sábado, 30 de marzo de 2013


La provisión para la propiciación: El sacrificio de Cristo


Pablo indudablemente relaciona la propiciación con la muerte de Cristo, en Romanos 3:25. Su sangre (es decir, Su muerte) lo hizo a El la propiciación. Un debate interpretativo existe tocante al matiz de significado de hilasterion en el versículo.
Puesto que es la misma forma usada en Hebreos 9:5, muchos entienden que esto se refiere a Cristo como el lugar donde se hizo la propiciación. Otros entienden que la referencia significa que Cristo fue la ofrenda propiciatoria, idea que halla apoyo en Hebreos 2:17; 1 Juan 2:2; y 4:10. Posiblemente debemos incluir ambos matices de significado en este pasaje; es decir, nuestro Señor fue el sacrificio satisfactorio por el pecado y, por lo tanto, el lugar donde se llevó a cabo la propiciación.
Nótese la interconexión del pecado, el sacrificio, la sangre, y la propiciación en estos pasajes.
Las referencias en 2:2 y 4:10 ambas enfatizan el hecho de que Cristo mismo es la ofrenda que quita la ira de Dios. A El no se le llama el propiciador (nótese que El es llamado Salvador en v. 14) como si hubiera existido la posibilidad de que El usara otro medio de propiciación aparte de Sí mismo. El es la ofrenda.

 Su generación, que vivan durante una nueva reformación.



1. Pero tengan cuidado. Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos y a sus nietos. (Deu 4:9)
2. Gloríense en su nombre santo. Alégrense de veras los que buscan al Señor. Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia. (1Ch 16:10-11)
3. En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan. (Psa 9:10)
4. El corazón me dice: Busca su rostro. Y yo, Señor, tu rostro busco. (Psa 27:8)
5. Busquen al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano. Que abandone el malvado su camino, y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios, que es generoso para perdonar, y de él recibirá misericordia. (Isa 55:6-7)
6. Así dice el Señor al reino de Israel: Búsquenme y vivirán. (Amo 5:4)

La vida y la muerte en el AT.
En el AT las ideas de la vida y de la muerte se insertan en el contexto de las ideas del Cercano Oriente, pero la fe de Israel en Dios les da una forma distintiva.
1. La vida en el AT. El término חַיִּים abarca sólo la vida física y orgánica, pero contiene un juicio de valor. La vida es buena –es el bien supremo (Job 2:4; Pr. 3:16)– en cuanto presuposición de todo lo demás (cf. Ec. 9:4). La vida larga es una gracia especial (cf. Gn. 25:8, etc.), una recompensa por guardar los mandamientos (Dt. 5:16, etc.). La vida misma proviene de Dios, quien insufla en nuestras narices el aliento de vida (Gn. 2:7). El centro de la vida se halla en la sangre (Gn. 9:4). La vida, sin embargo, se ha visto
229 perturbada. Por una parte se ha acortado (Gn. 6:3), por otra ha sido hecha amarga, en razón del pecado humano. El árbol de la vida significa un destino de vida eterna que fue malogrado con la caída y la expulsión del huerto. Más importante que el origen de la vida es la relación real de la vida con Dios, quien es Señor tanto de la vida como de la muerte, que controla el libro de la vida (Éx. 32:32), y que, habiendo dado la alianza, determina la preservación o pérdida de la vida según la respuesta a su palabra. La vida no queda garantizada mediante ritos mágicos, sino mediante una decisión de obediencia (Dt. 30:15ss; 32:47). No depende sólo del pan, sino también de la palabra de Dios (Dt. 8:3). Ezequiel es quien elabora este tema con la máxima agudeza, con su llamado al arrepentimiento y la promesa anexa de vida. La vida se entiende, entonces, exclusivamente en términos de gracia. Es la base misma de la salvación, y sólo se la puede tener por fe, adhiriéndose al Dios salvador (Hab. 2:4). Si bien es por una parte el disfrute de las bendiciones, es por otra la comunión [p 289] con Dios; pero en cualquiera de las dos formas se entiende como don de Dios. Los libros sapienciales ponen como su objetivo principal el ofrecer la vida, o conducir a la vida, mediante una decisión correcta en cuanto al verdadero orden de vida. La única diferencia es que ahora la sabiduría reemplaza a Dios o a la palabra como fuente o dadora de vida. Cierto es que la idea que la palabra o la sabiduría confiere vida en un sentido físico, y no solamente espiritual, implica cierta contradicción con las crudas realidades de la experiencia; y el AT tiene conciencia de esto, pero sólo puede ofrecer una solución en cuanto que la muerte no es considerada como fin irrevocable de la vida.
2. La muerte en el AT. La terminación de la vida con la muerte en la vejez se acepta como cosa lamentable pero natural. La condición que se espera después de la muerte es carente de alegría. La individualidad se pierde, y no se espera reencuentro alguno.
A los sepulcros se les niega toda calidad sacra, y los cadáveres son impuros (Dt. 21:23). Los muertos quedan excluidos de la alabanza a Dios (Sal. 115:16–17). La separación del Dios de la vida es el verdadero aguijón de la muerte (Is. 38:18). Si la vida viene por la relación con Dios, la muerte se caracteriza por la ausencia de tal relación. La perpetuación de la nación, aun por la restauración (Ez. 37), está garantizada por la alianza, mientras que sobre la vida individual pende el hechizo de la muerte.
3. La victoria sobre la muerte en el AT. Aunque siempre se considera que Dios gobierna sobre las esferas superiores, hacia las cuales puede arrebatar a los justos (Gn. 5:21ss; 2 R. 2:9–10), esto no se enfatiza; y para después de la muerte se llega a esperar la fe en la justicia divina, ese cumplimiento de la promesa de la alianza (Sal. 16:9–10; 49:16; 73:23ss; Job 19:25). El concepto de la gracia subyace a la certeza que aquí se enuncia. El mismo concepto se halla detrás de Isaías 26:19 y Daniel 12:2, aunque aquí la justicia de Dios significa la retribución de los malos así como la continua comunión con Dios para los creyentes.

4. El concepto de vida en el AT. Si el hebreo חַיִּים corresponde más a βίος (en cuanto duración) que a ζωή, la palabra נֶפֶשׁ , que denota la potencia sobre la cual se basa la vida, está más cerca de ζωή. La esencia de חַיִּים se puede ver en las expresiones de vida cuyo sujeto es נֶפֶשׁ p. ej. el hambre y la sed, los anhelos y deseos. Pero el נֶפֶשׁ no es a la vez el sujeto de la vida intelectual, ya que el concepto de vida va ligado al de carne, todas las criaturas vivientes quedan bajo la categoría de נֶפֶשׁ , y cuerpo y alma se pueden usar como paralelos o de manera combinada. Si bien el נֶפֶשׁ está en nosotros, o en la sangre, no se puede escrutar, ya que sólo está sujeto al dominio de Dios (Gn. 6:3, 17, etc.). La vida la tenemos sólo como préstamo. Dios es el Señor de la vida (Sal. 104:29–30).
Él es el Dador, que mata y que da vida (Sal. 36:9; Dt. 32:39). Sólo él tiene vida en sí mismo. Nosotros los mortales sólo podemos sustentarla mediante el alimento y el trabajo. Para nosotros la vida es temporal e implica movimiento, posibilidad, orientación y deseo. Se caracteriza por el esfuerzo y la esperanza, así como por el hambre y la sed. La mera existencia no es vida. La enfermedad es tan mala como la muerte (Job 27:15), y la curación es vida. La verdadera vida es larga y feliz. La vida es el bien supremo; el peor sufrimiento es «hasta la muerte» (Jon. 4:9). La muerte pone fin a la vida; no puede darle plenitud. La vida significa conocimiento de sí; de ahí el vínculo con la luz (cf. Ec. 11:8). La vida es individual; la muerte pone a todos en igualdad de condiciones (Job 3:19). Esta individualidad está presente con la vida misma; no hay que alcanzarla mediante el modo en que uno vive, ni perdura después de la muerte. La muerte es un descanso (Job 3:17–18), y uno puede morir contento cuando está lleno de días. Esta vida presente es verdadera vida si es larga y feliz, y mediante la obediencia a la ley o a la sabiduría uno puede labrarse esa vida larga y feliz, escogiendo así la vida en vez de la muerte.

