lunes, 18 de junio de 2012

el afan y la ansiedad

Mi testimonio

Lo valioso de una mujer

Bájate "Teología Bíblica y sistemática" M. Pearlman

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LAS ESCRITURAS

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LAS ESCRITURAS
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Escuche mensajes del pastor David Wilkerson

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Pastor David Wilkerson

EL MILAGRO DE LA CRUZ:

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CONOCIENDO AL ESPÍRITU SANTO:

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UN ECLIPSE DE FE:

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LOS PERIODOS DE SEQUÍA:

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UNA PROFECÍA PARA LA IGLESIA DEL SALVADOR:

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EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA NUBE NEGRA:

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DIOS ABRE Y CIERRA PUERTAS:

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EL DÍA TERRIBLE DEL QUE NADIE QUIERE HABLAR:


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EL MINISTERIO DE EXHOTAR A LOS DEMÁS:

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LA IGLESIA DE SHILOH VS . LA IGLESIA DE SAMUEL:

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OTRO EVANGELIO:

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HE TRABAJADO EN VANO:

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EL SEÑOR HA PROMETIDO LIBRARTE:

Programa radial Edificando la Fe

Programa radial Edificando la Fe

¿Quiénes actúan fuera de si?
El mal no equipara al bien y desaparecerá
El templo de Jerusalén ya no es la morada de Dios
Jesús debe ocupar el trono de David su padre

Escuche el programa edificando la fe

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La Desnudez biblicamente hablando. Como Dios la ve.
continua... Desnudez 2
última parte de la serie
Jah es digno de ser honrado
Jah es digno de ser honrado
la vida común de los creyentes produce fruto
continua la serie
continuación
por cristo
sigue la serie
concluye la serie
la sabiduria tiene una casa en la cual mora
continuacion
continue visitando tan bella casa
fin de la serie

Bájate un Cd del recuerdo Duo "Betania"

