos presenta
estos desafíos, y enfrentarlos directamente. Si
encontramos que las mismas dificultades desafían
cada matrimonio, podemos deducir que Dios diseñó
un propósito en este desafío que trasciende algo tan
ilusorio como la felicidad.
Este libro busca aquello propósito y significado--
¿Cómo podemos descubrir en los desafíos del
matrimonio las oportunidades para aprender más
acerca de Dios, crecer en nuestro entendimiento de
él, y aprender a amarle mejor?

MATRIMONIO SAGRADO 1

MATRIMONIO SAGRADO

Capítulo 1: El Desafío Más Grande
del Mundo: Un llamado a la santidad
más que a la felicidad






Vamos a disecar varios matrimonios para ver lo que
realmente está pasando adentro, y luego explorar
cómo podemos lograr entendimiento y crecimiento
espiritual de los desafíos que contienen. No
buscamos respuestas sencillas—tres pasos a una
comunicación mejor, por ejemplo—porque esto no
es un libro que te diga cómo tener un matrimonio
más feliz. Es un libro que investiga cómo podemos
usar los desafíos, los gozos, las luchas, y las
celebraciones del matrimonio para acercarse a Dios
y crecer en carácter Cristiano.
Un gran escritor Cristiano, Francis de Sales, escribió
en el siglo 17, que el matrimonio puede ser el
ministerio más difícil que jamás se pudiera
desempeñar. “El estado del matrimonio requiere
más virtud y constancia que cualquier otro…Es un
ejercicio perpetuo de mortificación.” 1 Para recibir
beneficio espiritual del matrimonio, debemos ser
honestos. Tenemos que ver nuestras propias
decepciones, admitir nuestras actitudes feas, y
enfrentar nuestro egoísmo. También tenemos que
despojarnos de la idea de que podemos superar las
dificultades en el matrimonio si simplemente oramos
más o aprendemos unos principios sencillos. Tales
“pasos sencillos” funcionan solo superficialmente,
porque hay un asunto más profundo que tiene que
ser examinado: ¿Qué tal si Dios no diseñó el matrimonio para que fuera “más fácil”? ¿Qué tal si
Dios tenía en mente otra finalidad más allá de
nuestra felicidad, nuestra comodidad, y nuestro
deseo de estar infatuados y contentos como si el
mundo fuera un lugar perfecto? Y ¿Si Dios diseñó el
matrimonio para hacernos santos más que para
hacernos felices?

EL MATRIMONIO SAGRADO

EL MATRIMONIO SAGRADO



¿QUÉ TAL SI DIOS
DISEÑÓ EL
MATRIMONIO MÁS
PARA HACERNOS
SANTOS QUE PARA
HACERNOS
FELICES?

GARY THOMAS

Algunos secretos de los matrimonios felices


Algunos secretos de los matrimonios felices
Cuando se les pregunta el secreto de la felicidad de su matrimonio, muchas parejas en esta gozosa situación lo atribuyen a la suerte. Les parece natural, no se les ocurre cómo podría ser de otra manera, ya que tuvieron la fortuna de encontrar a esa maravillosa pareja. No se dan cuenta de que fue su inconsciente el responsable de esa elección, gracias al modelo que aprendieron en su familia de origen, donde —la mayor parte de las veces— los propios padres tuvieron un matrimonio feliz. También aprendieron en su primer hogar a ser tratados con respeto y cariño; fueron acogidos con amor y luego se les impulsó a ser libres. De ahí que hayan logrado hacer una elección sana.
¿Pero qué pasa cuando no se contó con la fortuna de un hogar así?  Quienes vienen de un hogar desintegrado o una familia disfuncional, ¿no tienen posibilidades de lograr un matrimonio feliz?
Claro que pueden lograrlo, pero tienen que lograr primero una madurez básica y luego ser conscientes de las dificultades que enfrentan, de las necesidades propias, las del cónyuge y las de la relación, para de este modo salvar los obstáculos que se les presentan.
Para lograr un matrimonio feliz hay algunos puntos que son de crucial importancia.  Estos son algunos de los secretos de los matrimonios felices, según algunos expertos en el tema.  Estas parejas:
* Nutren constantemente su relación.
* Respetan la individualidad del otro, su ser, su personalidad, su desarrollo en el mundo.
* Respetan la libertad del otro.
* Reiteran día a día el compromiso que tienen uno con el otro.
* Son, uno para el otro, los mejores amigos.
* Tienen un intercambio flexible de posiciones de poder.  Según las situaciones y de acuerdo con las capacidades de cada quien, a veces uno y a veces el otro ejerce el liderazgo.
* Aun con el paso de los años se mantiene la atracción física. 
* La relación sexual es libre, espontánea y satisfactoria.
* Se tocan, abrazan, besan, acarician.
* Tienen sentido del humor, especialmente cuando se trata de enfrentar sus diferencias.
* Expresan lo que sienten y sus sentimientos son validados por el otro.
* Dicen lo que se los ocurre; no se avergüenzan de parecer tontos o ignorantes.
* Dicen claramente lo que piensan cuando algo no les parece correcto.  
* Tienen gestos como llamarse al trabajo, comprarse flores o pequeños obsequios, decirse “te amo”, halagarse mutuamente, planear encuentros juntos, momentos especiales…

¿Ayuda Idónea? ó ¿Ayuda Errónea?


