El Constructor Del Sermón
Una Guía PASO A PASO
Para Realizar Mensajes Y Sermones Expositivos.
Tomado de Shepherds
Fellowship
Traducido por Armando
Valdez (favor de citar la fuente)
Introducción
Bienvenido
a el Constructor del Sermón – una guía paso a paso para la preparación
expositiva del sermón. Mientras el Constructor de Sermón no le escribirá
al sermón a alguien, está dirigido a conducir a pastores y maestros de
la Biblia hacia los pasos básicos de la exégesis y la exposición. Es
nuestro deseo que aun al exponente experimentado, al abrirse paso por el
Constructor de Sermón, será refrescado y recordado de verdades y
principios útiles.
El Constructor de Sermón ha dividido la construcción del
sermón incorporando un proceso en cuatro etapas principales: 1) La
Preparación, 2) La Precisión, 3) La Producción, y 4) La Presentación.
Etapa
1: La Preparación
La predicación poderosa siempre
comienza con una preparación correcta. El hombre de Dios no puede
esperar interpretar correctamente el texto o exponer apasionadamente la
verdad sin primero preparar su propio corazón y mente para la tarea.
Esta preparación requiere al menos seis áreas de consideración:
1. El
Predicador – ¿Estoy preparado para predicar?
2. El
Propósito – ¿Por Qué estoy predicando?
3. El Paradigma – ¿La Clase de sermón
predicaré?
4. Las Personas – ¿A Quiénes predicaré?
5. El
Potencial – ¿Cuáles son los resultados potenciales de mi mensaje?
6. El
Pasaje – ¿Qué texto voy a predicar?
A través de considerar en oración
cada uno de estas áreas, el predicador estará bien preparado para
empezar el proceso de construcción del sermón.
Etapa
1, Paso 1: Considera al Predicador (¿Estoy Preparado para predicar?)
El
predicador debe empezar por mirar su propia vida, impregnando todo el
proceso de construcción del sermón en oración, confesando todo pecado
conocido, y recordándose a sí mismo que él es más que un simple siervo
de Su Amo.
Es
crucial, desde el principio, que el predicador autoexamine su propio
corazón antes de predicarle a otros. Con esto en mente, Steve Lawson
indica:
Antes de que el predicador pueda preparar el sermón, Dios debe
primero, preparar al predicador. El que desee obtener una comprensión precisa del
texto bíblico debe ser una persona que esté creciendo en la gracia y el
conocimiento del Señor Jesucristo. De esta manera, el expositor
nunca debería acercarse a un pasaje clínicamente, simplemente para
elaborar un sermón. En lugar de eso, él debe estudiar para
comprometer su corazón a amar y adorar a Dios.Ningún expositor puede
llevar a otros espiritualmente a donde él no ha ido.
Jerry Vines y Jim Shaddix simplemente
dicen esto: “La preparación es un elemento importante en la buena
predicación expositiva. El predicador no sólo debe pasar tiempo
preparando el mensaje, sino que él también debe prepararse”. Con esto en
mente, la preparación personal del predicador consta al menos de tres
elementos cruciales: La oración, la pureza, y la perspectiva.
La
Oración (Salmo 19:14; 119:10, 18, 33-40). De principio a fin, el
predicador debe impregnar todo el proceso de construcción del sermón en
oración – la oración por él mismo (para que él correctamente interprete y
aplique la verdad) y la oración para sus oyentes (para que
correctamente entiendan y respondan a la verdad). En esencia, la oración
es dependencia. El predicador que no ora, indica que él depende más en
sus habilidades persuasivas que en el poder del Espíritu de Dios. James
Rosscup dice esto:
La oración no es una disyuntiva sino
el elemento principal en el caleidoscopio de características
espirituales que señalan a un predicador. Estos rasgos se unen en una
fuerza espiritual poderosa; crean a un portavoz para Dios.
Jesús, el modelo más fino, y otros portavoces efectivos para Dios
han sido poderosos en la oración unida a las virtudes de santidad y
dependencia en Dios. . . . Los
predicadores que siguen el modelo bíblico toman seriamente la oración
misma. En la preparación del sermón, se empapan ellos mismos en
oración.
La Pureza
(1 Tes. 2:1-12; 1 Tim. 3:2-3; Stgo. 1:21). Además de la devoción, el
hombre de Dios debe ser un hombre caracterizado por una vida justa.
Cualquier estándar inferior socava el mismo mensaje que el predicador
proclama. Ciertamente, nadie es perfecto. Pero, el patrón de vida del
predicador debe ser uno que refleje y refuerce la verdad que él expone. A
consecuencia de esto, Stephen Olford simplemente indica: “Las
Escrituras y la experiencia práctica nos han enseñado que Dios está más
preocupado con lo que somos que con lo que hacemos”. John MacArthur está
de acuerdo, notando:
La rectitud y la santidad juntas son
dos cualidades indispensables de un hombre de Dios, y aún son su
búsqueda de toda la vida. Son centrales para su utilidad; están en el
corazón de su poder.Él las posee y aún las busca (cf. Fil.