Pragmáticos siguen lo "que funciona" en sus iglesias

Pragmáticos siguen lo "que funciona" en sus iglesias

El Desafío del Pragmatismo
Escrito por Gary Gilley
Si hay una religión común que se encuentre dentro del mundo occidental seguramente es el pragmatismo – la religión de “¿qué es lo que funciona?” El pragmatismo no tiene catedrales; no sigue liturgia, no contrata a pastores y no puede ser encontrado en ninguna lista de denominaciones, pero está entretejido en la misma tela de la iglesia occidental. Si hablamos acerca los principales Pentecostales, Fundamentalistas, Emergentes u Ortodoxos, no se requiere mucha observación para darse cuenta de que el pragmatismo está entrelazado a todo lo largo de cada tradición. Tratar de remover el pragmatismo es jalar un hilo que muy bien podría desenredar la estructura entera de vida del Cristianismo y de la iglesia como la conocemos hoy, sin embargo tenemos que hacer ese tirón. El problema hasta allí es que muchos de nosotros estamos dispuestos a usar cualquier enfoque disponible para cumplir con nuestras metas, incluso si esos enfoques y/o objetivos no sean compatibles con la voluntad revelada de Dios. Nuestro credo es: “Si funciona debe ser de Dios” por que, después de todo, la bendición externa de Dios es el criterio por el cual a menudo medimos la aprobación de Dios. Utilizando el estándar del pragmatismo en vez de la Escritura, podemos con toda buena conciencia vivir vidas y podemos desarrollar ministerios que tienen la apariencia de sabiduría pero no obstante nos quedamos seriamente cortos del estándar de Dios. Haríamos bien en considerar cuidadosamente la advertencia encontrada en Proverbios 14:12: “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.”
Tome por ejemplo el ampliamente popular y completamente pragmático libro Blue Like Jazz(Azul Como el Jazz) de Donald Miller. La portada de Blue Like Jazz nos dice que fue escrito para “cualquiera que pregunte si la fe cristiana es aun relevante en una cultura postmoderna” y “para alguien sediento de un encuentro fresco con un Dios que es real.” Sin embargo, Miller no utiliza ninguna referencia o cita bíblica y solamente se la pasa menciona situaciones bíblicas proponiéndose conducirnos hacia un encuentro auténtico con Dios. Es por esta razón que él puede hacer elogios de uno de las universidades más depravadas en el mundo (por la propia admisión de Miller) al decirnos: “tuve más experiencias espirituales significativas en la Universidad Reed que la que alguna vez tuve en la iglesia.” [1]
Miller nos haría caso omiso de la guía del Salmo 1:1, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado,” y lo reemplazaría con su consejo porque esta es “la experiencia” de él. Por ejemplo, Miller nos dice que él apenas puede estar de acuerdo con lo que dicen los cristianos acerca de la depravación (una enseñanza derivada de la Biblia, por cierto), no porque sea bíblico sino por su “experiencia” con su depravación.[2] Además, Milles habla de un tiempo en el estuvo viviendo con “hippies” que “fumaron una buena cantidad de marihuana [y] bebió una buena cantidad de cerveza,” siendo aparentemente inmoral y robando comida, pero “los alejé [los hippies] de mi cuando necesitaba ser recordado acerca de la bondad, acerca de la pureza y la benignidad.”[3]
No es la Escritura la que guía los pensamientos de Milles sino las situaciones que parecen funcionarle y parecen estar conformes con su experiencia. El pragmatismo domina el libro de Milles y resuena con millones de sus lectores. La comunidad cristiana ha crecido acostumbrada a este tipo de pensamiento que pocos se inmutan cuando los líderes cristianos, como Milles, construyen un plan entero de vida alrededor de lo que parece funcionarles a ellos.
El Fundamento Filosófico
Mientras que el pragmatismo es simplemente una forma de vida para la mayoría de la gente, es también un sistema filosófico. Un pensador cristiano nos recuerda que el filósofo Emmanuel Kant (1724-1804)
…puso intelectualmente de moda tanto dudar que podemos conocer la realidad como es y enfocarla en cosas prácticas, como la ética. Más tarde, esto se hizo se volvería a encontrar en el pragmatismo de John Dewey (1859-1952) y el neopragmatismo de Richard Rorty (1931) [uno de los autores de la filosofía posmoderna], y cuando ambos sugieren que no podemos conocer la realidad ni plena u concluyentemente; debemos identificarla como lo que hace.[4]
Pocas personas tienen una comprensión amplia de la filosofía pero no se requiere a un filósofo para reconocer que la actitud predominante de hoy, una actitud que ha invadido a la iglesia, es “acomodarse a lo que funciona” y no estar excesivamente preocupado por la verdad. Después de todo, los postmodernos creen que nunca podemos estar seguros de la verdad de ninguna manera; por eso el pragmatismo lo tendrá que hacer. Pero cuando cambiamos la verdad por lo que funciona, ó mejor dicho, lo que pensamos que funciona, elevamos nuestros pensamientos por encima de los de Dios. O como Gordon Clark advierte: “Puesto que Dios es verdad, un desprecio por la verdad es igualmente un desprecio por Dios”.[5]
Cualquier cosa que ronde en los círculos filosóficos normalmente logra encontrar camino en el pensamiento cristiano igualmente. J Gresham Machen dijo hace esto bien hace casi un siglo: “Lo que hoy es una cuestión de especulación académica, mañana comenzará a mover ejércitos y derribar imperios.”[6] Una de las especulaciones académicas que es popular por el momento es retratar al evangelicalismo moderno como un producto de la Iluminación, con su énfasis en el pensamiento de la ciencia, de la razón y de lo sistemático. Esto es especialmente cierto entre aquellos que abrazan una forma postmoderna de Cristianismo como los líderes de la iglesia Emergente. Por ejemplo, Robert Webber escribe:
Los conservadores siguieron el énfasis de la Iluminación en el individualismo, la razón, y la verdad objetiva para construir edificios de certeza tomando prestado de la consistencia interna de la Biblia, la doctrina de la infalibilidad, el uso apologético de la arqueología, la defensa a la crítica del texto bíblico, y otro tantos intentos de prueba racional … Este paradigma de Iluminación produjo tres convicciones distribuidas proporcionalmente por cristianos y personas no cristianas: El Fundamentalismo, el estructuralismo, y la noción de la meta-narrativa.[7]
Asociando cosas así como la infalibilidad, la apologética, el fundamentalismo y así sucesivamente con la Iluminación, los pensadores cristianos emergentes tratan de subvertir estos conceptos en los ojos de la iglesia moderna. Si estas ideas provienen de la filosofía de la Iluminación entonces pueden ser descartadas como sin valor alguno y podemos dar marcha atrás a otras filosofías, tales como las están siendo propuestas por el posmodernismo, o como el razonamiento continúe. Pero el asunto no es si algo que hemos aceptado parece estar de acuerdo, o en desacuerdo, con una línea particular de pensamiento, sino si lo que creemos está de acuerdo con la Escritura. Ciertamente hay elementos de verdad en las acusaciones hechas por cristianos postmodernos, si bien la mayoría de líderes evangélicos (tanto del pasado como del presente) y a su vez de filtrando hacia fuera las creencias mortíferas de la Iluminación al retener esas partes que fueron de ayuda, tales como el Cristianismo siendo una fe razonable, y la verdad siendo comprensible y capaz para ser analizada y sistematizada.
Aun la crítica es válida para que la teología pueda ser tan estandarizada como para remover la admiración de Dios, dejando atrás un contorno de doctrinas sin vida palpitando en sus venas. Innumerables creyentes pueden regurgitar sus creencias teológicas y sus versículos favoritos memorizados de la Escritura y sin embargo no conocer prácticamente nada de la vida dinámica del cristiano. La memoria maquinal y la sana doctrina no equivalen a un amor apasionado y sincero amor a Cristo – pero tampoco son un equipaje extra. Los pensadores emergentes y los comunicadores proveen una corrección cuando es necesario demostrar que el conocimiento automáticamente no conduce a la vitalidad espiritual, pero van demasiado lejos cuando dicen que la vitalidad espiritual puede ser encontrada aparte de la sólida comprensión de la verdad de la revelación de Dios. Esta ruta ha viajado antes, y eso no hace mucho tiempo, con resultados desastrosos.
De la Filosofía a la Teología
En realidad, creo que lo que vemos hoy adentro mucho del evangelicalismo popular no es el residuo de la Iluminación sino del Romanticismo. El historiador David Bebbington nos cuenta que en el siglo diecinueve surgió un nuevo método para ver el mundo (el Romanticismo) surgió para desafiar y de alguna manera suplantar el pensamiento de Iluminación. Bebbington observa, “En Lugar de exaltar la razón como la Iluminación lo hizo, aquellos conmovidos por el espíritu nuevo de las épocas en que colocaron su énfasis en la voluntad, el espíritu y la emoción. Quisieron librarse de la estructura ajustada del pensamiento impuesto por el enfoque racional con el fin de respirar aire más libre.”[8]
Bebbington nos informa que fue Horace Bushnell, alrededor de la mitad del siglo diecinueve, quien popularizó las ideas Románticas a fin de que comenzasen a colarse en la teología del evangelicalismo. Bushnell escribiría: “Todas las fórmulas de doctrina deberían celebrarse en un cierto espíritu de adaptación. No pueden ser presionadas a la letra por la muy suficiente razón de que la letra nunca es verdadera.”[9] Bushnell argumentó que la verdad cristiana debería apelar al “sentir y a la razón imaginativa,” y no a “la comprensión natural.”[10]
Si esta clase de lenguaje no suena familiar lo debería. Los Postmodernos, incluyendo aquellos que se encuentran dentro de la iglesia, se sentirían muy en casa con el Romanticismo, puesto que el pensamiento postmoderno es similar. Por consiguiente debería ser cuidadosamente notado hacia donde el Romanticismo condujo a los evangélicos durante los 1800s – directamente al liberalismo teológico. Durante la parte más reciente del siglo diecinueve virtualmente todas las doctrinas cardinales de la fe fueron desafiadas o negadas por el liberalismo creciente (derivadas en su mayor parte del Racionalismo Alemán y la Alta Crítica) la cual amenazó a la iglesia evangélica. Desde la Divinidad a la necesidad de la salvación, a la existencia del infierno, a la expiación, a la inspiración de la Escritura, al significado del evangelio, cada doctrina sostenida valiosamente por la comunidad evangélica fue pulverizada del significado bíblico e infundidas con ideas que convenían a los tiempos.
El historiador de la iglesia y teólogo, Iain Murray, documenta que Friedrich Schleiermacher (1768-1834), considerado como el padre del liberalismo teológico, “adoptó el Romanticismo de Rousseau y el panteísmo de otros filósofos contemporáneos…[y] continuaron en afirmar primordialmente que la religión no es cuestión de doctrina sino más bien de sentir, de intuición y de experiencia.”[11] “Vida y no teología” se convirtió en el lema de guerra de la iglesia Romántica y liberal de los 1800s. Como resultado los temas de creencias fueron considerados de poca consecuencia; lo que era importante es la vida y la experiencia. Orto-práctica (la práctica o vida correcta) fraguó la ortodoxia (la doctrina correcta). Ésta fue una reacción excesiva de una comunidad cristiana que había sido suavizada por la infiltración del Romanticismo. El Cristianismo verdadero y bíblico siempre ha confirmado la necesidad de la vida y la experiencia. Ninguno de los líderes de la iglesia que conozco están contentos con desarrollar personas cuyas cabezas están llenas de conocimiento pero cuyas vidas están llenas de pecado. Pero la argumentación de creyentes conservadores siempre ha sido que la vida emerge de la sana doctrina; la vida correcta no se forma nunca en un vacío de verdad. Joel Beeke lo hizo vindicar cuando escribió: “la Doctrina debe producir vida, y la vida debe adornar la doctrina.”[12]