¿Ayuda Idónea? ó ¿Ayuda Errónea?
 Texto: Génesis 2:18
“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”
Luego que Dios creo al hombre se dio cuenta que no era bueno que el hombre estuviera solo, pues me imagino a un Adán viendo al León con la Leona, al Caballo con la Yegua, Al Elefante con su pareja y así a la gran cantidad de animales a los cuales les había puesto nombre, pero en algún momento se dio cuenta que el era único, no había alguien similar a el y quizá se sintió un poco triste, pero aun así el trabajaba en lo que Dios le había encargado, esto era: cuidar del jardín y colocar nombre a los cientos y cientos de animales.
Dios percatándose de eso me imagino que se dio cuenta que no era conveniente que estuviera solo, primero porque seguramente necesitaba alguien que lo comprendiera, alguien que lo amara y sobre todo alguien que lo respaldara en sus tareas diarias, por tal razón Dios dijo: “le haré ayuda idónea para él”.
Ahora bien, todo soltero anhela alguien que le haga compañía, que este con el o ella en las buenas y en las malas, que llore junto a el, que ría junto a ella, que pasen momentos juntos que sean inolvidables y que los llenen de alegría al sentirse amados. Y es que Dios sabe la importancia que tiene para el ser humano el hecho de sentirse querido y por tal razón decidió que tuviéramos pareja.
Pero la pregunta es: ¿Será ayuda idónea?, ó ¿Caeremos en la ayuda errónea?
Se que cada vez que escribo temas de noviazgo ustedes que me leen esperan que yo les diga todo lo que tienen que hacer o como es que las cosas serán para su vida, pero les tengo malas noticias: NINGUNA RELACIÓN ES IDENTICA, pueden ser parecidas pero jamás iguales, por tal razón no hay un modelo fijo a seguir, lo que a mi me paso o me resulto, puede que no sea igual para ti, pero eso no quiere decir que tomen lo bueno y desechen lo que crean que no da con su vida.
Ahora bien entremos en el tema:
¿QUE ES UNA AYUDA IDÓNEA?
Una ayuda idónea en el sentido amoroso seria una persona que te ama, te respeta, te ayuda y respalda en tu vida.
¿Cómo encontrare a mi ayuda idónea?
Será puesta en tu vida por Dios. Génesis 2:18b lo dice claro: “le haré ayuda idónea para él”. Eso quiere decir que es Dios quien te prepara esa ayuda idónea, es Dios quien la hace a tu medida. Y es que todo se basa en saber esperar el momento de Dios. Como lo he dicho en muchas ocasiones y no me cansare de repetirlo cuantas veces sea posible: “Dios tiene alguien especial para ti”. Dios sabe cuales son tus gustos, cuales son tus planes, que es exactamente lo que necesitas y por tal razón te tiene preparado un hermoso regalo, esa ayuda idónea que llenara todas tus expectativas, por lo que el único requisito es saber esperar el momento de Dios y no adelantarse a sus planes.
Cuando hablo de no adelantarse a sus planes, hablo del hecho de no querer darle una ayudadita a Dios, Dios no necesita que metas tus manos en lo que El ya tiene hecho. Por ejemplo: ¿Cuántas veces te has dejado llevar solo por su físico y te olvidas de otras cosas mas importantes como su relación personal con Dios, sus forma de ser, su visión de vida, su seriedad, etc.? Lastimosamente hay chicos y chicas que solo ven lo hermoso del rostro de la otra persona y dicen: “Esta tiene que ser”, ¿Qué es lo que te indica que esa persona es la indicada para ti?, ¿Sus ojos color azul o verde?, ¿Su color de piel?, ¿Su linda sonrisa o su carita de ángel?, ¡Por Favor!, estamos hablado de seriedad, estamos hablando de que esa persona podría ser tu futuro esposo o futura esposa, pues el noviazgo es eso, una preparación para el matrimonio, no estoy en contra de las mujeres lindas, ni de los hombres de buen parecer, pero en lo que si estoy en contra es que te dejes llevar solo por su aspecto físico. Y cuando digo que no estoy en contra de las personas hermosas es porque yo mismo me case con la mujer mas hermosa del universo, quien lleno todas mis expectativas. Pero mas allá de la hermosura física también hay aspectos importantes como ya los mencione que tienes que tener en cuenta a la hora de evaluar si esa persona es la que Dios quiere para ti o no.
¿Cómo se si es o no es?, ¿Cómo lo detecto?, como una buena amiga mía me lo preguntara, siempre que escribo para noviazgo doy las pautas que tienes que tomar en cuenta para saber si es o no el indicado o la indicada, el problema es que muchas veces leemos solo por leer, pero no analizamos lo que leemos, si ustedes leyeran cada tema de noviazgo que escribo se darán cuenta que siempre les indico que cosas tienen que tomar en cuenta para saber si es la persona indicada. A los que no les gusta leer mucho, me van a perdonar este día pero necesito dejar claro muchas cosas y según como veo este tema me llevara varias líneas.
¿Cómo se si es o no es?, bueno esto es fácil, algunos aspectos a groso modo serian:
1. Te tiene que gustar físicamente: El hecho de que no solo puedes fijarte en su aspecto físico no quiere decir que no tiene que gustarte físicamente. Es mas siempre aconsejo que la persona que es para ti te tiene que gustar a ti y solo a ti. Mis gustos no son los mismo que los tuyos por tal razón al único que le tiene que gustar esa persona es a ti. No te dejes llevar por tus amigos o familiares que digan: “A mi no me gusta, es muy feo o muy fea”, ¿Acaso son ellos a quien les tiene que gustar físicamente?, personas feas no hay, gustos si. Lo que para mi es bonito pueda que para ti no lo sea y viceversa. Entonces resumiendo esta parte una de las claves para saber que es la persona indicada es que te tiene que gustar físicamente sea como sea.
