miércoles, 3 de abril de 2013


 LAS VIRTUDES DE LA ESPOSA IDEAL


Este excelente poema en forma de acróstico (cada verso comienza con una letra del alfabeto hebreo) es una preciosa joya de la literatura sapiencial. Puede ser parte de los consejos de la reina madre a su hijo, 31.1-9, o un poema separado.
El ama de casa ideal, 10-28. Es altamente estimada, 10; digna de toda confianza, 11; industriosa, 12-19; caritativa y altruista, 20-22; una bendición para su marido, 23; con sentido comercial, 24; recia, noble, 25; prudente, previsora, 26-27; y respetada y amada por sus hijos, 28.
Opinión que de ella tiene el escritor, 29-31. Se trata de una mujer superior, 29. La virtuosidad de esta mujer dio origen a dos proverbios, 30-31.

CONSEJO DE UNA REINA MADRE A SU HIJO
Las palabras de Lemuel, 1, son una doble lección de su madre. Su nombre no ha sido identificado, y Massa (cf. B. Jer.) puede ser nombre de lugar (Gn. 25-14).
Advertencia maternal, 2-9, expuesta en forma negativa, en el sentido de evitar la lujuria, 3, y la bebida fuerte, 4-7; y en forma positiva, de gobernar con justicia e imparcialidad, 8-9.


APARICIONES POSTERIORES A LA RESURRECCIÓN


1. A María Magdalena, Jn. 20.14-18; Mr. 16.9
2. A las mujeres que regresaban de la tumba, Mt. 28.8-10
3. A Pedro, ya entrado el día, Lc. 24.34; 1 Co. 15.5
4. A los discípulos que se encaminaban a Emaús, al atardecer, Lc. 24.13-31
5. A los apóstoles (con excepción de Tomás), Lc. 24.36-45; Jn. 20.19-24
6. A los apóstoles una semana después (con la presencia de Tomás), Jn. 20.24-29
7. A siete de ellos en Galilea, a orillas del mar de Tiberias, Jn. 21.1-23
8. A los apóstoles y a 500 creyentes, en un monte de Galilea, 1 Co.15.6
9. Nuevamente a Jacobo, en Jerusalén y Betania, 1 Co. 15.7
12. A Esteban en las afueras de Jerusalén, Hch. 7.55
13. A Pablo en el templo, Hch. 22.17-21; 23.11
14. A Juan en la isla de Patmos, Ap. 1.10-19

ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS RELACIONADOS CON LA RESURRECCIÓN


1. María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, van a la tumba, Lc. 23.55-24.1
2. Encuentran la piedra removida, Lc. 24.2-9
3. María Magdalena va para contárselo a los discípulos, Jn. 20.1-2
4. María, la madre de Jacobo se arrima y ve al ángel, Mt. 28.1-2
5. Vuelve para decírselo a las otras mujeres que venían con especias
6. Mientras tanto llegan Pedro y Juan, miran adentro y se retiran, Jn. 20.3-10
7. María Magdalena regresa llorando, ve allí a dos ángeles y luego a Jesús, Jn. 20.11-18
8. El Cristo resucitado le da el encargo de ir a decírselo a los discípulos, Jn. 20.17-18
9. María (la madre de Jacobo) regresa mientras tanto con las mujeres, Lc. 24.1-4
10. Regresan y ven a los dos ángeles, Lc. 24.5; Mr. 16.5
11. Escuchan igualmente el mensaje del ángel, Mt. 28.6-8
12. Al ir en busca de los discípulos les sale al encuentro el Cristo resucitado, Mt. 28.9-10
Sus otras apariciones posteriores a la resurrección, 9-20. No figura esta porción en los manuscritos sinaítico y vaticano. Otros lo contienen sólo en forma parcial. Es probable que la copia original de Marcos haya
sido transcripta y haya adquirido tradición textual antes que él terminara de escribirla. Después completó el original, con lo cual surgió otro texto (el más completo, con los versículos 9-20). Ireneo (c. 170

DESARROLLO DE LOS ACONTECIMIENTOS RELATIVOS A LA CRUCIFIXIÓN

1. Llegada al Gólgota (Calvario), Mt. 27.33; Mr. 15.22; Lc. 23.33; Jn. 19.17
2. Ofrecimiento de un brebaje estupefaciente, Mt. 27.34
3. La crucifixión, Mt. 27.35
4. Exclamación: "Padre, perdónalos . . .", Lc. 23.34
5. Partición de la vestimenta de Cristo, Mt. 27.35
6. Jesús es escarnecido, Mt. 27.39-40; Mr. 15.29
7. Los ladrones lo injurian, pero uno cree, Mt. 27.44
8. Segunda exclamación: "Hoy estarás conmigo . . .", Lc. 23.43
9. Tercera exclamación: "Mujer, he ahí tu hijo", Jn. 19.26-27
10. Las tinieblas, Mr. 27.45; Mr. 15.33