El estado de ánimo de nuestro actual momento postmoderno, sin embargo, al igual que los Románticos y los liberales de los 1800s, es minimizar la doctrina al punto de ser no esencial y de maximizar la vida y la experiencia divorciándola del corazón teológico. Brian McLaren, un líder prominente en el movimiento Emergente (la versión del liberalismo antiguo del siglo 21), escribe: “colocamos menos énfasis en qué linaje, ritos, doctrinas, estructuras, y terminología son correctas y más énfasis en aquellas acciones, servicio, alcance, bondad, y efectividad son buenas.”[13] McLaren no afirmaría que todas las doctrinas estén mal, pero puesto que nunca podemos estar seguros de cuáles doctrinas están en lo correcto debemos practicar lo que él llama “ortodoxia abundante,” la cuál es algo diferente para decir que todo el mundo está en lo correcto y todo el mundo está equivocados, así es que déjenos solamente ir y amar a todo el mundo. McLaren parece que no se preocupa de es prácticamente imposible determinar lo bueno a menos que primero conozca lo que es correcto.
El pastor emergente Rob Bell está de acuerdo con el énfasis de McLaren: “Quizá una mejor pregunta que ¿quién está en lo correcto?, es ¿quién vive correctamente?”[14] Bell entonces ilustra sus convicciones a través del uso de un trampolín. En la ilustración de Bell el resorte que sujeta la lona son las doctrinas cristianas e incluso las doctrinas sagradas (resortes) son dispensables. Él ofrece como ejemplo la doctrina de la encarnación, sugerir que si pudiera ser probado que Jesús no fuera hijo de una virgen, no afectaría en ningún sentido la fe cristiana.[15] La pregunta grande para Bell no es lo que sea verdad. En lugar de eso él quiere saber: “¿Es el camino de Jesús todavía el mejor camino posible para vivir?”[16] Esta pregunta pragmática es una condición de Bell para la vida cristiana. Bell está “mucho más interesado en saltar que en…. discutir acerca de cual trampolín es mejor.”[17] En Otras Palabras, lo que tiene importancia es cómo vivimos y no lo que creemos. Estos hombres no ven conexión vital entre lo que creemos y el cómo vivimos, entre la ortodoxia y ortopraxia. Habiendo aceptado esto se desconectan y continúan elevando la ortopraxia exluyendo la ortodoxia. Las creencias correctas están simplemente de más. El cómo vivimos es todo lo que tiene importancia. El pragmatismo reina.
Probablemente, si Bell o McLaren encontrasen una mejor “forma para vivir,” se desharían del Cristianismo y adoptarían esa mejor forma. Esto podría explicar por qué Bell fue un participante oficial en la Semilla de la convención de Compasión en abril de 2008 con líderes hindús, musulmanes, judíos, budistas, y sijs, y presentando a “Su Santidad el Dalai Lama.”[18] Según su sitio Web “la sesión final de Semillas de Compasión fue Juventud y Diálogo de Conexión Espiritual. Los luminares globales, nacionales y locales representando las creencias de todas partes del mundo se reunirán para discutir y nutrir la juventud con espiritualidad.”[19] Quizá Bell, quién fue uno de los “luminares” y no quiere discutir sobre creencias, ha encontrado un mejor trampolín sobre que rebotar. Si la juventud puede ser nutrida mejor por el Dalai Lama o un Imám Muslim o un Maestro Budista Zen entonces el trampolín parecería apropiado, puesto que la gran pregunta por Bell, como lo ha indicado, no es qué es la verdad, sino, “Es el camino de Jesús aun el mejor camino posible para vivir?” Si una mejor forma puede ser encontrada entonces el trampolín de Jesús necesitaría ser reemplazado por un modelo mejor y de más rebote. Puesto que finalmente todo lo que importa es que es lo que nos da un rebote más alto entonces lo que creamos es insignificantey lo que el Dalai Lama tiene que ofrecer podría ser superior.
“¿Es el camino de Jesús aun el mejor camino posible para la vida?” Depende de cómo define usted “la vida.” Bíblicamente no hay duda – “Jesús es el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Cuando la Escritura habla de vida espiritual está hablando de unidad con Dios y, por consiguiente, cuándo Jesús dice: “nadie viene al Padre sino por Mí” (Juan 14:6) El nos esta diciendo que la vida espiritual verdadera es lo contrario de la muerte espiritual, lo cual es separación de Dios. La vida significa ser llevado a una relación salvadora con Dios. En ocasiones es esto experimentalmente significa que estamos sobrecogidos por la grandeza de Dios y las alegrías de la vida cristiana. En otras veces, la vida en este planeta, aun para el creyente más fuerte, puede ser una gran lucha con las fuerzas de mal, un mundo pecaminoso y nuestra propia carne.
La Escritura nunca minimiza estas experiencias, si bien las redime (e.g. Romanos 5:1-10). Lo que la Palabra no hace es invitarnos al Padre a través del Hijo de Dios para experimentar una existencia más feliz (un rebote superior) y luego intercambiarla si podemos encontrar algo mejor. En lugar de eso la invitación para conocer a Dios se basa en la verdad de que Dios es verdadero y Jesús es el único camino para la unión con el Padre (Hechos 4:12). El asunto no es si Jesús es el mejor camino de vivir la “buena vida,” sino que Jesús es la vida y el único camino para la vida verdadera definida como una relación con Dios. Si seguimos la fórmula de Bell de que una mejor forma podría parecer surgir muy a menudo. Si entendemos la fórmula bíblica tal alternativa no es posible. Cuando Jesús le preguntó a los apóstoles si ellos se dejaría llevar por la corriente y abandonarle también, Pedro contestó: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Juan 6:68). Pedro vio que Jesús fue la única opción si alguien buscara la verdad que guía a la vida eterna.
Un Ataque del Pasado
Brian McLaren, Rob Bell, y otros del campo emergente escriben y hablan atractivamente acerca de lo que están ofreciendo, pero la historia, por no mencionar la Escritura, sugiere que debe tenerse mucho cuidado sobre este punto. El Historiador de la Iglesia Iain Murray nos recuerda que en el siglo 19 “la teología liberal en muy raras ocasiones se presenta como estando en oposición a la Escritura. Por el contrario, sus exponentes afirman la autoridad del Nuevo Testamento a un punto de vista de que el cristianismo es vida y no doctrina.”[1] Algunos utilizan esta línea de razonamiento, al igual que el Arzobispo eventual de Canterbury William Temple podría decir: “un ateo que vive por el amor se salva por su fe en el Dios cuya existencia (bajo ese nombre) el niega.”[2] Es vivir por amor lo que importa, no lo que uno cree acerca de Dios. El teólogo liberal del siglo XIX Schleiermacher llegó más lejos al prohinir la predicación doctrinal desde el púlpito porque “la experiencia y no la enseñanza, ha de ser el objetivo del predicador.”[3]
Como parece ser teológicamente el siglo 21 un eco del siglo 19, así también lo es la reacción de los evangélicos. Si bien hubo un esfuerzo concertado para luchar contra el liberalismo por parte de algunos de los creyentes más conservadores para finales del 1800,[4] muchos optaron por quedarse atrás y manifestar tolerancia. Murray dice: “Había algunos que estaban inseguros de qué pensar, y, en su incertidumbre erraron al irse del lado de la neutralidad y la falsa caridad. Probablemente fue la actitud de este grupo que finalmente permitió que la nueva enseñanza se convertiera en general.”[5] Este es el error que se repite a menudo el día de hoy por evangélicos bien intencionados que no quieren provocar movimientos y miedo, sobre todas las cosas, estos podrían ser llamados “fundamentalistas.” Históricamente, los fundamentalistas en América marcharon en la línea frontal de batalla con el liberalismo de oposición a principios del siglo 20. Por otra parte, los evangélicos en Gran Bretaña tuvieron un enfoque más relajado y sin intención, como Murray confirmaría, permitieron al liberalismo finalmente ganar el día. Mucha de la crítica se ha puesto en marcha en el movimiento fundamentalista, algunos de ellos la merecen, pero sin duda es el fundamentalista a quien se le debe dar mucho crédito por la preservación de la fe evangélica en América.
Relevantes y Auténticos
Pero así como a muchos evangélicos se les denominan fundamentalistas y están siendo calificados de “no relevantes” o carentes de autenticidad. Ser relevante y auténtico son dos palabras que suenan populares en muchos círculos cristianos de hoy. Todo el mundo quiere ser auténtico y relevante, aunque la definición de lo que estas palabras significan a menudo resulta difícil. Almorcé hace cerca de un año con un pastor de una de las más conocidas iglesias “auténticas” en los Estados Unidos. Dado que esta iglesia es conocida mundialmente por su autenticidad y relevancia, y dado que se ha convertido en el cartel de la iglesia para estás codiciadas características, le pedí que me describiera de qué manera los miembros de su iglesia eran auténticos y relevantes. Yo estaba especialmente con curiosidad de su respuesta en el contexto de mi iglesia local, la cual podría ser descrita como conservadora, centrada en la Biblia y de básica.
El pastor dudó un poco, comportándose como si él nunca había oído antes esa pregunta. Posiblemente yo era la primer persona con la que se había reunido quedándose lo suficientemente sin habla como para no saber que significa relevante y auténtico (por cierto usted encontrará la misma respuesta si usted le pregunta lo que significa ser misionero o lo que es realmente el reino – otras dos palabras que suenan en círculos de la iglesia posmoderna). Por último me dijo que la mayoría de su gente lleva jeans a su iglesia, a lo cual respondí que algunos de los nuestros también. El entonces dijo que su gente vive auténticamente en la comunidad, a lo cual respondí que muchos de nosotros también lo hacemos, (aunque en teoría no se supone que defina una palabra mediante una palabra). Argumentándome una vez más el me dice entonces que su gente bebe cerveza (supongo que no significa que la iglesia lo haga durante los servicios). Estoy bastante seguro de que algunos de nuestra gente lo hacen también, pero ello no lo dicen (al menos delante de mí) y que seguramente no sería un credencial de autenticidad. Le pregunté, “¿Es todo lo que tienes?” Pero había terminado y él no tenía nada más que decir.
Sin duda, vestir casual en los servicios religiosos y beber alcohol no es la definición ya sea de auténtico o relevante. Y estoy seguro de que este pastor podría haber previsto mejor algunas descripciones de la misma si hubiera tenido más tiempo para reflexionar. Sin embargo, al leer la literatura de su iglesia y su sitio web se que añadido a esta lista está el uso de cualquier forma de música en reuniones de la iglesia, no importa cuan impía sea o si es llevada a cabo por incrédulos, lenguaje sucio ó bajo, uso de comentarios sexualmente inapropiados e ilustraciones y su participación en casi cualquier forma de entretenimiento y diversión que sea atractivo para los incrédulos. De hecho, tengo la idea de que la relevancia y autenticidad son términos que se utilizan en la actualidad, al menos por algunos, para describir lo que otra generación de evangélicos llamó “mundanalidad”.