2. Tendrán una visión de vida similar: Algo importante de analizar es que tengan una visión de vida similar o compatible, como en otras ocasiones lo he dicho. Es importante que objetivos y planes sean similares o por lo menos compatibles, pues de esta forma podrán ser la ayuda idónea el uno para el otro. Ahora la contraparte seria que si tu eres dado al Ministerio a tiempo completo y la otra persona nada mas sueña como triunfar como profesional y no tanto en el ministerio, tienen que analizar eso, pues de esa forma es difícil (pero no imposible) que se puedan desarrollar como ayuda idónea el uno para el otro. ¡Ojo! Todo esto es antes de entablar el noviazgo.
3. Su forma de ser te gustara y su espiritualidad también: Si es una persona que busca de Dios y es muy buena persona en su forma de ser, será una clave más para saber si esta persona puede que sea para ti. Ya que es importante que tú aceptes a esa persona tal como es y que te guste su forma de ser y admires su relación personal con el Señor. La contraparte seria, que esta persona no sea un buen cristiano o cristiana y que su forma de ser no sea la de una persona que ha sido transformada por el poder de Dios.
4. Cuando ores al Señor te dará paz en tu corazón: Esto es lo más importante, la paz que Dios deposite en tu corazón hacia cierta persona será esencial para confirmar si es la persona que Dios te dará o simplemente es una emoción tuya.
¿Cuándo es una emoción?, cuando no has consultado a Dios, has dicho cosas antes de tiempo, estas adelantando el proceso, no consultas por consejo y tus ojos están cegados para no ver por otro lado. Todo eso es sinónimo que es una simple emoción.
¿Cuándo espero el tiempo de Dios?, cuando no le cuentas a nadie sobre lo que sientes por esa persona, cuando lo conoces y son amigos, mientras tanto oras mucho al Señor y le preguntas si es la persona indicada, esperas el tiempo necesario, además buscas consejo antes de tomar una decisión .
Ahora bien, ¿Qué sentiré cuando sepa que es la persona indicada?, Dios ha de poner en tu corazón una paz que te hará sentir que es para ti, es algo inexplicable que sentirás en ese momento, algo que jamás sentiste por alguien y una seguridad única como nunca la habías tenido. Te darás cuenta que esa personas era la que siempre habías soñado y que llena todas tus expectativas, sin duda será para ti LA AYUDA IDÓNEA.
Es importante también para encontrar a tu ayuda idónea que tengas muchas amistades, que conozcas personas, no puedes quedarte en tu casa toda la vida esperando a que la ayuda idónea toque la puerta de tu casa y te diga: “Hola, soy yo, tu ayuda idónea”. ¡NO!, tampoco me refiero a ir por el mundo cambiando de novia como te cambias de zapatos, hablo de entablar amistades, congregarte y participar en los Ministerios de la Iglesia, eso te ayudara a conocer personas que sienten y piensan lo mismo que tu, no te vayas a lugares en donde lo menos que harán es hablar de Dios, busca personas como tu para que el ambiente se pueda desarrollar sin ningún pormenor. Al conocer muchas personas te dará las pautas para que en momento determinado e indicado la persona que será para ti se presentara a tu vida y ahí es donde comenzara el proceso que antes de estas líneas mencione.
¿QUE ES UNA AYUDA ERRÓNEA?
Es aquella o aquel que lejos de aportar algo favorable trata de destruir todo, no apoya, no tiene una misma visión de vida, esta en contra de todo y las peleas son más constantes. En dicha relación predominan las peleas, las palabras fuera de tono, los insultos, los desprecios y la falta de respeto.
Ten cuidado con elegir a tu ayuda idónea, no sea que eligiendo mal te haga pasar un episodio triste y amargo en tu vida. Por eso siempre recomiendo que es importante mantener una relación personal con Dios en donde todos los días te comuniques con El, para no cometer esta clase de errores.
Amados, si en algún momento de tu vida te has topado con una ayuda errónea y no te fue nada bien, eso no quiere decir que sometiéndote a Dios y buscándolo, El no pueda darte a alguien más.
La voluntad de Dios es que todos podamos ser felices en el amor, El quiere ver familias felices pues sabe que de esa forma somos mas utilices en sus manos. Por tal razón siempre estará dispuesto a darte una nueva oportunidad, por tal razón NO COMETAS los mismos errores del ayer, ESPERA en Dios, toma en cuenta lo bueno que encuentres en este articulo y desecha lo que crees que no es conveniente. Como te repito, mi experiencia pueda que no sea similar a la tuya, pero de algo si estoy muy seguro: DIOS ME PREMIO con la mujer que me dio, es sin lugar a dudas MI AYUDA IDÓNEA.
TERMINO CON ALGO IMPORTANTE.
Pueda que muchas veces la tierra prometida este a 40 días de camino, pero nuestra falta de fe, desesperación o precipitación nos llevan a tomar el camino mas largo y convertir esos 40 días de camino en 40 años de peregrinación en el desierto. No elijas el camino mas largo, sométete al Señor, búscalo de todo corazón, deléitate en El y te seguro que Dios preparara para ti la mujer perfecta o el hombre perfecto que llenara todas tus expectativas.
BUSCA DEL SEÑOR y EL TE PREPARARA TU AYUDA IDÓNEA
Autor: Enrique Monterroza