3:7-16). Un predicador no santificado es inútil para Dios,
y un peligro para sí mismo y las personas.
De esta manera, Richard Baxter
escribió:
Un buen número de sastres va cubierto de harapos, haciendo
ropas costosas para otros; y un buen número de cocineros apenas se chupan sus dedos,
cuando él ha adornado para otros los platos más costosos. . . . Es algo espantoso ser un profesante no santificado,
pero bastante más lo es ser un predicador no santificado.
La Perspectiva (Sal. 8:3-4; Isa. 6:5;
Rom. 12:3). En el mismo comienzo del proceso del sermón, el predicador
humildemente debe recordarse a sí mismo que él no es nada fuera de la
gracia de Dios. Él es simplemente un instrumento en las manos del amo,
un mensajero al servicio del rey. Si el predicador tiene éxito (como
Dios lo mide), no es por su elocuencia o su carisma – más bien el éxito
verdadero proviene de una fidelidad inquebrantable sin importar las
consecuencias. El hombre piadoso no le sirve a los hombres, sino a Dios.
El predicador piadoso, por consiguiente, no debe buscar la aprobación
de los hombres, sino más bien la sonrisa de su Señor.
Además,
la Palabra que él proclama nunca debe ser minimizada, la salvación que
él recibió nunca debería olvidarla. Primero debería ser un combustible
para su pasión por Dios, y segundo debería ser una parte necesaria de su
vocación. El proceso de construcción del sermón no debería ser un
simple trabajo, sino también adoración. Steven Lawson dice esto:
El
predicador siempre debe abordar la Palabra de Dios con reverencia,
humildad, y temor de Dios. Cada vez que él abra la Escritura, él debe
ser agudamente consciente de que él está abriendo la Palabra del Dios
vivo. Él nunca debe permitirse venir a la Biblia insensiblemente o en
una rutina hueca. Más bien, su corazón siempre debería estar absorbido
con la verdad profunda que Dios está hablando en el texto. Así, él
siempre debe estudiar un texto en la manera que Moisés abordó a Dios
diciendo, “muéstrame Tu gloria”. Entonces, antes de que pueda tener una
comprensión clara de la Palabra de Dios, primero debe haber un amor
consumado por Dios y Su gloria.
Teniendo una perspectiva correcta, el
predicador se da cuenta de que él es insignificante, pero que el Dios a
quien el sirve lo es todo. El proceso del construcción del sermón, por
consiguiente, no es un trabajo pesado meticuloso, sino más bien el
privilegio máximo para el cual cualquier ser humano pecaminoso podría
ser llamado.
Etapa 1, Paso 2: Considere el
Propósito – ¿Por Qué estoy predicando? ¿Por qué debería Predicar
Expositivamente?
El llamado a predicar no es meramente
una invención humana. Más bien, es una idea de Dios – de hecho, es Su
mandamiento para aquellos que son Sus mensajeros. Aún, el
llamado a predicar no es un llamado para exponer nuestras ideas o
nuestras opiniones. El púlpito no es nuestra tribuna
improvisada. De esta manera el predicador debe tener el
compromiso de predicar la Palabra – para exactamente y adecuadamente
expresar las verdades de Dios como se han dado en la Escritura.
Aquí hay cinco razones (adaptado de
Carey Hardy) para predicar la Palabra de Dios con fidelidad y precisión:
1.
Bíblicamente – la predicación expositiva es el modelo presentado y
prescrito en la Escritura:
· Mat. 28:19-20 - Por tanto, id, y
haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas
las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén.
· 1 Tim. 4:13 - Entre tanto que voy,
ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
· 2 Tim.
2:2 - Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres
fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
· 2 Tim.
4:1-2 - Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará
a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que
prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
· Tito
2:1 - Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
* Un
modelo expositivo de predicar se sobreentiende también en Esdras 7:10;
Nehemías 8:8; Lucas 4:16-22; Hechos 6:4; 7:2-53; 8:27-35; y Rom. 10:17.
MacArthur
resume el ejemplo que encontramos en la Escritura:
[La
Palabra de Dios] es lo que Jesús predicó (Lucas 5:1). Fue el mensaje que los apóstoles
enseñaron (Hechos 4:31 y 6:2). Fue la palabra que los
samaritanos recibieron (Hechos 8:14) como dada por los apóstoles (Hechos
8:25). Fue el mensaje que los Gentiles recibieron como fue
predicada por Pedro (Hechos 11:1). Fue la palabra que Pablo
predicó en su primer viaje misionero (Hechos 13:5, 7, 44, 48, 49; 15:35-36).