“Mundanalidad”- es una palabra que no se suele encontrar en iglesias y literatura cristiana “relevante”, excepto para burlarse de cristianos “mojigatos” que todavía se preocupan por estas cosas. Generaciones pasadas de creyentes veían a la pureza y a la separación de cuestionables actividades no sólo como obediencia a Dios (Rom 12:2), sino también como un testimonio a los incrédulos. No necesariamente que los incrédulos entendieran o apreciaran el deseo de los cristianos de vivir una vida separada (otro término anticuado que no escuchará en la mayoría de los círculos cristianos de hoy), sino que reconocían que en muchos aspectos reales, los cristianos viven de manera diferente a la manera en que lo hacían (1 Ped. 4:3-4). Si bien esto ahuyentaba e incluso enfurecía a algunos, no obstante, hacía notar que Cristo transformaba la vida y el estilo de vida de los regenerados.
Es a esto mismo contra lo que muchos de los que pregonan relevancia hoy han reaccionado. ¿Cómo, preguntan, podemos esperar llevar a la gente a Cristo modelándoles un estilo de vida que encuentran repugnante? Si queremos ganar al incrédulo para el Señor tenemos que identificarnos con ellos. Tenemos que demostrarles que disfrutamos las mismas cosas que ellos hacen. Ellos deben darse cuenta de que los cristianos pueden beber, hablar y vestir, apostar y ser groseros y disfrutar de todas las mismas formas de ocio que los no cristianos hacen. Vivir de esta manera, se nos dice, será atractiva para el incrédulo de que vean en nosotros una auténtica vida, que es transparente y libre de hipocresía y engreimiento, la cual el incrédulo afirma ver de manera universal en los cristianos. Somos, después de todo, no tan diferentes a ellos, salvo que creemos en Cristo. El líder emergente Jim Henderson, en un libro donde es co-autor con un ateo y patrocinado por George Barna, escribe: “[los incrédulos son] iguales a mi, excepto que no están interesados realmente en Jesús en la misma medida que yo lo estoy.”[6]
Ciertamente, esta caricatura de los cristianos a veces es realista. Muy a menudo los creyentes tienen miedo de admitir sus debilidades y deficiencias. Se pueden dar aires de importancia mientras que están luchando con las mismas cosas que todas las personas: el pecado, la soledad, la decepción, el dolor, etc En este tipo de pretensión tenemos que declarar una moratoria. Pero sin duda es una reacción a adoptar un estilo de vida característico de aquellos que no conocen el poder redentor de Cristo en una equivocada noción de que vamos a atraerlos al Señor como resultado.
La Verdad y la Autoridad
De lo que estamos hablando en última instancia, es de las cuestiones de la verdad y la autoridad – dos conceptos que los pensadores emergentes le dirán que provienen de la Iluminación y no de la Escritura. Como hemos visto, los líderes de la iglesia posmoderna, como los del liberalismo en el pasado, han tratado de clavar una cuña entre la vida y la doctrina. Si son correctos entonces lo que creemos no importa, lo que importa son nuestras experiencias, nuestras emociones y nuestra conducta. Debe quedar claro que ninguno de los que conozco está descartando la importancia de “la vida”, pero hay numerosas cosas equivocadas con el equiparar al cristianismo con la vida solamente. Por un lado este enfoque reduccionista es simplemente imposible. No hay vida, buena o mala, que no provenga de nuestras creencias. Aun cuando los líderes emergentes como McLaren y Bell censuren la doctrina, están, sin embargo, enseñando su propia marca de teología. El rechazo de la doctrina como base para la autoridad es un pronunciamiento teológico. Los conservadores pueden afirmar las ideas que los Emergentes rechazan, pero ambos son testimonio de un sistema de creencias. Los Emergentes creen muchas cosas que la Biblia enseña y los evangélicos reconocen que no son verdaderas, o al menos no son necesarias para la vida y la experiencia espiritual. Uno proclama ciertas verdades, y el otro las rechaza, pero ambos están expresando su enfoque de teología. Es simplemente un juego de palabras hablar de “la vida y no la doctrina.”
Nuestra fuente de autoridad es otra cuestión problemática con la doctrina de la vida frente a la escuela de pensamiento. En última instancia todo el mundo tiene sus creencias vinculadas a la vida y a un concepto de autoridad. Para el cristiano bíblico esa fuente es la Palabra de Dios. Cuando la Escritura habla, y sobre cualquier tema que hable, tiene la última palabra. Todas las demás voces son silenciadas en la presencia de la revelación de Dios. Nuestra tarea como creyentes es tratar de entender lo que enseña la Palabra y aplicarla a nuestra vida.
Algunos en la comunidad cristiana desafiarán esta idea de frente. Ellos nos dirán que la Biblia es un libro lleno de historias anticuadas, mitos y relatos históricos que dan testimonio de la revelación de Dios, pero no es la misma revelación de Dios. Es un libro escrito por hombres y, como tal, sus pronunciamientos y enseñanzas pueden ser vistas como poco más que un sabio consejo el cual es libre de tomarse, adoptándolas o rechazándolas según se ajuste a nuestra propia opinión. En este mismo sentido otros harían a la Escritura subordinada a la ciencia, a la psicoterapia y al pensamiento moderno. Después de todo, la Biblia es un libro antiguo y difícilmente se puede esperar que tenga mucho que decir a los ciudadanos del planeta Tierra en el siglo 21. En ambos escenarios, la autoridad descansa sobre el individuo o sobre la sabiduría colectiva de los hombres en lugar de la Palabra de Dios.
Sin embargo, el cristiano promedio no sigue ninguno de estos escenarios. La mayoría darían servicio de labios a la autoridad de las Escrituras, pero en la práctica su verdadero maestro (autoridad) es el pragmatismo. Ellos nunca niegan la infalibilidad y el valor de la Palabra de Dios, pero en realidad “lo que funciona”, o al menos lo que creen que funciona, es lo que manda. No es que hayan rechazado conscientemente lo que Dios ha revelado, sino que lo que parece estar funcionando en el momento es su modo por defecto.
Y ¿que es lo que parece estar funcionando ahora mismo? En un nivel eclesiástico las iglesias y organizaciones paraeclesiásticas que tienen más probabilidades de tener éxito, si usted define éxito como “nickels and noses”, son los mismos que están dando a la gente lo que quieren escuchar en lugar de lo que Dios quiere que escuchen. La gente quiere escuchar acerca de cómo tener éxito, cómo tener un matrimonio feliz, y la forma de sentirse bien sobre sí mismos en oposición a los conceptos bíblicos sobre como glorificar a Dios, cómo tener un matrimonio santo, cómo negarse a sí mismo, cómo llevar la cruz y seguirle. Dado que la mayoría de los cristianos han equivocado los objetivos de su vida, habiéndolos derivados de conformidad a su forma de pensar mundana en lugar de ser transformados por medio de la renovación de su mente (Rom. 12:2), no es sorprendente que vivan por todo el mundo mediante las metodologías también. Los cristianos ahora quieren las mismas cosas que el incrédulo desea, quiere utilizar los métodos que ha creado el incrédulo. Cuando hayamos aceptado que el propósito de la vida es ser exitoso, popular, poderoso, rico, tener una saludable imagen propia y así sucesivamente, las Escrituras tendrán poco que ofrecer debido a que estas categorías no son bíblicas. Es decir, Dios no define la vida verdadera de la misma manera en que el mundo lo hace. El Señor tiene mucho que decir acerca de negarse uno mismo, pero nada acerca de amarse a sí mismo. Él tiene mucho que decir acerca del gozo, pero nada positivo acerca de divertirnos hasta la muerte (como lo llama un autor). El ofrece un montón de principios relativos a las finanzas, pero muy poco sobre cómo ser ricos, e incluso advierte sobre el deseo de la riqueza (1 Tim 6:9-10). La Biblia está llena de maneras de traer honor a Dios y de exaltar su grandeza, pero nos llama a centrarnos en la humildad personal (Lucas 9:46-48).
Naturalmente no pensamos como Dios piensa. Si bien la regeneración cambia nuestra naturaleza es una tarea a lo largo de la vida ser “transformados por medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Rom 12:2) – un proceso que nunca se terminará en nuestra vida. No es de extrañar encontrar esto puesto que fácilmente nos volvemos a las fuentes equivocadas (tales como el yo) para entender la vida, también utilizamos los medios equivocados en nuestro esfuerzo por encontrar la vida (tales como el pragmatismo). Si la vida se define como éxito en lo que uno hace entonces cualquier cosa que permita un éxito se convertirá en la influencia controladora de uno (¿nos atrevemos a decir dios?). El pragmatismo, por lo tanto, simplemente porque parece que “funciona”, es el paisaje que domina al cristiano de hoy. La verdad, como es revelada en la Palabra de Dios, está tomando un asiento trasero a la doctrina de “lo que funciona”.
El pragmatismo es el Rey sentado en el trono de demasiadas vidas e iglesias, pero afortunadamente hay una manera de derrocar al rey. Pablo abrió el camino cuando dijo que el estaba “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo” (2 Corintios 10:5). Tenemos que desafiar nuestro pensamiento con la Revelación de Dios. Debemos permitir a la Palabra tener la primera palabra y la última palabra en nuestras vidas. Como Isaías dijo al antiguo pueblo de Israel: “A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20).
Conclusión
John Piper, en su excelente libro La Supremacía de Dios en la Predicación, escribe sobre la necesidad de los predicadores de recordar diligentemente a sus oyentes de la grandeza de Dios, aunque la mayoría no tienen ni idea de que ese mensaje es importante para ellos. La mayoría prefiere escuchar sermones “relevantes” y criticar al pastor que se centra en Dios y no en sus necesidades personales. “Pastor Piper”, él tiene una crítica, “¿No se da cuenta de que su gente esta sufriendo? ¿No podría bajarse del cielo y ponerse práctico? ¿No se da cuenta de la clase de gente que se sienta frente a usted los domingos?” A lo que Piper responde: “La grandeza y la gloria de Dios son relevantes. No importa si las encuestas salen con una lista de necesidades perceptibles que no incluyen la suprema grandeza de la soberanía del Dios de la gracia. Esta es la necesidad más profunda y nuestro pueblo está hambriento de Dios.”[7]
George Gallup, en un libro que explora la espiritualidad en el siglo 21, sugiere: “el problema no es tanto que las personas no crean nada; es que ellos creen todo”.[8] El considera que este es un problema para un futuro previsible, porque “el énfasis [en este momento] está en un sentimiento deseado o en un momento pasajero de maravilla, no en la comprensión de verdades con un mayor visión o un poder que transforme verdaderamente.”[9]
No hace mucho tiempo, si su hijo quería un peluche, usted acudía alguna tienda local y compraba uno del estante. Si bien puede haber habido un gran número de posibilidades, aún las opciones se limitaban a los animales de peluche en inventario. Entre a las franquicias de “Build a Bear” [tienda de osos de peluche] que han aparecido en muchos lugares. En Build a Bear los niños pueden crear sus propios animales de peluche. Ellos pueden ser tan creativos como lo deseen, construir un oso les permite a los niños ser soberanos sobre sus propias creaciones, salir de la tienda de juguetes con un animal único diferente. La única pregunta es, ¿qué quiere el niño en un oso de peluche? Pero, lo qué puede ser deseable en un belludo amigo no es deseable cuando se trata de Dios y la fe cristiana. Ni Dios ni la fe, se deja a nuestros deseos o diseños. Aunque hay mucha diversidad en el cuerpo de Cristo, sólo hay un Señor, una sola fe (Ef. 4:5). No somos libres de “construir un Dios” o “construir una fe”. El único Dios verdadero y la única fe verdadera se han entregado a nosotros en la Palabra. Debemos rechazar la tentación de ser nuestro propio creador y aceptar con humildad lo que el Señor nos ha revelado. El pragmatismo, el dios de “lo que funciona”, es una creación de nuestra propia imaginación e ingenio. Tenemos que descansar en el Dios verdadero de la Palabra.