Introducción del libro "Nuevos Creyentes" W. Nee

Introducción del libro "Nuevos Creyentes" W. Nee

LA IMPORTANCIA DE EDIFICAR A LOS CREYENTES NUEVOS
Uno
Al inicio de su vida cristiana se le debe enseñar enfáticamente a todo nuevo creyente a no confiar en sí mismo. Supongamos que un hermano es salvo a los cuarenta años de edad. Durante esos cuarenta años, esta persona vivió en el mundo, desperdició sus días en pecado, siguió las costumbres de esta era, y Satanás lo tenía atado. Durante esos cuarenta años de su vida, tal persona vivió conforme a su propia manera de ser y se condujo en conformidad con sus propios conceptos, sentimientos e ideas. Ahora que es salva, esta persona ya no debe tener ninguna confianza en sí misma. Debería, más bien, desconfiar mucho de sí misma.
Los cristianos tenemos ciertas normas, que son los estándares para llevar la vida cristiana, los ideales cristianos y los conceptos cristianos. Quienes desconocen tales normas no conocen lo que significa ser perfeccionados. Ellos, con arrogancia, se jactan de sí mismos y tienden a sentirse satisfechos consigo mismos y a confiar en sí mismos; puesto que desconocen esas normas, confunden lo erróneo con lo correcto y viceversa. Únicamente los que han aprendido las lecciones de la vida cristiana y conocen las normas que ésta supone, podrán decirles a los demás lo que no deben hacer y lo que no deben decir. Solamente ellos podrán distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. La edificación de los nuevos creyentes consiste en enseñarles esas normas de la vida cristiana a fin de que puedan conducirse conforme a ellas.
Dos
Lo primero que un nuevo creyente necesita hacer es anular total y completamente su pasado. ¿Por qué dijo el Señor: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, jamás entraréis en el reino de los cielos” (Mt. 18:3)? Esto significa que nuestra pasada manera de vivir era errónea; vivíamos en vanidad, y aquellos días no contaban para nada. Por ello, es necesario que todos nosotros tengamos un nuevo comienzo. La regeneración, de la cual se habla en el capítulo 3 de Juan, nos muestra la necesidad de tener una nueva vida, mientras que volvernos y hacernos como niños, que se menciona en Mateo 18, nos muestra la necesidad de anular nuestra pasada manera de vivir. Así pues, todo cuanto pertenece al pasado deberá ser demolido y desarraigado. El perfeccionamiento de un nuevo creyente consiste en derribar, uno a uno, todo elemento perteneciente a su pasado. Perfeccionar a una persona que ha sido salva a los cuarenta años de edad significa derribar completamente todo lo que ha adquirido durante los previos cuarenta años de su vida. Son muchos los que se arrepienten de sus pecados, mas no de lo que son ellos mismos. Nosotros no estamos tratando de poner vida en lo que está muerto, sino que nosotros hemos pasado de muerte a vida. Así, la edificación de un nuevo creyente consiste en identificar aquello con respecto de lo cual se deben tomar medidas, aquellas cosas que se deben eliminar, y las cosas que necesitan ser añadidas. Todo deberá ser juzgado de acuerdo con las normas bíblicas. Si algo no pasa la prueba de estas normas; es decir, si la manera en la que una persona se conduce sigue basada en sus experiencias pasadas, sus viejos hábitos o sus antiguos conceptos; entonces, tal persona está viviendo en grotesco error. En cuanto alguien cree en el Señor, tiene que abandonar todos y cada uno de sus antiguos conceptos. La regeneración le otorga nueva vida al hombre, mientras que al volverse como un niño, derrumba su vida pasada. En cuanto a la edificación de un nuevo creyente, en el aspecto negativo, ésta consiste en derribar todo cuanto él ha adquirido en el pasado; en el aspecto positivo, consiste en tener un nuevo comienzo, que le permitirá llevar una nueva manera de vivir.
Si un nuevo creyente no elimina y destruye todo cuanto ha adquirido en el pasado, él tendrá muchos obstáculos en su andar cristiano. Las cosas que hizo en el pasado seguirán remordiéndole la conciencia, y todo cuanto reciba de parte del Señor llegará a ser una mera añadidura a lo que él ha adquirido en el pasado. El resultado será una mezcla de la vida del Señor con la vida pasada de esta persona. Probablemente, esta persona todavía se tenga en muy alta estima y hable a los demás acerca de su sinceridad, su paciencia, así como de sus muchos sufrimientos. Quizás esté llena de orgullo y, aun así, se comporte con mucha humildad. Quizás codicie la vanagloria y los tesoros terrenales, sin embargo, piensa que ella está por encima de toda ambición mundana y toda ganancia vil. Muchas hermanas tienen una manera de ser muy peculiar y les resulta muy difícil llevarse bien con los demás. Muchos creyentes que son padres tienen ciertas ideas muy extrañas acerca de sus hijos. Tales cristianos