 Una correcta identificación debe estar relacionada con el contexto literario de todo el libro.
a. La I Carta de Juan fue escrita para combatir las falsas enseñanza y para fortalecer a los verdaderos
creyentes.
b. Estos dos propósitos se pueden ver en las pruebas del verdadero creyente:
(1) Doctrinal
(a) Jesús fue verdaderamente hombre (1:1-3; 4:14)
(b) Jesús fue verdaderamente Dios (1:2; 5:20)
(c) Los seres humanos también son perdonados y santificados por Dios mediante:
i. La muerte de Jesús (1:7; 2:1-2; 3:16; 4:9-10, 14; 5:6-8)
ii. La fe en Jesús (1:9; 3:23; 4:15; 5:1, 4-5, 10-13)
(2) Práctico (positivo)
(a) Un estilo de vida de obediencia (2:3-5; 3:22, 24; 5:2-3)
(b) Un estilo de vida como el de Cristo (sin pecado, 1.7; 2:6, 29; 3:6-9; 5:18)
(c) Un estilo de vida de amor (2:10; 3:11, 14, 18, 23; 4:7, 11-12; 16-18, 21)
(d) La victoria sobre el mal de este estilo de vida
(e) Su Palabra que permanece en ellos (1:10; 2:14)
(f) Ellos tienen al Espíritu (3:24; 4:4-6, 13)


TÓPICO ESPECIAL: LA CARNE (sarx)
El término es utilizado ampliamente por Pablo en Gálatas y fue desarrollado teológicamente en Romanos.
Los eruditos difieren de cómo caracterizar las distintas connotaciones de la palabra. Obviamente que hay algunas semejanzas en su significado. A continuación presento un esfuerzo por señalar el amplio campo semántico del término:
A. El cuerpo humano (Juan 1:14; Romanos 2:28; I Corintios 5:5; 7:28; II Corintios 4:11; 7:5; 12:7; Gálatas 1:16; 2:16, 20; 4:13; Filipenses 1:22; Colosenses 1:22, 24; 2:5; I Timoteo 3:16).
B. La descendencia humana (Juan 3:6; Romanos 1:3; 4:1; 9:3, 5, 8; 11:14; I Corintios 10:18; Gálatas 4:23,29).
C. El ser humano (Romanos 3:20; 7:5; 8:7-8; I Corintios º:29; II Corintios 10:3; Gálatas 2:16; 5:24)
D. El lenguaje humano (Juan8:15; I Corintios 1:26; II Corintios 1:12; 5:16; 10:2; Gálatas 6:12)
E. La debilidad humana (Romanos 6:19; 7:18; 8:5-6, 9; II Corintios 10:4; Gálatas 3:3; 5:13, 16, 19-21; Colosenses 2:18)
F. La hostilidad humana hacia Dios al relacionarla con las consecuencias de la caída (romanos 7:14; 13:14; I Corintios 3:1, 3, Efesios 2:3; Colosenses 2:18; I Pedro 2:11; I Juan 2:16)


EL GEMIR DE MILES DE MILLONES DE ALMAS
Se dice que Martín Lutero tenía un amigo íntimo, cuyo nombre era Miconio. Este, al ver a Lutero
sentado durante días interminables trabajando al servicio del Maestro, Miconio sintió compasión de él y le
dijo: "Te puedo ayudar más desde donde yo estoy; permaneceré aquí orando, mientras tú perseveras
incansablemente en la lucha." Miconio oró durante días seguidos por Martín. Pero al paso que perseveraba
en la oración, comenzó a sentir el peso de la propia culpa.
Cierta noche soñó con el Salvador, quien le mostró las manos y los pies. Le mostró también la fuente en
la cual lo había purificado de todo pecado. "Sígueme", le dijo el Salvador, llevándolo a un alto monte,
desde donde señaló hacia el naciente. Miconio vio una planicie que se extendía hasta el lejano horizonte.
La vasta planicie estaba cubierta de ovejas, de muchos millares de ovejas blancas. Solamente había un
hombre, Martín Lutero, que se esforzaba por apacentar a todas. Entonces el Salvador le dijo a Miconio
que mirase hacia el poniente. El miró y vio vastos campos de trigo blancos para la siega. El único segador
que se esforzaba por segarlos, estaba casi exhausto; de todas maneras, persistía en su tarea. En ese
momento, Miconio reconoció el solitario segador: ¡era su buen amigo, Martín Lutero! Al despertar del
sueño, Miconio tomó esta resolución: "No puedo quedarme aquí orando mientras Martín se fatiga en la
obra del Señor. Las ovejas deben ser apacentadas, y los campos tienen que ser segados. Héme aquí, Señor,
¡envíame a mí!" Fue así como Miconio salió para compartir la labor de su fiel amigo.
Jesús nos llama para trabajar y orar. Es de rodillas que la iglesia de Cristo avanza. Fue Lionel Fletcher
quien escribió:
"Todos los grandes conquistadores de almas, a través de los siglos, han sido hombres y mujeres
incansables en la oración. Conozco a casi todos los oradores que han tenido éxito en la generación actual,
así como a los de la generación anterior, y sé que todos ellos han sido hombres de intensa oración.
"Cierto evangelista me impresionó profundamente cuando yo era todavía un joven periodista de un
diario. Ese evangelista se había hospedado en casa de un pastor presbiteriano. Toqué a la puerta y
pregunté si podía hablar con el evangelista. El pastor, con voz trémula y con el rostro iluminado por una
luz extraña, respondió: 'Nunca se hospedó un hombre como él en nuestra casa. No sé cuando él duerme. Si
voy a su cuarto durante la noche para saber si precisa de alguna cosa, lo encuentro orando. Lo vi entrar en
el templo muy temprano hoy por la mañana, y no volvió para desayunar ni para almorzar.' "
"Fui a la iglesia. . . Entré furtivamente para no perturbarlo. Lo hallé sin el saco y sin el cuello clerical.
Estaba postrado de bruces delante del púlpito. Oí que con voz agonizante y conmovedora imploraba a
Dios en favor de aquella ciudad de mineros, para que dirigiese las almas al Salvador. Había orado durante
toda la noche; había orado y ayunado el día entero."
"Me aproximé furtivamente al lugar donde él oraba postrado en el suelo. Me arrodillé y puse la mano
sobre su hombro. El sudor le corría por el rostro. El no me había visto nunca, pero me miró por un
momento y entonces me rogó: "Ore conmigo, hermano. No puedo vivir si esta ciudad no se acerca a
Dios." Había orado en ese lugar durante veinte días sin que se hubiese producido ninguna conversión. Me
arrodillé a su lado y oramos juntos. Nunca había oído a nadie que insistiese como él. Volví de allí
realmente asombrado, humillado y tembloroso."
"Aquella noche asistí al culto en el gran templo donde él oró. Nadie sabía que él no había comido
durante el día entero, que no había dormido durante la noche anterior. Pero, cuando se levantó para
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predicar, oí a diversos oyentes que dijeron: 'La luz de su rostro no es terrenal.' Y no lo era en efecto. El era
un conceptuado instructor bíblico, pero no tenía el don de predicar. Sin embargo, esa noche, mientras
predicaba, el auditorio entero fue tomado por el poder de Dios. Ele esa la primera gran cosecha de almas
que presencié."
Hay muchos testigos oculares del hecho de que Dios continúa respondiendo las oraciones como en el
tiempo de Lutero, de Edwards y de Judson. Transcribimos aquí el siguiente comentario publicado en
cierto periódico:
"La hermana Dabney es una creyente humilde que se dedica a orar... Su marido, pastor de una gran
iglesia, fue llamado para iniciar la obra en un suburbio habitado por gente pobre. Al primer culto no vino
ningún oyente; solamente él y ella asistieron. Se quedaron desilusionados. Era un campo dificilísimo; el
pueblo no era solamente pobre, sino depravado también. La hermana Dabney vio que no había esperanza,
a no ser que se clamase a Dios, y resolvió dedicarse persistentemente a la oración. Hizo un voto a Dios,
que, si El atraía a los pecadores a los cultos y los salvaba, ella se entregaría a la oración y ayunaría tres
días y tres noches en el templo, todas las semanas, durante un período de tres años.
"Fue así que, después que la esposa de ese pastor angustiado comenzó a orar, sola, en el salón de cultos,
Dios comenzó a obrar enviando pecadores en tan gran número, que el salón quedaba repleto de oyentes.
Su marido le pidió entonces que orase al Señor y le pidiese un salón más grande. Dios conmovió el
corazón de un comerciante para que desocupara el edificio que quedaba frente al salón, cediéndolo para
los cultos. Ella continuó orando y ayunando tres veces por semana, y sucedió que aquel salón más grande
también resultó ser insuficiente para contener al público. Su marido le pidió nuevamente que orase y
pidiese un edificio en que todos los que deseaban asistir a los cultos pudiesen entrar. Ella oró y Dios les
dio un gran templo situado en la calle principal de ese barrio. En ese nuevo templo la asistencia aumentó
también a tal punto, que muchos de los oyentes se veían obligados a asistir a las predicaciones de pie, en
la calle. Muchos de ellos fueron liberados del pecado y bautizados."
Cuando los creyentes sienten dolores mientras están orando, es que hay almas que están renaciendo.
"Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán."
"El gemir de miles de millones de almas en la tierra me llega a los oídos y me conmueve el corazón; me
esfuerzo, pidiendo el auxilio de Dios, para evaluar, al menos en parte, la densa obscuridad, la extrema
miseria y la indescriptible desesperación de esos miles de millones de almas que no tienen a Cristo.
Medita hermano, sobre el amor del Maestro, amor profundo como el mar; contempla el horrible
espectáculo de la desesperación de los hombres perdidos, hasta que no puedas ya censurar, hasta que no
puedas descansar, hasta que no puedas dormir."
Al sentir las necesidades de los hombres que perecen sin Cristo, fue que Carlos Inwood escribió lo que
acabamos de leer en el párrafo anterior, y es por esa razón que se consume el alma de los héroes de la
Iglesia de Cristo a través de los siglos.
En la campaña de Piamonte, Napoleón se dirigió a sus soldados con las siguientes palabras: "Habéis
ganado sangrientas batallas sin cañones, habéis atravesado ríos caudalosos sin puentes, habéis marchado
increíbles distancias descalzos, habéis acampado innúmeras veces sin tener nada para comer. ¡Todo esto
gracias a vuestra audaz perseverancia! ¡Pero, guerreros, es como si no hubiésemos hecho nada, puesto que
nos queda aún mucho por alcanzar!"
Guerreros de la causa santa: nosotros podemos decir lo mismo; es como si no hubiésemos hecho nada.
La audaz perseverancia nos es indispensable todavía; hay más almas para salvar actualmente que las que
había en los tiempos de Müller, de Livingstone, de Paton, de Spurgeon y de Moody.
"¡Ay de mí, si no anunciare el evangelio!" (1Co_9:16.)
No podemos taparnos los oídos espirituales para no oír el llanto y los suspiros de miles de millones de
almas en la tierra, que no conocen el camino que conduce al hogar celestial.
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jueves, 28 de marzo de 2013