11. Cuarta exclamación: "Dios mío, Dios mío . . .", Mt. 27.46-47; Mr. 15.34-36
12. Quinta exclamación: "Tengo sed", Jn. 19.28
13. Sexta exclamación: "Consumado es", Jn. 19.30
14. Séptima exclamación: "Padre, en tus manos . . .", Lc. 23.46
15. Jesús entrega su espíritu, Mt. 27.50; Mr. 15.3
El entierro, 42-47. Véase Mt. 27.57-61



DEMONOLOGÍA

Los demonios son espíritus malos o inmundos (cf. Mr. 1.23 con Mr.
1.32-34; Ap. 16.13-16), y son ángeles caídos, siervos de Satanás (Mt.
12.26-27; 25.41). El diablo es uno solo, pero es enorme el número de
demonios que sirven al diablo y hacen que su poder sea prácticamente
universal. Un endemoniado (Mr. 5.1-20) es una persona cuya personalidad
ha sido invadida por uno o más demonios, los cuales pueden, por
propia voluntad, hablar o actuar por intermedio de su víctima humana.
Una cantidad de tales víctimas de Satanás fueron liberadas por el
Siervo (véase "Expulsión de demonios", a continuación). El poder de
Dios, actuando en forma ilimitada por medio de la humanidad inmaculada
del Siervo, desafió al mundo sobrenatural del mal, y explica el
estallido de lo demoníaco en tiempos del ministerio terrenal del Señor.
Desde la caída, y a lo largo de todas las épocas de la historia, es evidente
la realidad y la personalidad de los demonios. Tal el caso de
Saúl y la médium espiritista de Endor (1 S. 28.7-20); el caso de la
antigua idolatría en la que el móvil lo constituía lo demoníaco (Sal. 106.
36-37; 1 Co. 10.20); en la antigua práctica de la adivinación y la magia,
y en la antigua necromancia y el moderno espiritismo.
Los demonios pueden trastornar el juicio y el cuerpo (Mt. 12.22;
17.15-18; Lc. 13.16). Saben de la deidad y del señorío de Cristo en el
mundo del espíritu (Mt. 8.31-32; Mr. 1.24; Hch. 19.15; Stg. 2.19), y
saben muy bien cuál es su propio destino (Mt. 8.31-32; Lc. 8.31). Tienen
una notable ingerencia en el gobierno del sistema mundial satánico
(Dn. 10.13; Ef. 6.12); en el fomento del engaño y la falsa doctrina (1
Ti.4.1-3), y en la oposición a los planes de Dios, y al pueblo de Dios
(Ef. 6.12; Jn. 4.1-6). Los demonios se dividen en dos clases: (1) los
que se encuentran en libertad, y (2) los que están presos. Estos últimos
serán liberados como parte de los juicios sobre los malvados en la gran
tribulación (Ap. 9.1-21; 16.13-16). El creyente tiene el recurso de la
oración para ejercerlo en contra de Satanás y los demonios (Ef. 6.10-
20). Véase también comentarios sobre "Demonología" en Lc. 11.14-28.

[PDF] 

Manual Bíblico de Unger – Merrill FUnger.PDF - El Mundo Bíblico

elmundobiblico.files.wordpress.com/.../manual-bc3adblic...

VEN JESUS



Ven, Jesús muy esperado,
Ven, y quita de tu grey
Sus temores y pecados,
Pues tu eres nuestro Rey.
Eres fuerza y alegría,
De la tierra y de Israel;
Y esperanza para aquellos,
Que te esperan con gran fe.
Naces para bien de todos;
Aunque niño, eres Dios;
Naces para hacemos buenos;
Oh, Jesús, ven pronto hoy.
Con tu Espíritu divino
Reina en todo. corazón,
Y tu gracia nos conduzca
A tu trono de esplendor.
1

¿Cuál es este mal, al cual Cristo le manda resistir y vencer? 


Siempre que usted es llamado a la guerra, debe conocer a su enemigo, de otra manera, usted perderá la batalla. El mal en el punto de vista de Romanos 12, no es algún mal general que exista casualmente en el mundo, no es algo abstracto. Como ya he señalado en los dos primeros capítulos, es un mal orientado en contra suya. Es un sufrimiento infligido a través de otras personas y que usted debe soportar. Es motivado, como todo la maldad, por un poder maligno cuya intención es frustrar los propósitos de Dios, por medio de provocarlo a pecar. Este mal quiere derrotarla  traer deshonra al nombre de Dios y debilitar su causa. Por lo tanto, cuando usted es derrotado por este mal, es más que una simple tragedia personal. La iglesia de Cristo sufre y el nombre de Dios es difamado. ¡Su Salvador le ha mandado resistir y triunfar en su propio nombre! Esta es su más alta motivación, usted debe ser un ganador para la honra de El y la fortaleza de su iglesia.