Por qué no llega el Avivamiento

Por qué no llega el Avivamiento
Capítulo 16

Leonard Ravenhill



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Yo os engendré mediante el Evangelio.

                                                          ~ Pablo

¡Oh hermano, ora! A pesar de Satanás, ora. Emplea horas en oración. Antes descuida a los amigos que el orar. Mas bien ayuna y piérdete el desayuno, el almuerzo, el té, la cena - el sueño - antes que descuidar la oración. Y no debemos hablar acerca de la oración, debemos orar con vehemencia. El Señor está cerca. El viene calladamente mientras las vírgenes duermen.
                                                          ~ Andrés A. Bonar

Pasaron siete años
... antes que Carey bautizara el primer convertido en la India.
... antes que Judson ganara el primer convertido en Birmania.
... que Morrison trabajó antes que el primer chino viniera a
Cristo.
... Moffat declara que esperó para ver la primera evidencia del mover
del Espíritu Santo sobre los Bechuanas en Africa.
... antes que Henry Richards trajera el primer convertido en Banza Manteka.

                                                          ~ A. J. Gordon

Oración-la sangre del alma
                                                          ~ George Herbert




"¡DAME HIJOS O MUERO!"


El avivamiento es imperativo porque las compuertas del infierno se han abierto sobre esta degenerada generación.
Necesitamos (y decimos que queremos) avivamiento. Sin embargo, los cristianos elegantes y superficiales del presente quisieran el Cielo abierto y el avivamiento servido como por una máquina expendedora de gaseosas.
Pero Dios no ha mecanizado su glorioso poder para adaptarlo a nuestro calendario religioso.

"Deseamos que venga el avivamiento a nosotros como vino en las Hébridas," dijo hace poco un pastor. Pero, ¡hermanos! ¡el despertamiento no vino a las islas de Escocia por sólo desearlo! Los cielos fueron abiertos y el gran poder de Dios sacudió aquellas islas porque, "frágiles hijos del polvo… santificaron un ayuno y convocaron a solemne asamblea" y esperaron con lágrimas, cansancio y dolores de parto ante el trono del Dios vivo.
Esa visitación vino porque Aquel que buscó una virgen para engendrar Su Hijo Amado, halló un pueblo de pureza virginal en aquellas almas de visión y pasión ardiente. Ellos tenían un solo motivo al orar.
Ninguna petición fue manchada por la necesidad de salvar la cara a alguna denominación decadente. Su ojo era sencillo, deseando sólo la gloria de Dios. No les movía la envidia de otro grupo que les sobrepasara en crecimiento, sino que estaban celosos por Jehová de los Ejércitos, cuya gloria estaba en el polvo, "las murallas arruinadas y las puertas consumidas con fuego."

Para atraer el mover del Espíritu Santo, una iglesia evangélica, basada en la Biblia no basta. Amados, tenemos miles de iglesias así alrededor del mundo.
Una señorita de diecisiete años y un joven de la misma edad pueden ser padres, y hasta pueden estar casados legalmente, pero, ¿justifica esto el engendrar? ¿Tendrán seguridad financiera para cubrir las necesidades?
¿Son mentalmente maduros para guiar ese niño en el camino que debe andar?
El avivamiento moriría en una semana en algunas de nuestras iglesias "bíblicas", pues, ¿Dónde están las madres en Israel para cuidar a los recién nacidos?
¿Cuántos de nuestros creyentes son capaces de guiar un alma de las tinieblas a la luz de Cristo?
Sería tan lógico tener nacimientos espirituales en la condición en que están algunas iglesias como poner un bebé en manos de un retrasado mental.

El nacimiento de un hijo natural es precedido por meses de carga y días de dolor. Así es el nacimiento de un hijo espiritual.
        Jesús oró por Su Iglesia, pero para lograr su
        nacimiento espiritual se entregó a la muerte.
Pablo oraba "noche y día... con vehemencia" por la iglesia; y además estaba con dolores de parto por los pecadores.
Fue "Cuando Sión estuvo de parto que engendró hijos."