Wesley creyó, amó y obedeció

 
 
Wesley creyó, amó y obedeció
De estructura física delgada pero con músculos de hierro, Wesley cubrió en su tarea evangelizadora alrededor de cuatrocientos mil kilómetros, una distancia semejante a 10 vueltas alrededor del globo terráqueo.
Trescientos ocho años después de su nacimiento, John Wesley está vigente. Consagró su vida a Dios desde su niñez. Predicó sin desmayo la Palabra del Señor. Ejemplar pastor y teólogo inglés, sentó las bases de una forma de difundir el Evangelio.
 
La biografía de John Wesley, el varón de Jesucristo que originó un gran movimiento de renovación espiritual a mediados del siglo XVIII, no empezó el 17 de junio de 1703 –la fecha de su nacimiento-, comenzó mucho tiempo antes. Dios, por generaciones, preparó a dos familias de profundas convicciones evangélicas para ser los antepasados del hombre que cambió la historia religiosa del Reino Unido y marcó un antes y un después en el cristianismo mundial. Wesley fue el decimoquinto hijo de Samuel y Susana Wesley, ambos descendientes de dos estirpes consagradas a la fe en Cristo, y a lo largo de sus 87 años de vida se transformó en el predicar más prolífico y fecundo del Señor.
 
En sus primeros años de vida, Wesley, nacido en Epworth, Inglaterra, fue testigo de los diversos problemas sociales, políticos y religiosos que asolaron por aquel tiempo a Gran Bretaña. Así la gente que vivía cerca de su casa fue hostil con su familia debido a sus creencias y varias veces atacó su ganado, cosechas y hasta la misma casa de John. Cuando él tenía 6 años, aconteció un suceso donde la presencia del Altísimo se hizo evidente. Una noche el hogar de los Wesley fue incendiado. La familia escapó, pero John se había quedado durmiendo. Empero, fue salvado a último minuto gracias a la valentía de algunos vecinos. Esta experiencia quedó profundamente grabada en su memoria. Aquella noche sintió que Dios le salvó la vida con algún propósito especial.
 
A la edad de 10 años, luego de nutrirse con la fe sus progenitores, ingresó al Colegio de Charterhouse en Londres. Allí estudió lenguas clásicas, matemáticas y ciencias y se formó como un hombre de bien. Inmediatamente después pasó a la universidad de Oxford y mientras vivía una existencia disciplinada y austera, comenzó a reunirse con su hermano Charles y un grupo de otros profesores y estudiantes para orar y cultivar la lectura de la Biblia y hacer obras sociales siguiendo el ejemplo de Jesús. Ellos visitaban la cárcel, ayudaban a familias pobres y comenzaron una pequeña escuela. George Whitefield, otro gran evangelista de la época moderna, también fue miembro de este grupo al que se le llamó el “Club Santo”.
 
ENCUENTRO CON LUTERO
 
En octubre de 1735, John Wesley y su hermano Charles viajaron a América. John fue a servir como misionero en la ciudad de Savannah, parte de la colonia inglesa de Georgia, en tanto que Charles fue a desempeñar el cargo de secretario del fundador y gobernador de este territorio, el general James Edward Oglethorpe. En su primera misión religiosa, John hizo planes para celebrar servicios, visitó cada hogar y estableció una escuela para los hijos de los colonos. Además trató de enseñar a los indígenas, pero descubrió que los indios americanos tenían poco interés en escuchar la Palabra de Jesucristo de los hombres blancos, lo cual limitó su labor. Luego, tras dos años de muchas pruebas y frustraciones, regresó a Inglaterra.
 
Ya en Gran Bretaña, la noche del 24 de mayo de 1738, al escuchar la lectura de un comentario escrito por el reformador Martín Lutero, en un culto de oración, la vida de John Wesley cambió para siempre. Alguna vez afirmó: “sentí que mi corazón fue extrañamente conmovido, que confiaba en Cristo, y en Él únicamente para mi salvación, y me fue otorgada una certeza a mí de que Él había llevado y quitado mis pecados; sí, los míos, y que me había salvado a mí de la ley del pecado y la muerte”. Entonces empezó su ministerio. Recorrió toda Inglaterra y predicó sin descanso, las buenas nuevas del Altísimo. De esa manera, en vísperas de cumplir treinta y cinco años, inauguró el gran avivamiento evangélico del siglo XVIII.
 