Los beneficios de la sangre del Cordero



Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Hebreos 9:13-14.
INTRODUCCIÓN
El Antiguo Pacto establecía diversos tipos de sacrificios, en general, suponía en el ofrendante, la conciencia de que la muerte a causa del pecado estaba sobre él, por ello había que ofrendar el sacrificio para que le fuera aceptado de parte de Dios. La sangre del sacrificio debía ser rociada, porque representaba la vida misma (Lv. 17:11).
DESARROLLO
Jesucristo, como el “Cordero de Dios” que quita el pecado del mundo (Jn. 1:29), se presentó como el sacrificio perfecto y su sangre, a diferencia del antiguo pacto, no cubre sino limpia completamente todo pecado. Por ello el hombre perdido y sin esperanza puede ser salvo por medio de la sangre, que fue derramada en la cruz del Calvario por el Cordero de Dios, Cristo Jesús. La Biblia declara que el cristiano es elegido por Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre (1 P. 1:2-3).
1. PURIFICA. El cristiano debe conocer y experimentar los beneficios de esa sangre bendita, puesto que
desde que recibió a Jesucristo en su corazón, empiezó a actuar en la nueva vida hasta ser presentada puro
delante del Señor, y vivir para siempre con Dios. La ley dada por medio de Moisés establecía que todo
pecado debía ser purificado con sangre, a través de un sacrificio (Lv. 14:25), y en el libro de Hebreos, se
dice que casi todo es purificado con sangre, conforme a la ley de Moisés (He. 9:22a). La palabra
”purificado”, viene del griego Katharizo, que significa: limpiar y liberar de toda mezcla (Strong 2511), lo
que indica que la sangre de Cristo limpia cualquier tipo de pecado (2 Co. 5:17).
2. EN ELLA HAY REDENCIÓN. La palabra “redención” viene de la raíz griega Lutroo que quiere decir:
liberar contra recepción de un rescate (Strong 3084), esto significa liberar mediante el pago de un precio
de rescate, por eso la obra de Jesucristo redimió a los hombres de toda iniquidad (Tit. 2:14), Él nos rescató
de la vana manera de vivir que se heredó de los padres (1 P. 1:18), de la esclavitud de la tradición, y el
único pago de rescate fue la preciosa sangre de Jesucristo.
3. QUITA EL PECADO. En el Nuevo Testamento se enseña que la sangre de los toros y de los machos
cabríos no pueden quitar los pecados (He. 10:4), sino que sólo la de Cristo, quien realizó una vez para
siempre un solo sacrificio por los pecados (He. 10:12) de toda la humanidad (1ª. Jn. 2:2). La sangre de
Cristo quita el pecado, porque en Él no hay pecado. (1 Jn. 3:5). La palabra “quitar” viene del griego airos
que significa levantar, llevar, tomar arriba o afuera (Strong 142), por lo que Cristo llevó nuestros pecados
sobre su hombro, los tomó para que ya no los cargara el creyente.
4. LIMPIA DE TODO PECADO, 1 Juan 1:7. Cuando se habla de limpiar se refiere a la palabra griega
Katharizo que significa: hacer limpio, limpiar de la contaminación del pecado y declarar limpio (puro)
(Strong 2511), lo que indica que la sangre de Cristo limpia al creyente de todo pecado, e incluso
enfermedades, como al leproso que le dijo a Jesús que si Él quería podía limpiarlo (Mat 8:2).
5. LIMPIA LA CONCIENCIA, Hebreos 9:14. La sangre de Cristo limpia la conciencia de obras muertas, lo cual permite al creyente servir a Dios. La conciencia se refiere, según el diccionario VINE, a “aquella
facultad mediante la cual se llega a saber la voluntad de Dios, como aquello que está dispuesto a gobernar la vida, por ejemplo: el sentido de culpa delante de Dios” (He. 10:2), y por otra parte, la conciencia es “aquel proceso de pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o malo, alabando lo bueno, condenando lo malo, y así impulsando a hacer lo primero y a evitar lo último”. Utilizando estas definiciones comprendemos que la sangre de Cristo es suficiente para limpiar el pensamiento del creyente, fortaleciéndole la conciencia para que distinga claramente (1 Co. 8:7), entre lo que proviene de Dios y no dejarse influenciar por lo que proviene del enemigo.