pueden seguir viviendo de esa manera, sin cambiar, por diez o veinte años; y es precisamente para no seguir este camino que un nuevo creyente debe desconfiar completamente de sí mismo desde el inicio mismo de su vida cristiana. Él debe poner en tela de juicio todo cuanto procede de su pasado; deberá abandonar sus antiguos conceptos, sus viejos hábitos, sus antiguas ideas y, en suma, deshacerse de todo cuanto sea viejo. El nuevo creyente deberá volverse como un niño y comenzar una nueva vida.
Tres
El bautismo implica sepultar todo lo que pertenece al pasado. Supongamos que una persona que tiene cincuenta años de edad es salva y está a punto de ser bautizada. Para tal persona, el bautismo no sólo debe significar que el Señor sepulta su antigua manera de vivir sino que, más específicamente, el Señor quita también todos y cada uno de los cincuenta años de su antigua existencia. Puesto que el pecado ha impregnado todo su ser, dicha persona está enferma en todo aspecto. Por lo tanto, todo tiene que ser sepultado en el agua, para que después resucite de la sepultura. Tal persona, inclusive, tiene que deshacerse de las ropas que vestía mientras estaba en la sepultura. El acto del bautismo debe revestir tal seriedad.
Cuatro
En el momento en que un hombre es salvo, sus conceptos con respecto a los valores que regían su vida deberán sufrir un cambio fundamental, ya que todos sus conceptos pasados en cuanto a los valores que regían su existencia eran erróneos. Así pues, perfeccionar a un nuevo creyente significará hacerle ver los errores y equivocaciones de su antiguo sistema de valores. Tal persona deberá ver algo nuevo, deberá tener una nueva concepción de los valores que rigen su vida. Todo lo que ella valoraba, ahora es considerado como basura. Todo lo que ella consideraba como ganancia, ahora es pérdida. Ya no le será posible desenvolverse con el mismo temperamento, ni utilizar el mismo vocabulario, y tanto sus vestidos como sus alimentos no podrán ser los mismos de antes. Ya no puede aferrarse a su antigua manera de entender su vida matrimonial y sexual; antes bien, deberá adquirir nuevos puntos de vista y nuevos conceptos acerca de la paternidad y la amistad. Ella deberá ser diferente incluso en cuanto a las distracciones o la carrera que elija para sí. Ahora todo es nuevo; por tanto, el nuevo creyente deberá tener un nuevo comienzo.
Cinco
Si lección tras lección entrenamos al nuevo creyente, y él derriba aquello que debe ser derribado y edifica lo que debe ser edificado, él se conformará cada vez más a la norma que corresponde a un cristiano normal.
ALGUNAS COSAS QUE DEBEMOS OBSERVAR DURANTE LAS SESIONES DE ENTRENAMIENTO
A fin de fortalecer las reuniones para edificar a los nuevos creyentes, primero tenemos que entrenar a los hermanos y hermanas para, después, poder encargarles el cuidado de los nuevos. Esperamos que ningún nuevo creyente evite entrar en este proceso. Aquellos que han sido debidamente entrenados para cuidar de los nuevos creyentes deberán prestar especial atención a lo siguiente:
(1) No confíen únicamente en los mensajes que hayan impartido. Animen a los demás a hacer preguntas. En 1 Corintios 14:35 se hace referencia a formular preguntas. Esto denota que las primeras iglesias daban a los santos plena libertad para hacer preguntas. Una reunión en la que no se permite hacer preguntas ciertamente resulta excesivamente formal. Quienes dirigen la reunión deben animar a la audiencia a hacer preguntas y a no quedarse callados si hay algo que no entendieron.
(2) Al contestar las preguntas, no trate de quedar bien a expensas de la verdad. Si usted sabe la respuesta, dígalo, y si no lo sabe, admítalo.
(3) Todos los que dirigen esta clase de reuniones deberán preguntarse si están representándose a ellos mismos o a la verdad. Todos ellos deben ser representantes de la verdad; ninguno de ellos debe actuar como representante de sus propios sentimientos o de su propia manera de ser; sino que todos deben manifestar la verdad. Ninguno de ellos debe expresar sus propias opiniones. Por ejemplo, con respecto a la práctica de cubrirse la cabeza, es posible que uno de los que dirige la reunión no entienda todos los aspectos de esta verdad; aun así, él no debe decirle a los demás que esta práctica es opcional. Las verdades divinas son absolutas, y todos debemos hablar una misma cosa. Si nuestras trompetas dan un sonido incierto, pelearemos la batalla con incertidumbre. Incluso si alguno está en desacuerdo, aun así, debe expresarse únicamente por medio de sugerencias constructivas, nunca por medio de críticas negativas.
(4) Todos los que dirigen estas reuniones deberán comprender desde el inicio de las mismas que su papel consiste en ser únicamente un canal por medio del cual la palabra de Dios es divulgada y que no son ni amos ni maestros. Así pues, ellos deberán asumir una posición inferior: la de uno que conversa con otro hermano de la misma posición. Jamás deben tener la actitud de ser uno que ocupa una posición superior y que le está enseñando a otro que ocupa una posición inferior. Nadie puede desempeñar el papel de maestro. Todos deben tomar la posición que le corresponde a un mensajero.
ASPECTOS PRÁCTICOS QUE SE DEBEN TENER EN CONSIDERACIÓN