De estructura física delgada pero con músculos de hierro, Wesley cubrió en su tarea evangelizadora alrededor de cuatrocientos mil kilómetros, una distancia semejante a 10 vueltas alrededor del globo terráqueo, la mayor parte a caballo. Bajo lluvias torrenciales, en los inclementes inviernos británicos con nieve y escarcha, siempre se mantuvo firme en la responsabilidad encomendada por el Creador. Sus biógrafos coinciden en que predicó además un estimado de cuarenta mil sermones y que podía recorrer cincuenta kilómetros a pie en un día o viajar a caballo hasta ciento treinta, sin descanso alguno. También apuntan que siempre despertó el interés del pueblo inglés y que llegó a reunir alguna vez a más de veinte mil personas.
 
John fue un hombre muy disciplinado. Planeó estrictamente las horas de cada día de su existencia y vivió un estilo de vida muy sencillo y austero. Asimismo, debido a su predilección por la literatura, redactó un estimado de 3,000 escritos sobre temas tan variados como teología, ciencia, lógica, medicina y música. Lo hizo, con la gracia de Dios, en tiempos complicados para el cristianismo y sin secretaria, máquina de escribir o computadora personal. Del mismo modo, escribió muchos libros devocionales que distribuyó entre sus seguidores y que debido a su gran éxito lo obligó a establecer su propia casa editora. Igualmente, el ministerio de Wesley no se limitó a Inglaterra. También se extendió por Irlanda.
 
LOS ÚLTIMOS AÑOS
 
Tocado por el Espíritu Santo, Wesley en todo momento mostró un interés particular en la niñez y en la juventud. Nunca se cansó de decirles a ellos, así como también a los adultos, que lo que debían hacer era “creer, amar y obedecer”. En ese contexto, el hijo de Samuel y Susana Wesley fundó el 24 de junio de 1748, en la ciudad de Kingswood, una escuela para la instrucción elemental de los niños y niñas desamparados del Reino Unido. En este espacio educativo popular, en sus orígenes, se enseñó diversas disciplinas seculares del saber humano, pero principalmente la Palabra de Dios. De igual forma, se encargó de proveer amparo a los necesitados y también construyó un dispensario médico a favor de los indigentes.
 
El 2 de marzo de 1791, a la edad de ochenta y ocho años, John Wesley culminó su paso por la tierra. Ese día Dios se llevó a su presencia a este hombre, santo y consagrado, quien en su lecho de muerte dijo: “lo mejor de todo es que Dios está con nosotros”. Su funeral, según su deseo, fue sencillo y uno de su biógrafos, William Henry Fitchett, describió que fue “llevado por seis hombres pobres, y dejó atrás nada más que una buena biblioteca, una toga muy gastada y una reputación muy amplia”. De este modo, acabó la vida del hombre más influyente de su tiempo, en el mundo de habla inglesa, que pregonaba que la tierra era su templo. Sin embargo, lo que él empezó se ha mantenido en pie por medio de los millones de seguidores del Rey de Reyes durante más de doscientos años.

La Voz protestante


 La Voz protestante

Predicador italiano, reformador y mártir de la fe, reconocido por su enfrentamiento con los gobernantes tiranos y un clero corrupto. Girolamo Savonarola sobresalió por su excepcional inteligencia, probidad moral, enorme piedad y sincero amor a Dios.

Nació el 21 de septiembre de 1452, en el seno de una familia adinerada de la ciudad de Ferrara al norte de Italia. Su abue­lo Michele, que era médico, se había sentido atraído por los problemas relacionados con la fe en Dios y quizá fue quien más influyó en su idea reformadora de la iglesia tradicional. Gi­rolamo Maria Francesco Matteo Savonarola, predicador, reformador religioso y mártir cris­tiano, creció en un entorno que supo educarlo en el camino del Señor y con el tiempo fue re­conocido por su enfrentamiento con los gober­nantes tiránicos y un clero corrupto.
 
Girolamo fue el tercer hijo de los siete que tuvieron la pareja formada por Nicolás Savo­narola y Elena Bonaccorsi. Su abuelo, escritor religioso por devoción, se encargó de la edu­cación del joven, que por tanto recibió una for­mación sólidamente religiosa, además de hu­manista. El padre hubiera querido que siguiese el ejemplo del abuelo y se hiciera médico, cosa que en un primer momento él pensó seriamen­te, iniciando incluso los estudios de medicina, pero pronto prefirió tomar otro camino. En 1474, a la edad de 18 años, luego de escuchar un poderoso sermón en el que un monje llama­ba al arrepentimiento y la consagración, ingre­só a un monasterio en la ciudad de Bolonia.
 
LUCHA CONTRA LA INMORALIDAD
 
Durante su primer año de vida monástica, Gi­rolamo se desencantó de la Iglesia Católica. La creciente corrupción que vio lo llevó a escribir el poema “La Iglesia declina”. Como parte de sus tareas en el monasterio, Girolamo estaba a cargo de la instrucción de los novicios. En su tiempo libre se dedicaba a escribir tratados filo­sóficos que basaba en las enseñanzas de Aristó­teles y Tomás de Aquino. En 1482 predicó por primera vez en Florencia, al llegar a esa ciudad, no pudo contenerse y denunció la inmoralidad prevalente en todos los estratos sociales, espe­cialmente en la corte de Lorenzo de Medici.
 
Aunque sus muy escuchados sermones no fueron bien recibidos por las autoridades eclesiásticas, Girolamo siguió presentando su mensaje en diversas ciudades desde 1485 a 1489. Así, en la ciudad de Brescia, alrededor del año 1486, Girolamo inició un estudio y prédicas del libro de Apocalipsis. Esos estudios inspiraron un mayor fervor por la renovación de la iglesia y la urgencia de llevar la salvación a tantas almas como fuera posible. En 1489 Gi­rolamo regresó a Florencia. En agosto del año siguiente predicó en la catedral de Florencia, iniciando una serie de sermones basados en las Santas Escrituras. La población estaba real­mente impactada por sus palabras y llegaba de todas partes a escucharlo.

 
PRIOR DE SAN MARCO
 
En 1490 ingresó en el convento dominico de San Marco de Florencia, del que fue elegido prior en 1491. Ejerció una enorme influencia sobre la población con sus ideales de pobreza y despo­seimiento y con prédica de la flagelación por la corrupción moral, la degeneración, el lujo, el derroche y el afán de placeres en los círculos de la iglesia oficial y de la ciudad; sus adeptos acabaron por venerarlo como a un profeta. La intensidad y el radicalismo de sus arremetidas retóricas contra Lorenzo de Médicis y su hijo Pietro, así como contra la Santa Sede y la reli­gión tradicional, no cesaban de crecer.
 
Cuando los Médicis fueron derrocados en 1494 y Carlos VIII de Francia conquistó el reino de Nápoles en los años 1494 y 1495, sus pro­fecías se vieron cumplidas y Savonarola man­tuvo estrecho contacto con el monarca francés. El religioso instauró entonces en Florencia una especie de democracia teocrática en la que se seguían sus ideas sin que él mismo participa­ra activamente en la política. A principios del año 1498, Savonarola publicó su Trattato circa il Reggimento di Firenze (Tratado acerca del gobierno de Florencia). En él proponía una re­forma de gobierno “basada en la justicia, la paz y la confianza entre los ciudadanos”.
 
En 1494, bajo la dirección de Savonarola, Florencia fue convertida en una república regi­da teocráticamente. El propósito primordial de Savonarola fue fundar una república cristiana libre de los vicios y componendas comunes en la Iglesia Católica. Toda la plataforma política y social estuvo basada por completo en las en­señanzas del seguidor de Jesucristo. Al contra­rio del autoritarismo de los Medici, se instituyó un consejo que representaba de forma demo­crática a todos los ciudadanos. La Biblia era la base sobre la cual se juzgaba todo asunto. Ante las prédicas y exhortaciones de Girolamo, la población entera renunció a la ostentación, a la hechicería y otras costumbres paganas.
 