Fue el mensaje predicado en el segundo viaje misionero de Pablo
(Hechos 16:32; 17:13; 18:11). Fue el mensaje
que Pablo predicó en su tercer viaje misionero (Hechos 19:10). Fue
el enfoque de Lucas en el Libro de Hechos con respecto a que se propagó
rápidamente y ampliamente (Hechos 6::7; 12:24; 19:20). Pablo
tuvo el cuidado de decirle a los corintios que él habló la Palabra como
fue le dada por Dios, que no había sido adulterada y que era una
manifestación de la verdad (2 Cor. 2:17; 4:2). Pablo
admitió que fue la fuente de su predicación (Col. 1:25; 1 Tes.
2:13).
2.
Teológicamente – una comprensión correcta de la Escritura nos conducirá a
predicar exposicionalmente.
· La Palabra de Dios es inspirada (2
Tim. 3:16; 2 Ped.. 1:20-21). Es exhalada por Dios; Es Su misma Palabra.
· La
Palabra de Dios es inerrante (Sal.. 19:7-9). Como originalmente
revelada, la Biblia es sin error en cualquier área, incapaz de fracasar
en cualquiera de sus partes, perfecta en cada aspecto.
· La
Palabra de Dios es autoritaria (Sal. 119). Debido a que es la Palabra de
Dios perfecta, conlleva en ella Su autoridad.
· La
Palabra de Dios es suficiente (2 Ped. 1:3-4; 2 Tim. 3:17; Heb. 4:12).
Dios reveló todo lo necesario para que las personas vivan una vida
plena. Aún cuando ciertos asuntos no se discuten específicamente en la
Escritura, la Palabra de Dios provee los principios necesarios para
correctamente ocuparse del punto en cuestión.
· La
Palabra de Dios es relevante (Sal. 119:105; Is. 40:8; 2 Tim. 3:17).
Porque Su Palabra es la autoridad final en todo lo que las personas
necesitan, es de extrema importancia a todas las personas de todo los
tiempos. La Escritura se ocupa de las necesidades verdaderas de toda
persona de cada período de tiempo – a partir de la realidad del pecado y
la necesidad de un Salvador.
La única respuesta correcta para
creer en estas verdades acerca de la Escritura es predicar la Escritura
expositivamente – ¡y para no predicar nada más! Si el predicador
verdaderamente cree estas verdades, él querrá predicar de tal manera que
el significado del pasaje de la Biblia sea presentado enteramente y tal
cual Dios lo pretendió. Ésta es predicación expositiva.
3.
Eclesiásticamente – como un líder en la iglesia, el predicador tiene una
responsabilidad de predicar exposicionalmente.
· Nos
encontramos que en la Escritura la iglesia existe para adorar y
glorificar a Dios (1 Cor. 10:31; Heb. 13:15); para proveer un contexto
de compañerismo amoroso uno con el otro con el objeto de la edificación
mutua (Efes. 3:16-19; 4:12-16); para ser un centro de entrenamiento por
medio del cual las personas puedan crecer a través de la aplicación de
la enseñanza y la utilización de sus dones espirituales (1 Cor. 12-14;
Rom. 12; Efes. 4); y para ser luz en este mundo de tinieblas, para la
evangelización de los elegidos de Dios (Mat. 5:13-16; 28:19-20; Tito
2:11-15).
· Pero otro propósito de la iglesia es éste: La iglesia existe
para ser un depósito de la verdad divina (1 Tim. 3:15). Si un
predicador comprende este propósito de la iglesia, él está obligado a
ser un expositor.
4. Históricamente – la predicación expositiva ha sido el
modelo primario de predicar a todo lo largo de la historia de la
iglesia, a partir de los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles
del NT.
· James Stitzinger, en el capítulo tres de El Redescubrimiento de la
Predicación Expositiva, provee uno exhaustivo relato de la historia de la
predicación expositiva. Él da ejemplos de predicación expositiva en el
período bíblico; la época de la iglesia cristiana temprana (100-476
D.C.); el período medieval (476-1500); el período de la Reforma
(1500-1648), incluyendo los ejemplos de Lutero, Calvino, y Zwinglio; y
el período moderno (1649-presente), incluyendo a William Perkins,
Richard Baxter, John Owen, Bunyan, Charnock, Whitefield, Matthew Henry,
John Broadus, Alexander Maclaren, Spurgeon, Ironside, Barnhouse,
Criswell, G. Campbell Morgan, Lloyd-Jones, Stott, Boice, MacArthur, y a
muchos otros. Claramente, el exponente bíblico está en buena compañía.