Aun cuando los predicadores claman semana tras semana: "Tenéis que nacer otra vez," ¿cuántos pueden decir con Pablo: "Aunque tuviereis diez mil ayos en Cristo, no tenéis muchos padres, pues yo os engendré en Cristo Jesús por la palabra verdadera del Evangelio"?
Así, los engendró en la fe. No dice que oró meramente por ellos, sino implica que estuvo de parto por ellos. Si durante el último siglo los alumbramientos físicos hubieran sido tan escasos como los nacimientos espirituales, la raza humana casi se habría extinguido.
    "Debemos orar para vivir la vida cristiana,"
    decimos; cuando la verdad es que debemos vivir
    la vida cristiana para orar.
"Si estuviereis en Mí..., pedid" (o sea, orad). Ya sé que "pedir" incluye solicitar a Dios la salvación de nuestros amados. Pero orar es más que pedir. Orar es ciertamente ponernos bajo el dominio del Espíritu Santo a fin de que El pueda obrar en y por nosotros.
En el primer capítulo del Génesis vemos que cada cosa con vida producía fruto según su especie. Del mismo modo, ¿no tendría cada alma regenerada que traer otras almas a luz?

A los evangelistas se nos atribuyen muchos éxitos que no son realmente nuestros.
Hay una mujer en Irlanda que ora horas enteras. Cada día ora por este pobre tartamudo. Otros me dicen: "No pasa un día que no interceda ante el trono de Dios por usted."
Estos cristianos han engendrado muchas almas que se me atribuyen a mí, mientras que muchas veces yo no soy sino la partera de tales nacimientos espirituales.
En el juicio nos sorprenderemos de ver grandes galardones ir a discípulos desconocidos. A veces pienso que los predicadores que atraemos los ojos del público estaremos entre los menos recompensados. Por ejemplo, conozco hombres que predican hoy sermones que predicaron veinte años atrás, que ya no traen vida.

Estos predicadores años atrás oraban.
Uno me dijo: "Es cierto, hermano, ahora no oro tanto como lo hacía antes, pero el Señor comprende." ¡Ay! ¡El comprende!… pero no nos excusa por estar más ocupados que lo que El quiere que estemos.
Es verdad que la ciencia ha aliviado algunos de los sufrimientos que nuestras madres conocieron al dar hijos al mundo, pero la ciencia nunca podrá acortar los largos meses de embarazo.
Del mismo modo, nosotros los predicadores hemos hallado medios más fáciles de conseguir que la gente venga al altar para salvación o para ser llenos del Espíritu Santo.
Para la salvación se permite a la gente que sólo levante la mano, y "listo," los gemidos al pie del altar son eliminados.
Para ser llenos del Espíritu Santo -se dice a la gente- "solo ponte de pie donde estás y el evangelista orará por ti y serás lleno."
¡Qué vergüenza! Hermano, antes que el milagro tenga lugar, verdadero avivamiento y nacimiento de almas todavía demandan dolores de parto.
La venida de un bebé al mundo incomoda el cuerpo de la madre. Así el crecimiento del "cuerpo" de un avivamiento y la agonía de intercesión incomoda la iglesia.
      La futura madre siente más y más la carga a medida que se acerca el tiempo del nacimiento ( a menudo pasando horas de desvelos y lágrimas.) Así, las lámparas del santuario han de quemar a medianoche mientras intercesores angustiados derraman sus almas cargando la iniquidad de una nación.
      La futura madre, a menudo, pierde el deseo de comer, y por amor al que ha de nacer se niega ciertas cosas. Así, la negación de comida y un amor que consume se apodera de los creyentes, que se avergüenzan de la esterilidad de la iglesia.
      Cuando las mujeres están embarazadas, a medida que se acerca el alumbramiento, se ocultan de las miradas públicas. (Así, por lo menos, lo solían hacer.) Del mismo modo, los que conocen dolores de parto en el alma se ocultan de la publicidad y buscan el rostro del Dios santo.

Es evidente que Jacob amaba a Raquel mucho más que a Lea; sin embargo, la "mujer dichosa" era Lea, porque ella tenía hijos.
Considera cómo Jacob sirvió catorce años por Raquel; sin embargo, aquella espléndida devoción no fue ningún consuelo para la mujer herida de esterilidad. Sin duda, Jacob demostró su amor cargándola de joyas como era costumbre en aquellos días; pero las fruslerías externas no la consolaban, y aunque Raquel era hermosa de vista, su esterilidad no hallaba compensaciones en su hermosura o en la admiración de otros.
La terrible verdad era que Lea tenía cuatro sonrientes niños alrededor de sus faldas, pero de la estéril Raquel se burlaban hombres y mujeres.
Puedo imaginarme a Raquel-con los ojos rojos de llorar, más que los ojos de Lea jamás estuvieron, con su cabello desordenado, con su voz ronca por el gemir- viniendo ante Jacob, disgustada por su esterilidad, humillada por la desesperación de su condición, llorando con un grito penetrante:
      "¡Dame hijos, o si no, me muero!" (Génesis 30:1).
Este grito desgarraba el corazón de Jacob como una espada desgarraría su carne.

Para espiritualizar esto diremos que su oración no era de rutina, sino de desesperación,
        pues había sido presa del dolor,
        pasmada de vergüenza y
        humillada por su esterilidad.
Predicador, si tu alma es estéril, si las lágrimas están ausentes de tus ojos, si los convertidos están ausentes de tu altar, ¡no te conformes con tu popularidad! ¡rehusa el consuelo de tus títulos o de los libros que hayas escrito! Sincera pero apasionadamente, invita al Espíritu Santo a inundar tu corazón de dolor porque eres espiritualmente incapaz de traer hijos. ¡Oh, el reproche de nuestros altares estériles! ¿Crees que el Espíritu Santo se deleita en
        nuestros órganos eléctricos,
        nuestros pasillos alfombrados,
        nuestras nuevas decoraciones,
          si la cuna está vacía?
          ¡De ningún modo!
¡Oh, que el silencio de muerte del santuario pueda ser roto por el bendito grito de recién nacidos!

No hay reglas fijas para el avivamiento.
Por el mismo proceso de dolor de alma y oración insistente y carga por la esterilidad se han producido todos los avivamientos en todas las edades. Pero ¡cuán diferentes han sido los avivamientos entre sí!
Aunque los bebés nacen en todas partes por el mismo proceso, ¡cuán diferentes son entre sí! ¡No hay copias exactas!
A Jonathan Edwards
          no le faltaban congregaciones, y
          no tenía apuros financieros,
          pero el estancamiento espiritual le aterrorizaba.
La vergüenza de la falta de conversiones doblegó sus rodillas y golpeó su espíritu de tal modo que su alma herida se aferró al trono de gracia en silencioso gemir hasta que el Espíritu Santo vino sobre él. La Iglesia y el mundo conocen la respuesta de sus victoriosas vigilias.
          Los votos que hizo,
          las lágrimas que derramó,
          los gritos que salieron de su boca,
todo está escrito en el libro las crónicas de las cosas de Dios.

Del mismo modo Zinzendorf, Wesley, etc. que fueron sus parientes espirituales, (pues hay una aristocracia del Espíritu como la hay de la carne.) Tales hombres desprecian todos los honores y buscan tan sólo ser honrados por el Espíritu Santo.
Las historias políticas y militares se desarrollan alrededor de simples individuos. La historia está tapizada con nombres de hombres que se invistieron de poder de una manera u otra y muchas veces hicieron temblar el mundo.
Piensa en el genio maléfico de Hitler. ¡Cuántos reyes destronó, cuántos gobiernos derribó, cuántos millones de tumbas llenó! Fue para nuestra edad un azote mayor que diez plagas.
La Biblia dice que en los últimos días, cuando hombres impíos obran impíamente, "el pueblo que conoce a su Dios se levantará y hará proezas."
          No los que cantan acerca de Dios ni los que
          escriben y predican acerca de Dios,
          sino los que conocen a su Dios, serán
          fuertes y harán proezas.
El hablar acerca de comida no llena el estómago, ni el hablar de ciencia hace sabios;
ni el hablar de Dios significa que las energías del Espíritu Santo están con nosotros.
Hacemos bien en contemplar el hecho de que el avivamiento viene como resultado de una sección de la iglesia limpiada, humillada e inclinada en súplicas e intercesión.
Una iglesia que ve su generación presa de la falsa religión y le enferma la visión de los millones que perecen;
entonces espera… quizás días, semanas y aún meses, hasta que el Espíritu mueve sobre ella y los cielos se abren con la bendición de avivamiento.