Puesto que edificar a los nuevos creyentes es en sí un adiestramiento básico, es de esperar que todas las iglesias locales tengan esta clase de reuniones, es decir, reuniones para edificar a los nuevos creyentes. Permítanme ahora presentarles algunos aspectos prácticos que hay que tener en consideración.
Quién puede ser considerado como nuevo creyente
Apenas un pecador crea en el Señor y sea bautizado, es un nuevo creyente. A partir de la semana en que ha sido bautizado, deberá participar de la reunión para los nuevos creyentes. Después de un año, habrá escuchado la mayor parte de lo que necesita escuchar y habrá aprendido la mayoría de cosas que debe aprender. Sólo entonces podemos afirmar que este creyente ha recibido el adiestramiento básico. Y de allí en adelante podemos esperar que tal persona sea edificada de una manera más avanzada y profunda.
Tan pronto un pecador crea en el Señor él debe asistir a la reunión para nuevos creyentes independientemente de cuán avanzada sea su edad, de cuánta educación haya recibido, de cuán alta sea la posición que ocupe en la sociedad o de cuánta experiencia haya acumulado en el mundo. Si su pasado no es derribado, le será difícil vivir apropiadamente la vida cristiana. Por tanto, cuando alguien haya creído en el Señor y haya sido bautizado, sin importar quién sea, tenemos que tratarlo como un nuevo creyente e invitarle a participar de las reuniones para nuevos creyentes.
Aquellos que nunca han recibido esta clase de adiestramiento básico, aun cuando hayan sido creyentes por muchos años, también pueden participar de las reuniones para nuevos creyentes si así lo desean. Estas reuniones tienen como propósito derribar lo viejo y edificar lo nuevo. No se trata de cuántos años una persona haya sido un creyente, sino cuanto de su pasado ha sido derribado desde que se convirtió. Conozco un hermano que, en toda su vida, nunca ha confesado sus pecados a nadie y, sin embargo, ¡ahora él es un hermano a quien se le ha encargado ciertas responsabilidades! No importa por cuántos años él haya sido un cristiano; en lo que a su experiencia espiritual concierne, necesita un nuevo comienzo y debe asistir a las reuniones para nuevos creyentes.
Los días en los que debemos celebrar las reuniones para nuevos creyentes
Al hacer los preparativos que demandan esta clase de reuniones, todas las iglesias deberían esforzarse al máximo en dedicar ya sea el miércoles o el jueves. Ya sea que se involucre a muchos o apenas a unos cuantos, a toda la
congregación o a un solo pequeño grupo, dicha reunión debería celebrarse en un miércoles o jueves de cada semana. Siempre que un nuevo creyente vaya a otra localidad en la que hay una iglesia, a él le debería ser posible participar de inmediato en esta clase de reuniones y no perderse ninguna lección.
Reuniones de entrenamiento
Entrenamientos periódicos intensivos
Estos entrenamientos de corto plazo deben ser conducidos por un hermano (tal vez uno de los colaboradores). Para ello él debe reunir a los hermanos de un distrito o una región que tengan la capacidad de ministrar la palabra. Todos estos entrenamientos breves deberán abarcar de diez a veinte lecciones. Después de celebrar dos o tres entrenamientos como estos, se habrán cubierto todas las materias. Así, cuando los hermanos retornen a sus respectivas localidades, ellos podrán asumir la responsabilidad de enseñar en las reuniones para nuevos creyentes de su localidad.
Entrenamientos semanales por localidad
En una ciudad como Shanghái hay muchos nuevos creyentes. Si los dividimos en varios grupos de doce, necesitaríamos más de cien hermanos responsables a fin de entrenarlos a ellos primero. Para resolver este problema, podríamos pedirle a un hermano que se encargue de reunir, una vez por semana, a los hermanos que dirigen las reuniones para nuevos creyentes a fin de adiestrarlos. Por un lado, ellos podrían conversar acerca de los problemas que enfrentaron durante la semana así como los errores que cometieron; por otro, podrían estudiar los temas que deben tratar la siguiente semana. El mejor día para hacer esto es el viernes. Si el viernes no es el día más indicado, debería realizarse a más tardar el lunes. Esto les daría a tales hermanos un mínimo de tres a siete días para preparar sus lecciones y para concentrarse en los temas principales de los mensajes correspondientes.
Los libros de lecciones y los cuadernos
Si durante las sesiones de adiestramiento, un nuevo alumno no tiene el libro que se está estudiando, tendrá que tomar notas, pero si tiene el libro, debe leer la lección cuidadosamente. Si se encuentra con algo que no comprende, él debe hacer la pregunta correspondiente, y todos los demás juntos deberán examinarla. Ellos deben preguntarse cuál es el tema central de la lección, cuántas secciones tiene y cuáles son los principales asuntos que se tratan en cada sección, así como cuáles son las palabras cruciales y las enseñanzas más importantes de cada sección. Deben identificar cuáles son las cosas que deben ser eliminadas y cuáles las que deben ser edificadas. Ellos deben estudiar la