DESAFÍOS A LA IGLESIA TRADICIONAL
 
Savonarola predicaba el ideal de la pobreza y el desposeimiento: “una iglesia que devasta, que ampara a prostitutas, mozalbetes licenciosos y ladrones, y en cambio persigue a los buenos y perturba la vida cristiana no está impulsada por la religión sino por el diablo, al que no sólo se le puede sino que se le debe hacer frente”. Cuando el Papa Alejandro VI le ofreció el cargo de digna­tario de la Iglesia con la intención de disuadirle de su anticlericalismo despiadado y severo, Savo­narola rehusó: “No quiero un birrete cardenalicio ni ninguna mitra, grande ni pequeña. No quiero sino lo que le diste a tus santos: la muerte”.
 
Este no fue el único gesto de desafío a la iglesia oficial; el propio Savonarola había encendido con anterioridad una hoguera y escenificado una acción disciplinaria simbólica. El 7 de febrero de 1497 organizó en la Plaza de la Signoria una “hoguera de las vanidades” en la que ardieron objetos que simbolizaban los vicios profanos: ins­trumentos musicales, imágenes, joyas, naipes e, incluso, los libros de Boccaccio y Petrarca por su contenido “impúdico”. Esta acción le valió la ex­comunión por parte del Papa Alejandro VI, pero al mismo tiempo le sirvió de incentivo para or­ganizar otra hoguera todavía más espectacular al año siguiente, en 1498.
 
El Papa Alejandro VI no estaba dispuesto a permitir que Savonarola lo siguiera desafian­do, así que el 25 de julio de 1495, fue llama­do a Roma para presentarse ante un tribunal eclesiástico, acusado de proferir falsas pro­fecías, pero Savonarola se negó a acudir. El 8 de septiembre del mismo año fue acusado de herejía y el Papa le prohibió predicar y presen­tarse en público. La rama de monjes dominicos fundada por él fue suprimida y declarada ile­gal. El 12 de mayo de 1497 fue excomulgado, medida que Girolamo denunció como ilegal y arbitraria en su carta “Contra la Excomunión” publicada el 19 de junio. A pesar de estar exco­mulgado, celebró misa en Navidad de 1497. El 11 de febrero de 1498 predicó de nuevo en la Catedral de Florencia.
 
MUERTE EN LA HOGUERA
 
Durante el final de la Guerra italiana de 1494-1498, Girolamo se dedicó incansablemen­te a socorrer a los enfer­mos. Sin embargo, en aquel momento, el mo­nasterio de San Marco fue atacado por las tro­pas del Papa y Savona­rola junto a uno de sus más fieles seguidores el monje Domenico de Pescia fueron tomados prisioneros. El general de los dominicos y el obispo de Llerda llegaron a Florencia para re­presentar a Roma en el juicio contra Girolamo. Los documentos del juicio, que aunque fueron adulterados por el notario papal, todavía exis­ten. Savonarola y Domenico de Pescia así como otro miembro de la su orden fueron condenados a muerte el 22 de mayo de 1498. Acusados de he­rejía fueron ahorcados al día siguiente. Inmedia­tamente después de la ejecución, su cuerpo fue quemado.

El Cristo Siempre Triunfante


El Cristo Siempre Triunfante


El Cristo Siempre Triunfante

Rev. LuisM. Ortiz
“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,y despojando a los principados y a las  potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo”.Colosenses 2:14-16.

Hay un librito intitulado “Tres día y noches en el corazón de la tierra”, que presenta a Cristo en la cruz como un fracasado, uno destruido espiritualmente, que no consumó su obra redentora en la cruz, que Satanás se apoderó y llevó el espíritu de Cristo al infierno, que en la cruz no hubo victoria, que la cruz fue lugar de derrota, que en la cruz Dios no era el Padre de Jesús.
Pero la Biblia enseña todo lo contrario, es decir, que en la cruz del calvario el Señor conquistó una gran victoria, pues anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, quitándola de en medio las clavó en la cruz; esto es, todas las demandas de la ley mosaica con sus días de fiesta, luna nueva, circuncisión, sábado, etc.; y también despojó, derrotó a los principados y a las potestades, a Satanás, y a todas las fuerzas infernales y los exhibió públicamente como un trofeo, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2:14-16).
El escritor de la epístola a los Hebreos exalta la victoria de Cristo por medio de su muerte en la cruz y dice:“Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”(Hebreos 2:14, 15).
Fue precisamente la muerte de Cristo en la cruz del calvario la gran victoria que destruyó a Satanás, desarticuló su imperio de la muerte y nos libró de su tiranía; de hecho, todo en Cristo habla de triunfo.
La concepción milagrosa en el vientre de una virgen fue un triunfo. El anuncio angelical de su nacimiento fue un triunfo.La profecía cumplida la de su nacimiento de una virgen fue un triunfo. Su bautismo en agua y el testimonio audible del Padre y visible del Espíritu Santo fue un triunfo. Su vida impecable inmaculada fue un triunfo. Su ministerio terrenal milagroso y todopoderoso fue un triunfo. Su encuentro con Satanás en la tentación en el desierto fue un triunfo.
Él triunfó plenamente sobre la naturaleza, transformó el agua en vino, calmó la tempestad, anduvo sobre las aguas, alimentó las multitudes, triunfó plenamente sobre la enfermedad, pues sanó toda clase de enfermedad y realizó toda clase de milagros; triunfó completamente sobre los demonios, pues a la orden de su voz los demonios despavoridos salían de sus víctimas. Triunfó rotundamente sobre la muerte, pues resucitó varios muertos, y el mismo resucitó de entre los muertos.
Su muerte en la cruz fue un gran triunfo, pues destruyó por la muerte al que tenía el imperio de la muerte; su resurrección dejando la tumba vacía fue un prometedor triunfo, pues nosotros también resucitaremos; su ascensión al cielo y retorno al Padre fue un glorioso triunfo; el envío del Espíritu Santo el día de Pentecostés fue un poderoso triunfo; Su vigencia en el mundo es un actual triunfo, el levantamiento de la Iglesia a encontrarse con Él en las nubes será otro extraordinario triunfo. su segunda venida a éste mundo en forma visible, literal y personal será un espectacular triunfo, que todo ojo le verá. El establecerá su reino milenial aquí en la tierra lo cual será un triunfo global, luego hará cielo nuevo y tierra nueva lo cual será un triunfo universal.
Todos estos triunfos de nuestro Señor Jesucristo es algo maravilloso y muy importante para nosotros sus seguidores, pues los triunfos de Cristo son nuestros triunfos.Todo lo que Él hizo lo hizo en favor nuestro.
En Romanos 8:28, leemos:“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
“¿Qué, pues, diremos a esto?Si Dios es por nosotros, ¿quién contra  nosotros?El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?”(Romanos 8:31-35).
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores (más que triunfantes) por medio de aquel que nos amó.Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida,ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”(Romanos 8:37-39).
El Cristo siempre triunfante hace a su verdadero seguidor un cristiano siempre triunfante; por esto, por el apóstol Pablo podemos exclamar:“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús”(2 Corintios 2:14).
Hoy día, hay mucha gente, y aún muchos creyentes que están muy asustados, y hasta alarmados por la anunciada alienación de los planetas del sistema solar y sus consecuentes desastres en este año de 1982. Pero lo cierto es que el verdadero cristiano no tiene porqué asustarse ni alarmarse, pues el Dios a quien nosotros servimos, es el Dios creador todopoderoso en cuyas manos sempiternas están todas las cosas, incluso el sistema solar y nuestra tierra, y además, Dios siempre a cuidado a su Pueblo y le ha dado la victoria.Con razón el salmista dijo:“Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza… Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob… Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”(Salmo 46:1-3, 7, 10).
Inspirados y confiados en las infalibles promesas de Dios, nosotros podemos decir que aunque el globo de la tierra se hendiese de polo a polo, nosotros estamos seguros en el cuidado de Dios para con nosotros; y por lo mismo, siempre estaremos y seguiremos triunfantes en Él. Amén.
Además, para estos días malos y peligrosos del fin de esta dispensación, Dios ha dado promesas especiales de protección a la Iglesia de Jesucristo, compuesta por aquellos que realmente han nacido de nuevo y viven vidas de santidad. El Señor nos dice en Apocalipsis 3:10, como sigue: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que de ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” Tiene razón el inconverso de estar preocupado, perplejo y alarmado; como también el creyente tibio, descuidado, mundano y descarriado, e igualmente todos aquellos que se olvidan de Dios.Pero tiempo tienen de arreglar su vida con Dios, arreglar sus vidas con Dios, refugiarse en Cristo, y así escapar de los juicios y los desastres que vendrán muy pronto a este mundo, pero lo mejor de todo esto, que también escaparán de la tiranía del diablo en esta vida y de la prisión eterna del lago de fuego ardiendo con azufre junto al diablo y los demonios por toda la eternidad.
Amigo, ¿deseas orientación positiva en medio de la confusión reinante?, ¿refugio seguro en medio de toda clase de peligro?, ¿deseas paz en medio de un mundo convulsionado?, ¿seguridad en medio de las peores contingencias?, ¿deseas protección infalible en medio de los juicios y desastres que se avecinan?, ¿triunfo asegurado en medio de todo combate?, ¿deseas salvación eterna y morada para siempre en la presencia de Dios?
Entonces, acepta y recibe al Cristo siempre triunfante, al Cristo salvador y redentor en tu corazón y vida.Pídele perdón por todos tus pecados. Levanta tu mano delante del Señor, y arrepiéntete de todos tus pecados.
Hermano, sino estás preparado en tu vida espiritual mejor es que arregles tu vida para que puedas confiar en Él.