6. TENEMOS PERMANENCIA EN EL HIJO, Juan 6:56. El acto de la Cena del Señor, proporciona
permanencia en el Hijo, puesto que Cristo afirmó que quién comiera su carne y bebiera en su sangre,
permanecería en Él, y Él en el (creyente).
7. TENEMOS COMUNIÓN, 1 Corintios 10:16. “Comunión” se deriva del griego Koinonia, que significa:
tener en común, compañerismo, la parte que uno tiene en cualquier cosa, participación, un compañerismo reconocido y gozado (Strong 2842). Los creyentes tienen compañerismo con Cristo, por medio de la participación de la Cena del Señor, pues simbólicamente se participa de su muerte y
resurrección y se anuncia su venida.
8. NOS ACERCA A DIOS, Efesios 2:13. La Biblia dice que en otro tiempo, el hombre anduvo lejos de Dios, desobediente (Ro. 11:30), sin embargo, a través de la sangre de Cristo, fue hecho cercano a Dios. La
sangre de Cristo cambia el corazón para acercarnos a Dios.
9. HAY ENTRADA AL LUGAR SANTÍSIMO, Hebreos 10:19. El lugar Santísimo era el lugar del Tabernáculo construido por Moisés, en donde estaba el Arca del Pacto, que representa la presencia de Dios; pero ahora por la Sangre de Cristo tenemos entrada al verdadero Lugar Santísimo, para conocer al Señor más de cerca y gozarnos en Él.
10. NOS SANTIFICA, Hebreos 10:10. Santificación se deriva del griego jagiazo que significa: hacer santo,
poner aparte para Dios, santificar, hacer una persona o cosa lo opuesto a koinos y común (Strong 37). La sangre de Cristo sobre la vida del creyente santifica y regenera, por ello no debemos menospreciarla, ni tenerla en poco, ya que Dios castigará a aquel que la tenga por inmunda (He. 10:29).
11. NOS TRAE PAZ, Colosenses 1:20. Paz se deriva del griego eirenopoieo, que quiere decir: hacer paz
(Strong 1517), esta palabra griega sólo se menciona una vez en la Biblia. El Señor trae la paz a la vida del
creyente por medio de su sangre, con el propósito de reconciliarlo con su Padre Dios, y presentarlo ante Él,
santo, sin mancha e irreprensible. (Col. 1:22).
12. NOS HACE APTOS, Hebreos 13:20-21. “Apto” se deriva de la palabra griega Katartizo, que significa:
hacer apto, equipar y preparar (Strong 2675). La sangre de Cristo hace apto al creyente para hacer Sa
voluntad, quitando o agregando aspectos en su vida que le permitirán crecer y ser edificado.
13. ES SEÑAL DE UN NUEVO PACTO, Hebreos 8: 8-13. Dios establece un nuevo pacto, con mejores
promesas que el anterior. Jesús es el mediador del nuevo pacto (He. 12:24), que se selló con sangre e hizo
suficiente ese sacrificio, de una vez y para siempre, por lo cual somos partícipes y herederos de todas las
bendiciones que vienen tras él.
14. NOS DA VIDA, Juan 6:53: Cuando participamos de su carne y de su sangre, tenemos vida. La palabra
“vida” se deriva del griego zoe, que significa: vida como la tiene Dios, aquello que el Padre tiene en sí
mismo y que Él dio al Hijo encarnado que tuviera, vida en sí mismo y que el Hijo manifestó en el
mundo (Strong 2222). Esta vida eterna, es la posesión presente y real del creyente debido a su relación
con Cristo (Jn 5:24; 1 Jn 3:14), que algún día se extenderá al cuerpo, garantizado por la resurrección de
Cristo (2 Co. 5:4; 2 Ti. 1:10).
15. NOS QUITA HERENCIAS ANCESTRALES NEGATIVAS, 1 Pedro 1:18-19. Este pasaje indica que fuimos
redimidos de la vana manera de vivir heredada de los padres, por medio de la sangre de Cristo, es decir, el
sacrificio de Jesús hace libre al creyente de herencias de maldición familiar, puesto que la genética de
maldición en el creyente es cambiada a la genética bendita del Hijo de Dios. La Sangre de Cristo corta
cualquier lazo generacional de maldad, para andar en novedad de vida.
CONCLUSIÓN
Con estos beneficios se entiende el gran amor de Dios para sus hijos (Jn. 3:16), ya que Cristo vino a reconciliar
todas las cosas “de las que están en los cielos como las que están en la tierra (Ef. 3:10-11; Col. 1:20; He. 9:23-24).
Debemos saber que la sangre de Cristo fue derramada una sola vez para salvación y es rociada para purificación
y perfeccionamiento hasta el día en que todo sea perfecto.