miércoles, 21 de noviembre de 2012

II. LA NATURALEZA DEL HOMBRE



II. LA NATURALEZA DEL HOMBRE
1.         La trinidad del hombre
            De acuerdo a lo que se nos dice en Génesis_2:7, el hombre está compuesto de dos substancias: la sustancia Mt.erial, denominada cuerpo, y la sustancia inMt.erial, o su alma. El alma proporciona vida al cuerpo, y cuando el alma es quitada, el cuerpo muere. Mas de acuerdo a lo que se nos dice en 1 Tesalonicenses 5:23 y Hebreos_4:12, el hombre está compuesto de tres substancias: espíritu, alma y cuerpo, y algunos exegetas bíblicos han defendido esta tricotomía, frente a la dicotomía, o sea la doctrina de aquellos que sostienen que solamente dos partes constituyen al hombre. Ambos puntos de vista son correctos cuando se los entiende como corresponde. El espíritu y alma representan dos lados o partes de la sustancia no física del hombre; o, expresándolo de otra manera, el espíritu y el alma representan dos modos en los cuales opera la naturaleza espiritual. Aunque separados, el espíritu y el alma no son separables. Se saturan y compenetran mutuamente. En virtud del hecho de que están tan íntimamente relacionados, los vocablos "espíritu" y "alma" se emplean con frecuencia en forma intercambiable, Eclesiastés_12:7; Ap.ocalipsis_6:9; de manera que en un lugar la sustancia espiritual del hombre se describe como alma (Mt._10:28), y en otro lugar como espíritu. (Santiago_2:26).
            Aunque se intercambian con frecuencia en el uso, los términos espíritu y alma tienen distintos significados. Por ejemplo, el "alma" es el hombre visto con relación a su vida presente. A las personas fallecidas se las describe como "almas" cuando el escritor hace referencia a su vida pAp.ia. Ap.ocalipsis_6:9-10; Ap.ocalipsis_20:4. "Espíritu" es el vocablo común que se emplea para describir a los que han pasado a la otra vida. Los Hechos_23:9; Los Hechos_7:59; Hebreos_12:23; Lucas_23:46; 1 Pedro_3:19. Cuando una persona es "arrebatada" transitoriamente fuera del cuerpo (2 Corintios_12:2) se dice que está "en el espíritu." Ap.ocalipsis_4:2; Ap.ocalipsis_17:3.
            Porque es "espíritu", es cAp.az de tener conciencia de Dios, y de tener comunión con Dios; porque es "alma" tiene conciencia de sí; porque es "cuerpo" tiene, mediante los sentidos, conciencia del mundo. - Scofield.
2.         El espíritu humano
            En todo ser humano habita un espíritu dado por Dios, en forma individual. Números_16:22; Números_27:16. Este espíritu fué formado por el Creador en la parte interior de la naturaleza del hombre, y es cAp.az de renovación y desarrollo. Salmos _51:10. El espíritu es centro y fuente de vida del hombre. El alma es dueña de esta vida y la usa, y por medio del cuerpo la expresa. En el principio Dios alentó el espíritu de vida en el cuerpo inanimado y el hombre se convirtió en alma viviente. De manera entonces que el alma es un espíritu que habita en un cuerpo, o un espíritu humano que opera por medio del cuerpo., y la combinación de ambos constituye al hombre en "alma." El alma sobAp.ive a la muerte, porque es vitalizada por el espíritu, y sin embargo ambos, el alma y el espíritu son inseparables porque el espíritu está entretejido en la trama misma del alma. Están fundidos, amalgamados, si se nos permite el vocablo, en una sola sustancia.
            El espíritu es lo que distingue al hombre de todas las cosas creadas conocidas. Contiene vida humana (e inteliGn.cia, Proverbios_20:27; Job_32:8) en contra distinción con la vida animal. Los animales tienen un alma (Gn._1:20, en el original hebreo) pero no espíritu. En Eclesiastés_3:21 parece que se hace referencia al principio de vida tanto en el hombre como en las bestias. Salomón registra una pregunta que se formuló cuando se había Ap.artado de Dios. A diferencia del hombre, por lo tanto, los animales no pueden conocer las cosas de Dios. (1 Corintios_2:11; 1Co_14:2; Efesios_1:17; Efesios_4:23) y no pueden entrar en relaciones personales con él. Juan_4:24. El espíritu del hombre, cuando es habitado por el Espíritu de Dios (Rm.anos_8:16), se convierte en centro de adoración (Juan_4:23-24); de oración, canciones, bendiciones (1Co_14:15), y servicio, (Rm.anos_1:9; Filipenses_1:27).