martes, 26 de marzo de 2013

Puerta que nadie puede cerrar


Puerta que nadie puede cerrar

Rev. Luis M. Ortiz
“Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.” Apocalipsis 3:8.

En los capítulos dos y tres del libro profético del Nuevo Testamento, el Apocalipsis, aparecen siete mensajes para siete iglesias existentes en ese tiempo en siete ciudades en el Asia Menor, pero que dichas iglesias parecen ser representativas de siete etapas o períodos en el desarrollo de la historia de la Iglesia cristiana desde su principio hasta su final.

Deseamos referirnos al mensaje a la Iglesia de Filadelfia. Dentro del desarrollo de la historia de la Iglesia cristiana, esta Iglesia de Filadelfia corresponde al actual período en que estamos viviendo.

Y deseamos leer estos versículos, este mensaje a esta Iglesia en Filadelfia, en Apocalipsis 3:7-13, y dice:

“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo,de mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”

Esta Iglesia, en esta ciudad,era una Iglesia humilde y hermanable. El nombre “Filadelfia” significa “amor fraternal”. Era una Iglesia fiel, sin pretensiones y sin ansias de dominio y de grandeza. Se contentaba con manifestar en sí misma la vida de Cristo en medio de una sociedad pagana y corrompida. Era una Iglesia amante de la Palabra de Dios y dispuesta a obedecerla.

En el mensaje a esta Iglesia, Cristo se presenta como “el que tiene la llave… el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”(v. 7).

A esta Iglesia le es puesta delante “una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar” (v. 8). Esta es la puerta de la evangelización mundial.

Aunque esta era una Iglesia “con poca fuerza” (v. 8), refiriéndose a la fuerza humana, nadie por más que lo intentare podría cerrar esa puerta que le fue abierta, pues esta Iglesia guardó la Palabra de Dios, comprobando así que la obra de Dios no depende de poder y fuerza humana, ni de influencia mundana, sino del poder de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo. “No con ejército ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6).

Hoy día, dentro de la Iglesia militante, dentro de la Iglesia visible, hay otra Iglesia cuyas características son como las de la Iglesia de Filadelfia. Esta Iglesia oculta está compuesta por todos los verdaderos cristianos lavados con la sangre de Cristo, que viven vidas santas, que no han negado el nombre de Cristo, que aunque tienen poca fuerza humana, pero tienen la fuerza, el poder, la unción, la potencia, el ministerio, los frutos y los dones del Espíritu Santo.

A esta Iglesia también le ha sido abierta una puerta: la puerta de la evangelización del mundo. Es esta Iglesia humilde, pequeña, ignorada en el mundo, la que precisamente cumplirá las palabras de Cristo, cuando dijo: “Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).

Esta puerta de evangelización mundial que quieren cerrar el ateísmo, el comunismo, el escepticismo, el materialismo, el clericalismo, el sectarismo, el egoísmo, pero nadie ha podido ni podrá cerrarla. En Rusia no la han podido cerrar; ni en el Tíbet, ni en España, ni en Cuba, sencillamente no podrá ser cerrada hasta que la labor de evangelización sea completada.

En las estepas de Siberia, en el Cabo de Hornos, en las selvas tropicales, al pretenso moralista y al perdido drogadicto, dondequiera y a quien quierase está predicando este Evangelio, y sigue llegando hasta lo último de la tierra, siendo impulsado por esa “manada pequeña” con poca fuerza, para quien Dios ha abierto una puerta grande y eficaz, que nadie puede cerrar.

Mientras este pequeño grupo avanza por esta puerta abierta por el Señor para la evangelización del mundo, los reposados, los indiferentes, los tibios, “los que dicen ser pero no son”, se quedan estáticos, inmóviles. Para los tales hay una reprimenda en Números 32:6 y 7, y dice: “¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí? ¿Y por qué desalentáis a vuestros hermanos?”

Mientras esta manada pequeña se da en cuerpo y alma a la obra misionera; los indolentes y negligentes tendrán que sufrir la maldición que aparece en Jeremías 48:10, que dice: “Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová”.

Mientras este pequeño grupo que es obediente a la voz de Dios, está ofrendando con generosidad y sacrificio para la evangelización del mundo; los reposados no prestan atención a la voz de Dios, ni se interesan por la salvación de los perdidos, sino que malgastan su dinero en ídolos y francachelas, como dice en 2 Crónicas 24:5-7.

Mientras esta “manada pequeña” trabaja y edifica el templo espiritual, restaura vidas; los indiferentes, como dice en Nehemías 3:5, los “grandes no se prestaron para ayudar a la obra de Dios”.

Para estos reposados y negligentes hay una terrible maldición en la Biblia, y dice: “Ay de los reposados… que duermen en casas de marfil, y reposan sobre sus lechos; y comen los corderos del rebaño, y los novillos de en medio del engordadero; gorjean al son de la flauta… beben vinos en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento José(del pueblo)… Jehová Dios de los ejércitos ha dicho: Abomino la grandeza de Jacob, y aborrezco sus palacios” (Amós 6:1, 4-6, 8).

Es con esta “manada pequeña”, que “tiene poca fuerza”, pero que guarda la Palabra de Dios y no niega el nombre de Cristo, es con los tales que Dios cuenta para la realización y consumación de la gran tarea de la evangelización del mundo.

A los reposados, a los grandes, a los jerarcas, a los tibios, a los indiferentes, a los materialistas, que dicen: “Soy rico… de ninguna cosa tengo necesidad”;pero no ayudan ni cooperan con la obra misionera y a la salvación de las almas, a los tales Dios les dice: “eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:17). Y en el juicio les dirá: “En cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños,tampoco a mí lo hicisteis. E irán al castigo eterno” (Mateo 25:45, 46).

Pero a esta “manada pequeña”, que solo le interesa entrar por la puerta abierta de la evangelización y avanzar por doquier dando testimonio del Evangelio, el Señor le dirá: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34).

Hermano, ¿A qué grupo pertenece?, ¿alos muchos pero negligentes y reposados, o a los pocos pero diligentes y esforzados?