lección sección por sección y hacer preguntas mientras escuchan la exposición de la misma. Después, el jueves siguiente deberán ir a sus respectivas clases y conducir sus propias reuniones.
Alcanzar los objetivos propuestos
Al impartir una lección, la meta principal no consiste en ayudar a los nuevos creyentes a comprender más doctrinas sino en formarlos. Debemos prestar especial atención a las áreas respecto de las cuales ellos requieren ser “tallados”, o sea, que ellos deben saber qué es lo que debe ser derribado y qué es lo que debe ser añadido en ellos. Estas lecciones deben servir como herramientas para la edificación de los creyentes y deben contribuir a hacer de ellas personas nuevas. Por supuesto, a fin de lograr el objetivo deseado, los hermanos encargados de dirigir tales reuniones deberán tener las experiencias de ciertas áreas respecto de las cuales ellos mismos están hablando. De otro modo, no podrán hablar con autenticidad, y lo que digan solamente serán palabras vanas que no tienen ningún impacto. Todos los encargados de dirigir una reunión para nuevos creyentes, deberán considerar detenidamente este asunto.
Dividir a los creyentes asignándoles a distintas clases
Si en una iglesia no hay muchos creyentes nuevos, o si no hay suficientes hermanos para dar los mensajes, no habrá necesidad de dividir a los nuevos creyentes asignándoles a distintas clases. En tales casos, deberá ser una sola persona la que asuma la responsabilidad de enseñar estas lecciones y de conducir la subsiguiente sesión de preguntas y respuestas una semana tras otra. Pero si en una iglesia son muchos los nuevos creyentes, habrá que dividirlos en clases más reducidas y adiestrarlos por separado. Las clases podrían ser conformadas por orden geográfico o nivel intelectual y tomando en cuenta las necesidades de orden práctico que puedan existir en una determinada localidad. Si hay un número adecuado de hermanos responsables, las clases podrían variar desde algunos grupos muy pequeños hasta grupos de doce o más. Al dividirlos en las clases, debemos tener en cuenta los siguientes puntos:
Prestar atención a los estudiantes
Supongamos que una determinada clase tiene en común un nivel de educación superior; entonces se deberá asignar a los hermanos más preparados para enseñar a dicha clase de estudiantes. Si otra clase está conformada por personas de un nivel de educación inferior, los encargados de dicha clase deberán ser los que tienen mas experiencia en enseñar las verdades bíblicas de una manera simple. Una vez que tengamos a los maestros apropiados con los estudiantes apropiados, a los hermanos encargados no les será muy difícil enseñar y la audiencia será edificada.
Si no se usa el libro de lecciones
En algunos lugares, únicamente los que dirigen las reuniones poseen un libro de lecciones. En este caso, todos los que están en la audiencia deberán llevar consigo un cuaderno para anotar los puntos más importantes presentados así como el tema central de cada sección. En algunas clases, los nuevos creyentes tal vez sean analfabetos o casi analfabetos. En tales circunstancias, no hay necesidad de distribuir los libros. Más bien, los encargados de dirigir la reunión deberán escoger por lo menos uno de los versículos más cruciales y leérselo a la audiencia una y otra vez. Deberán pedir a la audiencia que repita el versículo después de ellos. Entonces, deberán explicarles los puntos más importantes de la lección. Finalmente, deberán preguntar a los asistentes si entendieron la lección y darles la oportunidad de hacer preguntas.
Si se utiliza el libro de lecciones
En aquellos lugares en los que se usa el libro de lecciones, a todos los asistentes se les deberá dar un ejemplar de dicho libro durante la reunión. Quien dirige la reunión deberá ayudar a los nuevos creyentes a leer al unísono la lección o a leerla por turnos parte por parte. Después, deberá hacerles preguntas a medida que avanza en su lección, y los oyentes también deben sentirse libres de hacer preguntas mientras lo escuchan. A veces, se les puede pedir a los oyentes que digan algo, pero su participación deberá ser breve. Esto hará que la reunión se torne más animada. Esfuércense al máximo por evitar dar discursos o sermones. Los que pueden tomar notas deberán preparar un cuaderno en el cual anoten los puntos más importantes que se hayan abordado durante la lección.
El tiempo
Todas las reuniones deben durar un máximo de una hora y media. La reunión no debe extenderse más.
Algunas cosas que debemos observar al hablar, al preguntar y al responder
Al hablar
Nuestras voces deben ser lo suficientemente audibles como para que todos nos oigan. No se desvíen del tema central, y los ejemplos y las historias usados deben concordar con el mismo. Lo mejor es hacer referencia a los puntos principales con claridad y en conformidad con el texto de la lección. No
aprovechen la ocasión para hablar sobre lo que les gustaría hablar. No se vayan por las ramas. No den sermones, sino mezcle su hablar con preguntas.