            El espíritu, puesto que representa la naturaleza mas eLv.ada del hombre, está relacionado con la cualidad de su carácter. Aquello que adquiere dominio de su espíritu se convierte en un atributo de su carácter. Por ejemplo, si permite que el orgullo lo domine, se dice que tiene espíritu altivo. Proverbios_16:18. De acuerdo a las influencias respectivas que lo controlan, un hombre puede tener un espíritu perverso (Isaías_19:14), un espíritu provocador, irritable (Salmos_106:33), un espíritu precipitado (Proverbios_14:29), un espíritu agitado (Génesis_41:8), un espíritu contrito y humillado. Isaías_57:15; Mt._5:3. Quizá esté bajo el espíritu de servidumbre (Rm.anos_8:15), o impelido por el espíritu de celo. Números_5:14. Debe, por lo tanto, custodiar el espíritu, (Malaquías_2:15) enseñorearse de su espíritu (Proverbios_16:32), mediante el arrepentimiento hacerse un nuevo espíritu (Ezequiel_18:31) y confiar en Dios para que cambie su espíritu. Ezequiel_11:19.
            Cuando las malas pasiones dominan al hombre, y éste manifiesta un espíritu perverso, ello significa que la vida natural, o del alma ha destronado al espíritu. El espíritu ha luchado y ha perdido la batalla. El hombre es presa de sus sentidos naturales y Ap.etitos, y es "carnal". El espíritu no ejerce ya su dominio de la situación, y su carencia de poder se describe como un estado de muerte. De ahí que sea necesario un nuevo espíritu (Ezequiel_18:31; Salmos_51:10); y solamente aquél que sopló en el cuerpo del hombre el hálito de vida, puede impartir al alma del hombre una nueva vida espiritual, en otras palabras, reGn.erarlo. Juan_3:18; Juan_20:22; Colosenses_3:10. Cuando esto ocurre, el espíritu del hombre ocupa un lugar de ascendencia y el hombre se convierte en "espiritual". Sin embargo, el espíritu no puede vivir de sí mismo, sino que debe buscar constante renovación mediante el Espíritu de Dios.
3.         El alma humana
 a. La naturaleza del alma. El alma es el principio vivificante e inteliGn.te que anima al cuerpo humano, empleando los sentidos corporales como sus aGn.tes en la exploración de las cosas Mt.eriales, y los órganos corporales para expresión de sí misma y comunicación con el mundo exterior. Debe su existencia al hálito sobrenatural del Espíritu de Dios. La podemos describir como espiritual y viviente puesto que procede de Dios; la describimos como natural, puesto que opera por medio del cuerpo. Y sin embargo, no debemos pensar que el alma es parte de Dios, puesto que el alma peca. Es mas correcto afirMr. que es el don y obra de Dios. Zacarías_12:1.
            Deben de observarse cuatro distinciones, a saber: (1) El alma distingue la vida del hombre y de la bestia de las cosas inanimadas y también de la vida inconsciente de las plantas.
            Tanto el hombre como la bestia tienen almas (en Génesis_1:20 la frase "anima viviente" significa "alma" en el original). Podemos decir que las plantas tienen alma (refiriéndonos al principio de vida) pero no es un alma consciente. (2) El alma distingue al hombre de los animales. Los animales tienen alma, pero es un alma terrena que perece al morir el cuerpo. Eclesiastés_3:21. El alma del hombre es de una cualidad diferente, puesto que está vivificada por el espíritu humano. "Toda carne no es la misma carne," de manera que es así también con el alma. Hay un alma humana y un alma animal.