Hermano, ¿deseas ganar almas para Cristo? Obedece su voz.

Amigo, ¿deseas ser salvo ahora, deseas entrar por la puerta de la salvación? Levanta tu mano delante del Señor, y entrega tu vida a Cristo. Amén.

Convención Nacional USA MMM - Posición o función (Rev. Alberto Ortega)

Rev.Manuel Zuñiga( Toma Prenda De Ellos ).wmv

El Aborto - Rev. Eugenio Masias

ex-satanista narra como fue su conversion al cristianismo (1-5)

Apocalipsis 4 (Completo) - Rev. Eugenio Masias Corbacho

Bautismo 2013

INVITACION DEL REV GUSTAVO MARTINEZ AL CONGRESO MUNDIAL 2013

El Soplo de Dios


El Soplo de Dios

Rev. Luis M. Ortiz
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7.

En primer lugar, Dios tomó del polvo de la tierra, tomó arcilla, y con sus manos de artífice único modeló con el barro una figura perfecta, la figura de lo que vendría a ser el primer hombre con todas sus facciones y órganos; ahora era barro modelado, pero siempre barro, arcilla inanimada, sin vida.

Quiere decir que el cuerpo humano no se formó por la tonta tontería de la evolución de las especies, ni fuimos ni algas marinas, ni peces, ni orangutanes, tampoco salimos de una gigantesca explosión, como tampoco de una solitariay peregrina bacteria que viajó millones de años luz hasta llegar a la tierra. ¡No!El cuerpo humano lo formó Dios. Esto es más científico, más razonable, más lógico, más comprensible, más comprobable, más práctico, más confiable, que todas las teorías e hipótesis humanas.Pero ahí no termina el proceso, nos dice la Biblia que Dios“sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”, un alma viviente.

Todos sabemos que la vida procede de la vida, el Dios viviente y creador es el único que tiene vida propia en símismo. Dios sopló de su aliento, de su aire, de su espíritu, y el muñeco de barro vino a ser el hombre un alma viviente. De modo que el hombre recibió la vida de parte de Dios y no de la evolución de las especies.

Además, Adán fue el primer hombre, lo cual también descarta la teoría de una raza pre-adámica como alguno sugiere.

Señalamos nuevamente que el hombre vino a la vida por medio del soplo, por medio del aire del Espíritu de Dios.En el libro de Job leemos: “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda” (Job 32:8). También dice en este libro: “El Espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida” (Job 33:4).

Esta procedencia y dependencia de la vida humana del soplo del Espíritu de Dios es evidenciada e ilustrada, de manera excepcional, en el hecho de que nosotros podemos vivir más de un mes sin comer, podemos vivir varios días sin tomar agua, pero no podemos sobrevivir unos pocos minutos sin respirar aire. Dios ha puesto el oxígenoen el aire que respiramos.

La palabra “oxígeno”está compuesta de dos palabras griegas que significan“gas que engendra” o“que da vida”.Y lo cierto es que, si cuando exhalamos el aire de los pulmones no volvemos a inhalar nos morimos; quiere decir que cada vez que inhalamos vivimos, seguimos viviendo, es como volver a nacer.

DIOS IMPARTIÓ ENERGÍA.En las Sagradas Escrituras continuamente leemos acerca de este soplo de Dios, de este aliento, de este aire, de este viento del Espíritu de Dios realizando grandes obras.

Desde el inicio de la creación de todas las cosas, dice la Biblia: “Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis 1:2). Aquí se nos habla del mover del Espíritu Santo revoloteando como paloma, según una traducción hebrea impartiendo energía; y  a través de ese mover y de esa energía, produciendo las distintas ondas, como las ondas eléctricas, electromagnéticas, luminosas, sonoras, y otras.

LA RAZA RESURGIÓ.Luego en el caso del diluvio cuando las aguas prevalecieron por espacio de más de un año, desde que Noé entró al arca hasta que salió de la misma, Dios decidió hacer descender y retirar las aguas, y nos dice la Biblia que “hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas…Y las aguas decrecían…” (Génesis 8:1-5);y las aguas se secaron sobre la tierra. Hizo pasar Dios un viento, el viento natural en lugar de hacer decrecer las aguas, las hace encrespar.

La misma palabra hebrea que se usa para el soplo de Dios, en la estatua de barro, es la que también se usa para este viento enviado por Dios para secar la tierra después del diluvio, fue el soplo del Espíritu de Dios. Por el soplo del Espíritu de Diosla raza fue conservada

ISRAEL NACIÓ.En ocasión de la separación de las aguas del mar Rojo, para que el pueblo de Israel pasara y escaparadel cautiverio y la persecución en Egipto, nos dice la Biblia que “hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento… y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas.Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco...”(Éxodo 14:21, 22).

Luego de este gran evento y refiriéndose al mismo, Moisés y el pueblo cantaron a Dios diciendo: “Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; se juntaron las corrientes como en un montón… se cuajaron en medio del mar…Soplaste con tu viento…Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; lo llevaste con tu poder a tu santa morada…” (Éxodo 15:8, 10, 13).  Por el soplo del Espíritu de Dios la nación de Israel nació.

A UN PROFETA LLAMÓ.Estando Ezequiel entre los cautivos del pueblo de Israel en Babilonia, él escribe:“Los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios… y vino allí… la mano de Jehová.Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor…y veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono habíauna semejanza que parecía de hombres sentados sobre él… así era el parecer del resplandor alrededor.Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová”(Ezequiel 1:1-4, 26-28).

Nótese que ante esta grandiosa visión de la gloria de Dios, lo primero que Ezequiel notó fue el viento tempestuoso de la gloria y de la presencia de Dios. Por medio del viento tempestuoso del Espíritu de Dios a un profeta Dios llamó.

A ISRAEL RESTAURÓ.Cuando Dios le mostró a Ezequiel la restauración del pueblo de Israel, le dio la visión del valle de los huesos secos. Ezequiel profetizó y los huesos dispersos se juntaron, y se convirtió en un valle de esqueletos; Ezequiel siguió profetizando y surgieron tendones, carne y piel sobre los esqueletos, pero no había en ellos espíritu, ahora era un valle de cadáveres; volvió a profetizar Ezequiel, esta vez al espíritu diciendo: “Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.Y  profeticé como me había mandado,y entró espíritu en ellos, y vivieron…Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel”(Ezequiel 37:9-11).

Podemos notar que fue cuando Ezequiel profetizó para que el Espíritu de Dios soplara sobre el valle de cadáveres que estos vivieron y se levantaron sobre sus pies, un ejército grande en extremo;todos estos huesos, estos cadáveres, son la casa de Israel.

Hoy día Israel está restaurado en su tierra, pero está como un valle de cadáveres sin vida espiritual, pues, aun como nación rechazan a su Mesías, al Señor Jesucristo.

Pero el día está cercano cuando el Señor vuelva a la tierra por segunda vez, y entonces derramará sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén “espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10).

Notemos que por el soplo del viento del Espíritu Santo es que Israel reconoce a Cristo como su Mesías,y revive y resurge como nación preponderante en el mundo con Cristo, como Rey de reyes y Señor de señores reinando en Jerusalén, la futura capital del mundo. Una nación muerta desde así casi dos mil años es restaurada y revivida, por medio del soplo del Espíritu de Dios.

EL NACER DE NUEVO, DIOS IMPLANTÓ. Cuando Nicodemo vino donde Jesús, inquiriendo sobre la persona del ministerio del Señor, este le habló de la verdadera necesidad de aquel y le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”(Juan 3:3). Nicodemo no entendía, y Jesús añadió: “el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). Nicodemo aun no entendía, y el Señor le dijo: “El viento sopla donde quiere, y oye su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:8).

Así como la estatua de barro recibió vida por el soplo del Espíritu de Dios en el huerto del Edén, así el hombre pecador muerto en delitos y pecados, recibe vida eterna, nace de nuevo, es hecho hijo de Dios por medio del soplo del Espíritu de Dios.