Las mujeres de la Biblia que habían sido estériles fueron las que trajeron los hijos más nobles: -Sara, estéril hasta los noventa años, engendró a Isaac.
-Raquel, cuyo doloroso grito: "¡Dame hijos o muero!" fue atendido, engendró a José, quien libró la nación.
-La mujer de Manoa dio a luz a Sansón, otro libertador de su nación.
-Ana, un alma quebrantada, sollozando en el santuario, haciendo votos y continuando en oración ignoró, el reproche de Elí, derramó su alma y recibió su respuesta en Samuel, que vino a ser el profeta de Israel.
-La estéril viuda, Rut, halló misericordia y dio a luz a Obed, quien engendró a Isaí, el padre de David, de cuya descendencia vino nuestro Salvador.
-De Elisabet, estéril por muchos años, vino Juan el Bautista, de quien Jesús dijo que no ha habido otro profeta más grande entre los nacidos de mujer. Si la vergüenza de la esterilidad no se hubiese apoderado de estas mujeres, ¡qué hombres poderosos habría perdido la historia!

Como el niño concebido pronto se mueve dando señales de vida, así es con el avivamiento. En el siglo XVI, Knox se hizo eco del grito de Raquel clamando, "¡Dame Escocia o me muero!" Knox murió; pero mientras Escocia viva Knox vivirá. Zinzendorf tuvo gran dolor y vergüenza por el estado infructífero y sin amor de los moravos. Fue derretido y motivado por Espíritu Santo hasta que, repentinamente, descendió el avivamiento cerca de las once de la mañana el miércoles 13 de agosto de 1727.
Así comenzó el avivamiento moravo donde nació una reunión de oración que duró cien años. De aquella reunión vino un movimiento misionero que alcanzó los fines de la tierra.

La Iglesia de nuestros días debería estar preñada de apasionada propagación, mientras a menudo su mensaje es solo una pálida propaganda.
Sin duda, los métodos de dar a luz han cambiado con los adelantos de la ciencia; pero decimos otra vez que la ciencia, amada por los doctores, no puede acortar los nueve meses de embarazo.
Hermanos, somos vencidos por el elemento tiempo.
El predicador y la iglesia, demasiado ocupados para orar, están más ocupados de lo que el Señor quiere. Si le diéramos tiempo a Dios El nos daría almas eternas.
Si reconocemos nuestra impotencia espiritual e invocamos Su nombre, El hará brillar nuestra luz como la luz del medio día.

La iglesia tiene montones de consejeros, pero, ¿dónde están los que agonizan?
Las iglesias, que se alaban por un récord de alta asistencia, quizás tengan que admitir un récord de niveles bajos en nacimientos espirituales.
Podemos acrecentar nuestras iglesias sin acrecentar el Reino.
      (Conozco una familia en la cual todos los hijos son
      adoptados. Muchos de nosotros, los predicadores,
      tenemos más hijos adoptivos que nacimientos.)
El enemigo de la multiplicación es el estancamiento. Cuando los creyentes sin frutos nos sintamos apesadumbrados y la esterilidad espiritual nos angustie, entonces palpitaremos con santo temor y oraremos con santo fervor y produciremos con santa fertilidad.
En el almacén de Dios no hay "días de liquidación;" el precio del avivamiento es siempre el mismo: dolor de parto.

¡Esta raza arruinada requiere un avivamiento!

Estoy consciente de que hay quienes en su somnolencia se vuelven a la soberanía de Dios diciendo: "Cuando El quiera darnos un avivamiento, el avivamiento vendrá." Esto es tan sólo media verdad. ¿Queremos decir que Dios está complacido de que ochentitrés personas por minuto mueran sin Cristo?
¿Hemos descendido a creer que el Señor quiere que muchos perezcan?
¿Nos atrevemos a decir, lo que es poco menos que blasfemia, que cuando Dios decida levantar Su pie y esparcir a Sus enemigos vendrá la visitación? ¡De ningún modo!.
Cita parte de un versículo y harás decir a la Biblia lo que quieras.
Por ejemplo: "Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos." Termina el versículo aquí y significa que "Dios puede
Este versículo, mal citado, deja la falta de avivamiento en las gradas del trono de Dios. Pero termina el texto: "El es poderoso para hacer… según el poder que obra en nosotros," y significa que el canal está bloqueado.
Significa que Dios no puede alcanzar a nuestra generación por causa de la falta de poder que hay en la iglesia.
Así, la falta de avivamiento es nuestra falta.
hacerlo, pero por ahora, no se molesta en hacerlo."
Finney dijo: "Dios es un avivamiento listo a desbordarse,"
por lo tanto podemos tenerlo "según el poder que obra en nosotros," porque recibiremos poder cuando haya venido sobre nosotros el Espíritu Santo. Este no es poder simplemente para hacer milagros, pues antes de Pentecostés los discípulos hicieron milagros y echaron demonios. No es solamente
      poder para organizar,
      poder para predicar,
      poder para traducir las Escrituras,
      poder para entrar en nuevos territorios para el
      Señor.
Todo esto es bueno. Pero ¿tenemos poder del Espíritu Santo,
      poder que restringe el poder del diablo,
      poder que derriba fortalezas,
      poder que obtiene las promesas de Dios?

Innumerables seres sin el conocimiento de salvación serán condenados si no han sido librados del dominio del diablo. ¿Qué temor puede tener el infierno que no sea una iglesia ungida y poderosa en la oración?
Queridos hermanos, desechemos todas las trivialidades.
Olvidémonos de las políticas denominacionales y entreguémonos continuamente a la oración
y al ministerio de la Palabra, "pues la fe viene por el oír."
Avergonzados ante la impotencia de la Iglesia y el monopolio que ejerce el diablo, ¿no clamaremos con espíritus angustiados, diciendo de corazón:
"¡Dame hijos o me muero!" Amén.


Adaptado del libro "Por qué no llega el Avivamiento" Usado con permiso de Editorial Caribe copyright ©1980.
P.O. Box 141000
Nashville, TN 37214
E-mail caribe@editorialcaribe.com
WWW.EDITORIALCARIBE.COM

Estos capitulos NO pueden ser redistribuidos sin permiso de la casa de publicaciones Editorial Caribe.

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Aprende a elaborar estudios biblicos