            Es evidente que el hombre hace lo que los animales inferiores no pueden hacer, no importa qué inteliGn.te sean. Su inteliGn.cia es la del instinto, y no de la razón. Tanto el hombre como el animal construyen casas. Pero el hombre ha progresado hasta construir catedrales, escuelas, y rascacielos, mientras que los animales construyen en la Hch.ualidad precisamente en la misma forma que lo hicieron cuando Dios los creó. Hay animales que chillan (como los monos) otros que cantan (como los pájaros) y otros que hablan (como los loros) ; pero solamente el hombre produce arte, literatura, música e invenciones científicas. El instinto de los animales puede manifestar la sabiduría del Hacedor, pero solo el hombre puede conocer y adorar a su Creador.
            A fin de ilustrar con más amplitud el eLv.ado sitial que ocupa el hombre en la escala de la vida, distingamos cuatro grados de vida, que superan en nobleza unos a otros a medida que se independizan de la Mt.eria. En primer lugar, la vegetativa, que necesita órganos Mt.eriales para asimilar los alimentos; en segundo lugar, la sensitiva, que emplea los órganos para percibir y establecer contHch.o con lo Mt.erial; en tercer lugar, la intelectual, que percibe el significado de las cosas mediante pensamiento lógico, y no meramente por los sentidos; en cuarto lugar, la vida moral, que concierne a la ley y la conducta. Los animales tienen vida vegetativa y sensitiva; el hombre tiene vida vegetativa, sensitiva, intelectual y moral. (3) El alma distingue a un hombre de otro, y forma de esa manera la base de la individualidad. El vocablo "alma" es por lo tanto empleado con frecuencia en el sentido de "persona". En Éxodo_1:5 las "setenta almas" significa setenta personas. En Rm.anos_13:1 "toda alma" significa toda persona. En la Hch.ualidad hemos adoptado este empleo del vocablo cuando decimos: "No se veía ningún alma". (4) El alma distingue al hombre no solamente de los órdenes inferiores sino también de los órdenes superiores de la vida. No hallamos referencia alguna con respecto al alma en los ángeles, porque no tienen cuerpos similares a los de los seres humanos. El hombre se convirtió en "ánima viviente" es decir, un alma que satura un cuerpo terrenal sujeto a condiciones terrenales. Se describe a los ángeles como espíritus, (Hebreos_1:14) porque no están sujetos a condiciones Mt.eriales o limitaciones. Por razón similar, son espíritus creados y finitos, mientras que Dios es un Espíritu eterno e infinito.
b. El oriGn. del alma. Sabemos que la primera alma existió como resultado del soplo de Dios, que transmitió al hombre un hálito de vida. Mas, ¿cómo se han formado las almas desde entonces? Los estudiosos de la Biblia se dividen Gn.eralmente en dos grupos, a saber: (1) un grupo afirma que cada alma individual no es recibida de los padres, sino que es creación divina inmediata. Citan los siguientes versículos: Isaías_57:16; Eclesiastés_12:7; Hebreos_12:9; Zacarías_12:1. (2) Otros piensan que el alma es transmitida por los padres. Señalan que la transmisión de la naturaleza pecaminosa de Adán a la posteridad milita contra la doctrina de la creación divina del alma; asimismo arguyen en favor el hecho de que las carHch.erísticas de los padres son transmitidas a los hiJs.. Citan los versículos siguientes: Juan_1:13; Juan_3:6; Rm.anos_5:12; 1 Corintios_15:22; Efesios_2:3 y Hebreos_7:10.
            El oriGn. del alma puede explicarse mediante la cooperación del Creador y los padres. En el comienzo de una nueva vida, la creación divina y el empleo creador de ciertos medios operan juntos. El hombre enGn.dra al hombre en cooperación con el Padre de los espíritus. El poder de Dios controla y satura el mundo (Los Hechos_17:28; Hebreos_1:3) de manera que todos los seres nacen de acuerdo a las leyes que él ha ordenado. Por lo tanto los procesos normales de reproducción humana ponen en movimiento esas leyes divinas de vida que hacen que el alma humana nazca en el mundo.