LA IGLESIA NACIÓ. “Cuando llegó el día de Pentecostés… de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados… y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”(Hechos 2:1-4).

Amados, aquí vemos nuevamenteel soplo del Espíritu Santo,esta vez para el nacimiento de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo. Este viento recio del Espíritu Santo era del todo necesario, en primer lugar para aventar y eliminar todas las ideas materialistas y temporales que aun tenían los apóstoles y discípulos, acerca del establecimiento de un reino terrenal en ese tiempo.En segundo lugar, para que recibiera la virtud del Espíritu Santo y fueran testigos de Jesucristo en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).

Efectivamente la Iglesia del Señor nació con el viento recio de Pentecostés, la Iglesia apostólica conquistó con el soplo de Pentecostés, la Iglesia perseguida sobrevivió a la recia persecución con el viento recio de Pentecostés; la iglesia imperial se mundanalizó porque respiró los aires contaminados del palacio imperial y le faltó el aliento, el aire puro del Espíritu Santo; la iglesia medieval o papal se corrompió moral, espiritual y doctrinalmente porque se estructuró siguiendo las corrientes de los vientos del férreo imperio romano y pagano, y resistió y rechazó el soplo vivificador y santificador del Espíritu Santo; la Iglesia de la Reforma surgió con asfixia, sin el aliento, sin el aire, sin el soplo de Pentecostés; la Iglesia del siglo XXI y a principios del siglo XX revivió con el viento recio de Pentecostés.

Es una lástima que desde el principio del siglo XX hasta hoy, siglo XXI,hoy día haya tantos creyentes, congregaciones, pastores, organizaciones, y concilios pentecostales, donde ya el viento recio y el fuego impetuoso e incontenible de Pentecostés se sigue acabando y lo están sustituyendo con fuego extraño de elaboración humana.

Ahora han sacado el arca de la Obra de Dios, de la casa del anciano Abinadab (nombre que significa “nobleza”),y la cargan en un carro modernista y mundanoconducido por los hijos del anciano Abinadab, esto es, por la nueva generación.

Uno de los hijos se llama Uza, que significa “fuerza”, la fuerza del intelectualismo, del humanismo, de las filosofías, de las finanzas, de la banca y de programas sociales. El otro se llama Ahío, que significa “fraternal”, este iba al frente del arca, era muy fraternal, era hermano de todos, a todos les caía bien, pues estaba de acuerdo con todo y con todos, era ecuménico. Y así iba el arca de Jehová en el carro nuevo, todo era alegría, danzas, instrumentos, fiesta, música, concierto, festival, y panderos.

Pero “llegaron a la era(casa)de Nacón”(2 Samuel 6:6). Nacón significa “desastre”, y allí vino el desastre. Uza tocó el arca “y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto”(2 Samuel 6:7).

Y hoy día, en muchos casos, así es que llevan la Obra de Dios en el carro nuevo, de los nuevos conceptos, de los nuevos rumbos, de las nuevas situaciones, de las nuevas interpretaciones, de las nuevas teologías, de las nuevas terapias y manipulaciones mentales, de la nueva moral, de la nueva música, del nuevo bautismo del Espíritu Santo, de los nuevos repartidores de lenguas y de dones, de la nueva ola. Pero es mejor que se arrepientan, cesen y desistan a tiempo de esefatal derrotero, pues ya están llegando a la casa de Nacón, se avecina el desastre ahora y en la eternidad.

Amados, la Iglesia de hoy no tiene otra alternativa que el viento recio de Pentecostés, el fuego del Espíritu Santo, la vida de santidad, el ministerio auténtico de la Palabra de Dios; la unción divina con señales, prodigios y maravillas; la glorificación del nombre de nuestro Señor Jesucristo, hombres y mujeres de Dios llenos del Espíritu Santo con un testimonio limpio.

Para la gloria de Dios, podemos decir que nosotros en estos modestos esfuerzos del Movimiento Misionero Mundial preferimos el fuego de Pentecostés, no nos llama la atención nada liviano y novedoso, nos quedamos con lo puramente bíblico, pues aunque lo bíblico es antiguo no es anticuado, siempre estamos a la moda, a la moda bíblica la cual no cambia, y Dios sigue obrando los milagros bíblicos que vemos en el libro de los Hechos.

Amado hermano, y todo esto es para ti en el día de hoy.

Amigo, si Dios al soplo de su Espíritu impartió energía al universo, creó al hombre, dividió el mar Rojo, fundó su Iglesia, ¿qué no hará Dios para ti? Ahora mismo, Él quiere hacerte nacer de nuevo, quiere hacerte una nueva criatura, quiere transformar tu vida; quiere darte paz, gozo y felicidad. Abre tu corazón para que el fuego del Espíritu Santo, que el viento recio de Pentecostés, realice esta maravillosa obra. Amén.

LAS CUATRO VERDADES ESPIRITUALES
1ª Dios le ama y tiene un plan maravilloso para su vida.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
2ª El hombre es pecador y está separado de Dios, por tanto, no puede conocer ni experimentar el amor y el plan de Dios para su vida.
Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
3ª Jesucristo es la única provisión de Dios para el pecado del hombre. Solo en Cristo podemos conocer y experimentar el amor y el plan de Dios.
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
1ª Corintios 15:3-5 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce.
Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
4ª Debemos recibir a Jesucristo, personalmente, como nuestro Señor y Salvador, para poder conocer y experimentar el amor y el plan de Dios.
Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
REAFIRMANDO... Conteste después de cada pregunta
1er VERDAD: DIOS LE AMA Y TIENE UN PLAN MARAVILLOSO PARA SU VIDA
• ¿ALGUNA VE ALGUIEN LE HA EXPLICADO A USTED QUE DIOS LE AMA?___________
• Jeremías 31:3 dice: "Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia."
• ¿QUÉ ES LO QUE EL SEÑOR LE DICE AHÍ?
• _________________________________________________________________________________________
• ¿QUIERE SABER HASTA QUÉ PUNTO LE AMA, DE QUÉ MANERA?______________
• Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."
• Escriba su nombre de pila en los espacios en blanco y léalo de nuevo en voz alta:
• "Porque de tal manera amó Dios a __________, que ha dado a su Hijo unigénito, para que ___________ que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."
• ¿USTED CREE EN JESUCRISTO?______
• Juan 3:16 dice "para que ____________(su nombre) que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna".
2ª VERDAD: EL PECADO NOS IMPIDE EXPERIMENTAR EL AMOR DE DIOS Y CONOCER SU PLAN
• El pecado es la razón por la cual no hemos experimentado el amor de Dios.
• Isaías 53:6 dice: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros."
3er VERDAD: JESÚS ES LA ÚNICA SOLUCIÓN Y PROVISIÓN DE DIOS PARA EL PECADO
• Las buenas nuevas son que podemos regresar a Dios por medio de Jesucristo.
• Romanos 5:8 dice: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."
• Ahora escriba su nombre en el espacio en blanco y vuélvalo a leer en voz alta
• "Mas Dios muestra su amor para con __________, en que siendo aún pecador, Cristo murió por _________."
• Juan 14:6 dice: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí."
• Ahora escriba su nombre en el espacio en blanco y vuélvalo a leer en voz alta
• "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; __________ viene al Padre, sino por mí."
4a VERDAD: DEBEMOS RECIBIR A JESÚS PARA EL PERDÓN DE NUESTROS PECADOS Y ASÍ PODAMOS EMPEZAR A EXPERIMENTAR EL AMOR DE DIOS Y A CONOCER SU PLAN.
• Juan 1:12 dice: "mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios."
• Proverbios 23:26 dice: "Dame hijo mío tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos."
• ¿QUÉ LE DICE USTED A DIOS? ______________________________________________________________
• ¿QUISIERA, PUES, RECIBIR A CRISTO EN SU CORAZÓN Y ENTREGARLE SU VIDA A DIOS?_______