Al preguntar
Las preguntas deben guardar relación con el tema de la lección y ceñirse a ello. No entren en temas que no vengan al caso. Por ejemplo, al hablar de “La salvación por medio de la fe y el bautismo”, como parte de la lección acerca del bautismo, deberíamos hacer únicamente preguntas relacionadas a este aspecto de la salvación. No salten de este aspecto de la salvación a hablar, por ejemplo, de la salvación de nuestra alma y, de allí, a hablar sobre el reino y la diferencia entre participar del reino e ir al cielo. Si abarcamos un espectro muy amplio y las preguntas se apartan demasiado del tema, perderemos de vista el tema inicial y nuestro estudio al respecto será estéril.
Al responder
Las respuestas tienen que ser muy claras. Si las preguntas se alejan mucho del tema, podemos responder diciendo que nuestra prioridad es estudiar la lección misma y que podemos reservar las otras preguntas para una ocasión posterior. Por ejemplo, si alguno hace preguntas acerca de la salvación por medio de la gracia o sobre la salvación del alma cuando la lección que estamos impartiendo se refiere al bautismo, basta con responder simplemente que la salvación tiene diversos aspectos y que, para esta lección en particular, sólo nos interesa el significado general de la salvación.
Debemos verificar si la lección ha sido puesta en práctica o no
No teman repetir el mensaje. Es posible que un hombre escuche un mensaje este año y que el próximo año no lo recuerde, y si ustedes le preguntan al respecto en el tercer año, quizás todavía no haya puesto en práctica dicha lección. Nuestro propósito no es simplemente dar mensajes a los nuevos creyentes; sino, además, verificar con ellos si están poniendo en práctica lo que han escuchado. No debemos hablarles respecto de algo para que luego se olviden de ello. Por eso, debemos preguntarles si están poniendo en práctica lo que han oído o no. Por ejemplo, tal vez hayamos hablado acerca de madrugar; entonces, tenemos que verificar con ellos si están madrugando. Si les hemos hablado sobre la lectura de la Biblia, tenemos que verificar con ellos si están leyendo la Biblia o no. Si les hemos hablado acerca de la oración, tenemos que verificar con ellos si oran o no. Constantemente tenemos que exhortarles a que pongan en práctica lo aprendido, y verificar con ellos si así lo vienen haciendo hasta que concienzudamente, ellos comiencen a ponerlo en práctica y tomar las medidas correspondientes.
Clases de recuperación
Los que dirigen las reuniones tienen que determinar cuánto tiempo deberán dedicar a una determinada lección y por cuánto tiempo deberán detenerse en ella. Sin embargo, esperamos que las diferencias en cuanto al ritmo que lleva una u otra lección no sean muy grandes. Si algunos no han entendido algo o están muy atrasados, debemos organizar lecciones para que ellos se pongan al día. Estas lecciones de recuperación deben ser conducidas con la mayor seriedad, y debemos repasar minuciosamente aquellos temas que no supimos cubrir debidamente. Si no hacemos esto seriamente, no tendremos nada que impartir a los demás.
NECESITAMOS TENER UN ESPÍRITU FRESCO
Debemos impartir estas lecciones un año tras otro; ellas deben ser impartidas continuamente. Por tanto, los expositores tienen que aprender a mantenerse frescos en su espíritu. Las verdades serán las mismas aun después de diez años, pero el espíritu no puede permanecer igual. Si los que dirigen la reunión han aprendido a ejercitar su espíritu, y si poseen un espíritu fresco, podrán repetir una misma lección una y otra vez durante diez o veinte años. Si los demás han de ser afectados por nuestras palabras, es necesario que tales palabras, primero hayan afectado a nuestro espíritu. Debemos tener una percepción fresca en nuestro espíritu. Si nuestro espíritu se ha hecho viejo y solamente transmite enseñanzas, los demás recibirán ayuda únicamente en cuanto a la doctrina. Así, la doctrina llegará a convertirse en algo parecido a una oración del libro La oración común, que la gente repite durante algunos servicios cristianos semana tras semana. Pero si la Palabra ha sido tocada por nuestro espíritu, el hecho de repetir las mismas lecciones no representará problema alguno.
NECESITAMOS LA BENDICIÓN DEL SEÑOR
La vida cristiana es una vida que depende de la bendición del Señor. Si la bendición del Señor reposa sobre nosotros, aunque no le demos al blanco no erraremos por mucho, aun cuando los arreglos prácticos no hayan sido los más apropiados. Pero si la bendición del Señor no reposa sobre nosotros, no obtendremos buenos resultados, aun si todos los preparativos estuvieran perfectos. En algunos casos, el Señor persiste en darnos Su bendición aun cuando las circunstancias no son las ideales. En otros casos, es posible que la bendición del Señor esté ausente debido a un pequeño error. Un cristiano no debe procurar obtener que todo esté correcto externamente; sino, más bien, siempre debe estar buscando el camino de la bendición divina.