            El oriGn. de todas las formas de vida está rodeado de misterio (Eclesiastés_11:5; Salmos_139:13-16; Job_10:8-12), y esta verdad nos debe de advertir en el sentido de no conjeturar más allá de los límites delineados por las declaraciones bíblicas.
c. Alma y cuerpo. Las relaciones del alma con el cuerpo pueden ser descritas e ilustradas como sigue: (1) El alma es la tenedora o portadora de la vida. Figura en todo aquello que pertenece al sostenimiento, riesgo y pérdida de la vida. Es por ello que en muchos casos el vocablo "alma" se ha traducido "vida". Compare Génesis_9:5; 1 Reyes_19:3; 1 Reyes_2:23; Proverbios_7:23; Ex_21:23; Los Hechos_15:26. La vida es la saturación del cuerpo con el alma. Cuando el alma ha desAp.arecido, el cuerpo no existe tampoco; todo lo que queda es un grupo de partículas Mt.eriales en estado de rápida descomposición. (2) El alma satura y habita toda parte del cuerpo y afecta más o menos directamente todas sus partes. Ello explica por qué las Sagradas Escrituras atribuyen sentimientos al corazón, los riñones, (Salmos_73:21; Job_16:13; Lamentaciones_3:13; Proverbios_23:16; Salmos_16:7; Jeremías_12:2; Job_38:36), entrañas, (Filemón_1:12; Jeremías_4:19; Lamentaciones_1:20; Lamentaciones_2:11; Cantares_5:4; Isaías_16:11) vientre, (Habacuc_3:16; Job_20:23; Juan_7:38). Esta misma verdad que el alma satura el cuerpo explica por qué en muchos lugares se presenta al alma realizando Hch.os corporales. Proverbios_13:4; Isaías_32:6; Números_21:4; Jeremías_6:16; Génesis_44:30; Ezequiel_23:17; Ezequiel_23:22; Ezequiel_23:28. "Mi interior" o frase equivalente es la terminología que se emplea con frecuencia para describir los órganos internos saturados por el alma. Isaías_16:11; Salmos_51:6; Zacarías_12:1; Isaías_26:9; 1 Reyes_3:26. Estos versículos describen las partes internas como centro de los sentimientos, de la experiencia espiritual y la sabiduría. Pero nótese que no es el tejido Mt.erial el que piensa y siente, sino el alma que opera por medio de los tejidos. Hablando estrictamente, no es el corazón de carne, sino el alma por medio del corazón la que siente. (3) Por medio del cuerpo, el alma recibe sus impresiones del mundo exterior. Las impresiones son recibidas por los sentidos (la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tHch.o) y transmitidas al cerebro por medio del sistema nervioso. Por medio del cerebro, el alma trabaja esas impresiones, enviando órdenes a las diversas partes del cuerpo por medio del cerebro y el sistema nervioso. (4) El alma establece contHch.o con el mundo por medio del cuerpo, el cual es el instrumento del alma. Los Hch.os sensitivos, intelectuales y volitivos y otros son las Hch.ividades del alma, o del ser mismo. Soy "yo" el que ve, y no meramente los oJs.; soy "yo" el que piensa, y no meramente el intelecto; soy "yo" el que arroja la pelota y no meramente el brazo; soy "yo" el que peca, y no meramente la lengua o los miembros. Cuando un órgano es dañado, el alma no puede funcionar como debe por medio de el; en caso de lesión cerebral, puede producirse la locura. El alma queda cual hábil músico con un instrumento roto o dañado.
d. El alma y el pecado. El alma vive su vida natural por medio de lo que, por falta de término más adecuado, denominaremos los instintos. Estos instintos son la fuerza motriz de la personalidad, de la cual el Creador ha dotado al hombre a fin de cAp.acitarlo para su existencia terrena (de la misma manera que le ha dotado de facultades espirituales para cAp.acitarle para la existencia celestial). Los denominamos instintos porque son estímulos naturales implantados dentro de la criatura para cAp.acitarla para hacer instintivamente lo que es necesario para el oriGn. y la preservación de la vida natural. El Dr. Leander Keyser dice lo siguiente: "Si el niño recién nacido no tuviera ciertos instintos al comenzar su vida, no podría sobAp.ivir ni con el mejor cuidado médico o paterno."
            Notemos los cinco instintos mas importantes: Primero, el instinto de conservación, que nos advierte del peligro y nos cAp.acita para cuidarnos y protegernos. Segundo, el instinto de adquisición, que nos lLv.a a adquirir aquello que nos es necesario para la subsistencia. Tercero, el instinto del hambre y de la sed que nos estimula a buscar alimentos y satisfacer el hambre natural. Cuarto, el instinto de reproducción o sexual, por el cual se perpetúa la raza. Finalmente, el instinto de dominación, que conduce a desplegar ese espíritu de iniciativa y afirmación necesario para cumplir la vocación y responsabilidad de uno.