Aprende a elaborar estudios biblicos

 
¿Cómo elaborar estudios bíblicos?
Introducción
“¿Cuál es el método más sencillo, práctico y, sobretodo, eficaz para realizar un estudio bíblico?” Esta es una de las preguntas que recibo con mayor frecuencia en el volumen que recibo diariamente de correspondencia.
Y es natural. Los nuevos creyentes, pero también aquellos que llevan un buen tiempo caminando de la mano del Señor Jesucristo, desean aprender más de Su Palabra y quieren aprovechar al máximo la lectura diaria y devocional de la Biblia.
A esta inquietud se suma el interés creciente en nuestras congregaciones por formar líderes que contribuyan a llevar la carga y estén debidamente capacitados para ejercer la labor de evangelización y predicación.
Unos y otros confluyen en la necesidad de realizar un estudio sistemático de las Escrituras de manera que, además de recibir edificación espiritual, puedan extraer mensajes para compartir con otros creyentes.
Con el propósito de responder a ese interés, desde el Ministerio de Evangelismo y Misiones “Heraldos de la Palabra” hemos diseñado la presente serie, que esperamos, constituye una valiosa herramienta para cada uno de nuestros lectores.
¿Qué se requiere para iniciar un estudio bíblico?
Ante todo se requiere disposición de sacarle provecho al texto objeto de estudio, encontrando lecciones para su aplicación práctica en la vida. Un buen número de cristianos no son muy asiduos a la lectura y, cuesta reconocerlo, no son estudiantes regulares de las Escrituras. Pero una vez aprendan a realizar un estudio, estamos seguros que su actitud será diferente.
La libreta de notas
Al iniciar la elaboración de un estudio bíblico, es fundamental tener a mano una libreta de notas. Allí el estudiante de la Biblia irá consignando apuntes sobre aspectos que le llamen la atención en la lectura, pero también podrá registrar anécdotas e información que en el futuro le sirvan para ilustrar los mensajes.
Un diccionario
De acuerdo con la versión de la Biblia que se utilice, hay términos que pueden ser desconocidos para el lector. Por esa razón le recomiendo que tenga a mano un diccionario. De esa manera podrán absolver interrogantes sobre palabras que desconoce.
En la medida que vaya leyendo y desconozca alguna expresión, el estudiante la anotará en su libreta y buscará el significado. Esto ayudará a enriquecer su léxico y por supuesto, facilitará su comprensión de la lectura.
Mucha oración
El encontrar revelación en la Palabra de Dios siempre debe estar antecedida por un buen tiempo de oración delante del Señor.
Históricamente ha sido así. Los hombres y mujeres que mantuvieron un estrecho contacto con el Creador, recibieron siempre mensajes nuevos. Y con la lectura de la Biblia ocurre lo mismo.
Lectura panorámica del texto
El primer paso al comenzar un estudio bíblico es definir qué pasaje queremos estudiar.
En caso que se trate de un libro de la Biblia (todo el texto de Jonás, por ejemplo), lo aconsejable es realizar una lectura rápida, sin mayores prevenciones.
Imagine que se encuentra en lo alto de una montaña. Desde allí puede divisar toda su ciudad. Las calles, las transversales, los pasajes. Es cierto, no puede particularizar una dirección o determinar el color específico de una edificación, pero tiene una visión muy amplia de la zona urbana. Ve todo. Eso es lo que ocurre cuando realizamos una lectura rápida: nos permite tener a una idea general del texto.
Los términos que desconozca, aquellas cosas que le llamen la atención o quizá, aspectos que en otras ocasiones no le despertaron interés pero ahora pareciera que cobran una importancia especial, debe anotarlos en su libreta.
Resumir las ideas
Cuando vaya a apuntar algo que le llamó poderosamente la atención, le sugiero que sea lo más breve posible. Simplemente anote la idea general. Por ejemplo, los versículos 1 y 2 del Salmo 23. Dice el texto: “El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce…” (Nueva Versión Internacional).
Al resumir, usted podría colocar: “Dios es mi pastor”, “Dios es mi proveedor” o simplemente “Dios nos cuida en todo”. Esas ideas concretas nos permiten, de un lado recordar fácilmente la información, y de otra parte, nos preparan para la elaboración de mensajes.
Hay que destacar que los resúmenes facilitan formarnos una idea general de todo lo que trata el texto objeto del estudio. Facilitan la elaboración de esquemas fáciles de estudiar.
Es importante tener en cuenta que la división de un libro de la Biblia en capítulos, en ocasiones no corresponde al paso de un tema a otro. Debemos ser muy cuidadosos con eso, para no perder el hilo del asunto que viene tratando el autor. Este aspecto lo abordaremos en el siguiente capítulo, en el que podremos mirar qué es texto, qué es contexto y la importancia de mirar qué hay antes, durante y después del pasaje que estemos analizando.
La importancia del texto y el contexto
Con demasiada frecuencia encontramos personas que toman un solo versículo de la Biblia y a partir de allí generan toda una serie de principios doctrinales. Lo grave es que, sin tener suficiente basamento Escritural, comparten mensajes totalmente desfasados, fuera de su contexto. Yerran y conducen a otras personas al error.
Igual ocurre cuando se elabora un estudio bíblico. No podemos, bajo ninguna circunstancia, tomar un solo versículo para tratar de explicar todo lo que dice el pasaje, el capítulo o el libro.
Para no incurrir en errores, definiremos qué es el texto y cuál su contexto.
El texto
Por texto podemos definir un versículo o un pasaje específico que vayamos a estudiar.
Imagine una pared con muchos ladrillos. El texto vendría a ser uno de aquellos ladrillos. Hagámoslo mucho más gráfico: imagine un rompecabezas. ¿Qué es el texto? Vendría a ser una de las muchas piezas que conforman la totalidad del juego.
Cuando tenemos esa imagen clara, podemos entender que un solo eslabón de la cadena, no constituye el todo sino una parte. No puedo tomar un ladrillo y decir: “Tengo en mis manos toda una pared o muro”.
¿Qué es el contexto?
El contexto es todo el conjunto de piezas del rompecabezas o el muro completo. Es el todo en el cual se encuentra incrustado el texto.
Vamos a otro ejemplo. Ubíquese mentalmente en el templo al que asiste. ¿Ve todas las sillas? Pues ese conjunto de bancas vendría a ser el contexto. Pero ahora enfoque su atención en una sola de las sillas. Si lo explicamos gráficamente, diríamos que ese taburete vendría a ser el texto.
Tener estos dos conceptos claros reviste particular importancia porque al elaborar un estudio bíblico es necesario que no vamos saquemos un texto, de su contexto.
Mirando un pasaje dentro de su contexto
Al elaborar una lectura panorámica, tenemos una visión general de qué acontece en la totalidad del libro o texto que vamos a estudiar. Nos permite estar en la cima de la montaña y apreciar el paisaje: las montañas, las nubes, los ríos, las carreteras y la ciudad.
Este ejercicio nos permite hilar ideas generales y conocer cuáles son los aspectos más relevantes. Este paso es fundamental porque en el momento de realizar un análisis detallado, tenemos una cosmovisión aproximada de qué ocurre a lo largo del texto.
Incluso, es probable que nos surjan interrogantes o que por el contrario, absolvamos preguntas. En todos los casos, es recomendable leer el libro de forma panorámica.
Pero supongamos que, una vez lo haya hecho, usted se interesa por un solo capítulo. Es de allí que extraerá una enseñanza. Pues lo aconsejable es que se tome el tiempo para leer los capítulos anteriores y los posteriores. Así tendrá una idea mucho más aterrizada de qué está ocurriendo.
Entramos ahora en una experiencia apasionante para todo estudiante de la Biblia. Es lo que conocemos como Lectura Detallada, es decir, un paso de avanzada en la elaboración del estudio bíblico.
¿Qué es la Lectura Detallada?
Este tipo de lectura exige mucho más. Nos lleva a investigar, analizar, corroborar y tomar apuntes. Es un ejercicio enriquecedor porque nos abre las puertas para conocer en particular, de qué trata el capítulo.
Supongamos que ya leímos la totalidad del libro que vamos a estudiar. Tenemos una cosmovisión de qué se trata. Ahora comenzamos a particularizar y elaborar el estudio.
Es recomendable que usted como pastor, predicador, líder o cristiano que comienza a involucrarse en las tareas y ministerio de la iglesia, desarrolle el buen hábito de realizar estudios bíblicos siguiendo dos pasos esenciales: tanto la Lectura Panorámica como la Lectura Detallada o pormenorizada.
Cuestionario a las lecciones 12 y 13
1.- Al disponernos a la elaboración de estudios bíblicos es necesario tener:
a.- Una buena bíblia con ayudas de estudio y tiempo para estudiar cada tópico objeto de análisis.
b.- Libreta de notas, una concordancia, un diccionario bíblico, oración y un estudio panorámico del texto.
c.- Una buena concordancia únicamente.
d.- Ninguna de las anteriores.

2.- Un análisis panorámico del texto es de suma importancia porque:
a.- Nos permite conocer qué pasó antes, durante y después del texto estudiado.
b.- Profundizar en términos que normalmente suenan extraños.
c.- Las dos anteriores.
d.- Ninguna de las anteriores.

3.- Es importante que al leer el texto objeto de estudio:
a.- Tomemos notas para el momento de elaborar el estudio.
b.- Subrayar nuestra Biblia con aspectos interesantes.
c.- Tomar notas de los aspectos interesantes observados al leer el texto.

4.- ¿Qué importancia juegan el texto y el contexto en el estudio bíblico?
a.- Permiten determinar de dónde viene un hecho determinado, observando lo que ocurrió antes, durante y después.
b.- Sólo basta leer el texto. El contexto no es necesario.
c.- El contexto es determinante porque nos ayuda a tener una mejor comprensión del texto que estudiamos.
d.- Las respuestas a y c son correctas.
Jiménez, Fernado Alexis, Manual para la elaboración de sermones y estudios bíblicos, Usado con permiso.