            La historia del Ap.estimiento del hombre de estos instintos por el Creador se encuentra en los primeros dos cAp.ítulos del Génesis. El instinto de conservación está implicado en la prohibición y advertencia
que dice: "Más del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de el, ni le tocaréis, porque no muráis." El instinto de la adquisición es evidente al recibir Adán de manos de Dios el hermoso
huerto de Edén. El instinto de buscar alimentos queda expuesto en las palabras: " Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla,  que está sobre toda la tierra,  y todo árbol en que hay fruto y que
da semilla;  os serán para comer." Se hace referencia al instinto de reproducción en las siguientes declaraciones: "varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios,  y les dijo: Fructificad y multiplicaos." El quinto
instinto, el de dominio, está indicado en el mandamiento que dice:"llenad la tierra,  y sojuzgadla, y señoread."
            Dios ordenó que las criaturas inferiores se gobiernen primeramente por instinto. Empero el hombre fué honrado con el don del libre albedrío y de la razón, por medio de los cuales se disciplinaría y se convertiría en árbitro de su propio destino. En calidad de guía para regular las facultades del hombre, Dios impuso una ley. El entendimiento del hombre con respecto a esta ley produjo la conciencia. Cuando el hombre escuchó la ley, tenía una conciencia instruida; cuando desobedeció a Dios, sufrió los efectos de una conciencia que le acusaba. En la narración relativa a la tentación (Gn. 3) leemos de qué manera el hombre se rindió a la concupiscencia de la carne, y la soberbia u orgullo de la vida (1 Juan_2:16), y usó sus poderes contrarios a la voluntad de Dios. El alma a sabiendas y de buena voluntad empleó el cuerpo para pecar contra Dios. Esta combinación del alma pecante con un cuerpo humano constituye lo que se conoce como "el cuerpo de pecado," (Rm.anos_6:6) o la carne. Gálatas_5:24. La inclinación o deseo del alma en el empleo del cuerpo de esta manera se describe con la frase "intención de la carne," (Rm.anos_8:7). Porque el hombre pecó con el cuerpo, será juzgado de acuerdo a lo "hecho por medio del cuerpo," 2 Corintios_5:10. Esto envuelve una resurrección. Juan_5:28-29.
            Cuando la "carne" es condenada, no se hace referencia al cuerpo Mt.erial (los tejidos Mt.eriales no pueden pecar) sino al cuerpo empleado por el alma pecante. Es el alma la que peca. Cortad la lengua calumniadora, y el calumniador quedará aún en pie; amputad la mano al ladrón, y seguirá siendo ladrón todavía en su corazón. Los impulsos pecaminosos del alma son los que se deben destruir, y esa es la obra del Espíritu Santo. Compare Colosenses_3:5; Rm.anos_8:13.
            La "carne" debe definirse como la suma total de todos los instintos del hombre, no como fueron recibidos por primera vez del Creador, sino después de haber sido torcidos y convertidos en anormales por el pecado. Es la naturaleza humana en su condición caída, debilitada y desorganizada por la herencia racial derivada de Adán, y debilitada y pervertida por Hch.os conocidos de pecado. Representa la naturaleza humana no reGn.erada, cuyas debilidades son disculpadas con frecuencia con las palabras: "Es la naturaleza humana después de todo."
            El la perversión de los instintos y las facultades con las cuales Dios ha dotado al hombre lo que constituye la base del pecado. Por ejemplo, el egoísmo, la susceptibilidad, la envidia, el enojo son corrupciones del instinto de conservación. El robo y la codicia son corrupciones del instinto de adquisición. "No robarás," y "no codiciarás," significan: "No corRm.perás en instinto de adquisición." La glotonería es la desnaturalización del instinto de buscar alimentos, y por lo tanto es pecado. La impureza es perversión del instinto de reproducción. La tiranía, la injusticia y el espíritu contencioso constituyen abusos del instinto de dominación. vemos entonces que el pecado es fundamentalmente el abuso o desnaturalización de las fuerzas con las cuales Dios nos ha dotado.
            Y notemos las consecuencias de esta corrupción: En primer lugar, una conciencia culpable, que le dice al hombre que ha deshonrado a su Hacedor, y le advierte con respecto al terrible castigo. En segundo lugar, la desnaturalización de los instintos reacciona contra el alma, debilitando la voluntad, iniciando y fortaleciendo malos hábitos, y creando males del carácter. Pablo hace una lista de la perversidad del alma en Gálatas_5:19-21 : "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes." Pablo considera esto tan serio que añade las palabras: "Los que hace tales cosas no heredarán el reino de Dios."
            Bajo la culpabilidad y el poder del pecado, el alma muere en delitos y pecado. Efesios_2:1. Situada entre el cuerpo y el espíritu, entre lo superior e inferior, entre lo terreno y lo espiritual, ha escogido incorrectamente. Mas la elección no ha producido beneficio, sino perdición eterna. Mt.eo_16:26. Se ha realizado el mal negocio de Esaú: el trueque de una bendición espiritual por algo terreno y perecedero. Hebreos_12:16. A la muerte, un alma semejante debe pasar a la otra vida "contaminada." Judas_1:23.
            Empero existe un remedio - la doble curación - tanto para la culpabilidad como para el poder del pecado. (1) Puesto que el pecado es una ofensa contra Dios se necesita la expiación para remover la culpabilidad, y limpiar la conciencia. La provisión del evangelio es la sangre de Jesucristo. (2) Puesto que el pecado provoca la enfermedad del alma y el desorden en el ser del hombre, se necesita una fuerza sanadora y correctiva. Ese poder es proporcionado mediante la operación interna del Espíritu Santo que corrige la perversidad de nuestra naturaleza, y pone en movimiento, en nuestro interior, fuerzas en la dirección que corresponde. Los resultados, ("frutos") son "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza."  Gálatas_5:22-23. En otras palabras, el Espíritu Santo nos hace justos, palabra que en idioma hebreo significa, literalmente, "recto." Pecado equivale a tener el alma torcida, la justicia es rectitud del alma.
e. El alma y el corazón. Tanto en las Sagradas Escrituras como en el uso común, el vocablo "corazón" denota dentro de todo. Dt.teronomio_4:11; Mt.eo_12:40; Éxodo_15:8; Salmos_46:2; Ezequiel_27:4; Ezequiel_27:25-27. El "corazón" del hombre es por lo tanto el centro mismo de su personalidad. Es el centro de la vida física. El Dr. Beck dice lo siguiente: "El corazón es lo primero que vive. El primer movimiento es señal segura de vida, su detención, señal segura de muerte." Es también la fuente y lugar de converGn.cia de todas las corrientes de la vida, tanto espirituales como del alma. Lo podemos describir como la parte más profunda de nuestro ser, la "sala de máquinas" por así decirlo, de la personalidad, de donde proceden esos impulsos que determinan el carácter y la conducta del hombre. (1) El corazón es el centro de la vida de los deseos, voluntad y juicio. El amor, el odio, la determinación, la buena voluntad, la alegría (Salmos_105:3) están relacionados con el corazón. El corazón conoce, entiende, (1 Reyes_3:9), delibera, valúa, calcula; se dice que uno fija el corazón en algo, o lo inclina hacia algo, que es dirigido hacia algo, o presta atención a algo. Todo aquello que causa impresión en el alma se dice que está tallado o escrito en el corazón. El corazón es el depósito de todo lo que se oye o experimenta (Lucas_2:51). El corazón es la "fábrica," por así decirlo, donde se forman los pensamientos, y los propósitos, ya sean buenos o malos. Lea por ejemplo Salmos_14:1; Mt.eo_9:4; 1 Corintios_7:37; 1 Reyes_8:17. (2) El corazón es el centro de la vida de las emociones. Al corazón se le atribuyen todos los grados de gozo, desde el placer, (Isaías_65:14) al transporte y a la exaltación (Los Hechos_2:46); toda la escala del dolor, desde el descontento (Proverbios_25:20) y la tristeza, (Juan_14:1), hasta la angustia que traspasa, agobia y abruma (Salmos_109:22; Los Hechos_21:13;) todos los grados de la mala disposición, desde el disgusto y la ira, (Pro_23:17) hasta la furia rabiosa (Hch._7:54) y el deseo ferviente de vengarse (Dt.teronomio_19:6); todo el orden del miedo, desde el temor Ap.erencial, (Jeremías_32:40) hasta el terror ciego (Dt.teronomio_28:28). El corazón desfallece de angustia (Js.ué_5:1), se debilita por el desánimo (Lv.íticos_26:36), desfallece ante el peso de la tristeza, (Salmos_102:4) es quebrantado y Ap.lastado por la adversidad (Salmos_147:3), y es consumido por un fuego sagrado. Jeremías_20:9. (3) El corazón es el centro o eje de la vida moral. Puede concentrarse en el corazón el amor a Dios (Salmos_73:26), u orgullo blasfemo, (Ezequiel_28:2, Ezequiel_28:5). El corazón es el "taller" de todo lo que es bueno o malo en los pensamientos, palabras y hechos. Mt.eo_15:19. Es el lugar de converGn.cia o reunión de los buenos impulsos o los malos deseos o lujuria, el lugar donde está depositado lo bueno o lo malo. Según lo que lo llena, el corazón habla o acciona. Mt.eo_12:34-35. Es el lugar donde originalmente fué escrita la ley de Dios (Rm.anos_2:15) y donde la misma ley es renovada por la operación del Espíritu Santo. Hebreos_8:10. Es allí donde reside la conciencia (Hebreos_10:22) y todos los testimonios de la conciencia le son asignados a el. 1 Juan_3:19-21. Con el corazón el hombre cree, (Rm.anos_10:10) o no cree, (Hebreos_3:12). Es el terreno en donde se siembra la Palabra divina. Mt.eo_13:19. Según las decisiones que adopta, se deja inspirar de Dios (2 Corintios_8:16) o Satanás. Juan_13:2. Es la habitación de Cristo (Efesios_3:17) y del Espíritu  (2 Corintios_1:22) y de la paz de Dios (Colosenses_3:15). Es el receptáculo, podríamos decir, del amor de Dios (Rm.anos_5:5), el lugar donde nace la luz celestial, (2 Corintios_4:6) el lugar íntimo de la comunión secreta con Dios. Efesios_5:19. Es un misterio profundo que solamente Dios puede sondear Jeremías_17:9.
            Fue en vista de las posibilidades tremendas encerradas en la vida afectiva  o del corazón del hombre, que Salomón pronunció la advertencia. "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de el mana la vida." Proverbios_4:23.
f. Alma y sangre. "Porque la vida" (literalmente "alma") "de la carne en la sangre está." Lv.íticos_17:11. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que tanto en el hombre como en la bestia la sangre es la fuente y sustentación de la vida física. Lv.íticos_17:11; Lv.íticos_3:17; Dt.teronomio_12:23; Lamentaciones_2:12; Génesis_4:10; Hebreos_12:24; Job_24:12; Ap.ocalipsis_6:9-10; Jeremías_2:34; Proverbios_28:17. Según las palabras de Harvey, el médico británico que descubrió la circulación de la sangre: "Es la primera que vive, y primera que muere; y la sede o asiento priMr.io del alma. Vive y se alimenta de sí misma, y por ninguna otra parte del cuerpo." En Los Hechos_17:26 y Juan_1:13, se presenta a la sangre como el Mt.erial original del cual procede el organismo humano. Usando al corazón como bomba, y a la sangre como portadora de vida, el alma envía vitalidad y alimentos a todas partes del cuerpo.
            El lugar del ser en la escala de la vida determina el valor de la sangre. Primero viene la sangre de animales; de mayor valor es la sangre del hombre, porque lLv.a en sí misma la imaGn. de Dios (Génesis_9:6); de estimación especial ante los oJs. de Dios es la sangre de los inocentes y los mártires (Génesis_4:10; Mt.eo_23:35); y mas valiosa que todas es la sangre de Cristo (1 Pedro_1:19; Hebreos_9:12), y de valor infinito porque está unida a la Deidad. Mediante la misericordiosa ordenación de Dios, la sangre se convierte en un medio de expiación, cuando es rociada en el altar de Dios. "Y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona." Lv.íticos_17:11.

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