· La
conclusión de Stitzinger, después de examinar la historia de la iglesia,
es de esperarse:
Un estudio de la historia de la predicación expositiva
hace constar que tal predicación está profundamente arraigada en el
terreno de la Escritura. De esta forma, es la única clase de predicación que
perpetúa la predicación bíblica en la iglesia. A lo largo de la
historia, algunos hombres bien conocidos en cada generación
representativa de un mayor cuerpo de exponentes fieles se han
comprometido a este ministerio de exposición.
Sus voces desde el pasado deberían
alentar al exponente contemporáneo y desafiarlo a alinear su predicación
con el estándar bíblico. La Escritura exige nada menos que una exposición
facultada por Dios como ha sido demostrada por aquellos santos dignos
que han dedicado sus vidas a esta
tarea noble.
5.
Prácticamente – la predicación expositiva también tiene numerosos
beneficios prácticos.
· Somos responsables de la enseñanza del consejo de
Dios. Esto exige un acercamiento organizado, estratégico, expositivo. Un
acercamiento “al azar” para predicar producirán un entendimiento “al
azar” de la Escritura.
· Promueve el nivel más alto de
alfabetismo bíblico y entre nuestro pueblo.
· Provee
responsabilidad hacia el predicador. Le hace responsable de predicar lo
que dice Dios, y no sus opiniones. También le hace surtir efecto. Es un
trabajo arduo ahondar profundamente en las verdades de la Escritura.
· La
exposición sistemática protege al predicador. Muchos pastores tienen una
tendencia a caer en una rutina y desarrollar una mentalidad de un solo
tema. También, la exposición da protección en contra de usar la Biblia
como un club (encontrando una Escritura para reprender a alguien
públicamente).
· Impide un inexacto uso del pasaje. No hay nada malo en usar
un solo versículo de la Escritura para establecer un punto espiritual
válido. El problema es hacer mal uso del versículo. Usted debe saber lo
que un versículo quiere decir en su contexto antes de usarlo. La
predicación expositiva asegura esto.
· Un exponente raras veces pierde el
tiempo preguntándose lo que él va a predicar la siguiente ocasión… o de
donde él obtendrá sus ideas para ver qué es lo que va a decir.
· La
exposición sistemática le da a las personas un apetito por la Palabra.
El Redescubrimiento de la
Predicación Expositiva enlista numerosos beneficios de la predicación expositiva de
la manera siguiente:
La predicación expositiva emula mejor
la predicación bíblica tanto en contenido como en estilo. Éste es el beneficio principal.
Además de esto, otras ventajas listadas en orden aleatorio incluyen
lo siguiente:
Predicación
expositiva:
· Logra mejor el intento bíblico de predicar: Entregando el
mensaje de Dios.
· Promueve bíblicamente la predicación autoritativa.
·
Magnifica la Palabra de Dios.
· Proporciona una bodega de material
de sermones.
· Desarrolla al pastor como un hombre de la Palabra de Dios.
· Asegura
el nivel más alto de conocimiento de la Biblia para el rebaño.
· Induce a
pensar y vivir bíblicamente.
· Promueve la profundidad y la
comprensión.
· Da fuerza para el tratamiento textos difíciles de
interpretar.
· Permite el manejo de amplios temas teológicos.
·
Mantiene a distancia a los predicadores de la rutina y de los caballitos
de batalla.
· Impide la introducción de ideas humanas.
· Protege
en contra de una mala interpretación del texto bíblico.
· Imita
la predicación de Cristo y de los apóstoles.
·
Destaca lo mejor en el expositor.
Etapa
1, Paso 3: Considere el Paradigma – ¿Qué Clase de sermón predicaré?
Es
importante, desde el principio, para el predicador comprender la esencia
de lo que la predicación expositiva es. El exponente deberá darse cuenta
de que mientras la exposición no está limitada a una predicación
versículo por versículo, hay numerosas ventajas para hacer de la
predicación versículo por versículo un patrón normal.
En su esencia, la predicación
expositiva abarca los siguientes cinco elementos (adaptada de Richard
Mayhue):
1. El mensaje encuentra su fuente exclusiva en la Escritura.
2. El
mensaje es extraído de la Escritura a través de una exégesis cuidadosa.
3. La
preparación del mensaje correctamente interpreta la Escritura en su
sentido normal y en su contexto.
4. El mensaje claramente explica el
significado original pretendido por Dios de la Escritura.
5. El
mensaje aplica el significado Bíblico para hoy.
Indicándolo
de manera diferente, Faris Whitesell aclara lo qué la predicación
expositiva es mediante la identificación de lo que no es:
1. No es
un comentario recorriendo de palabra por palabra y versículo por
versículo sin unidad, ni bosquejo, y dirección penetrante.
2. Sin
comentarios divagantes y observaciones sin sentido acerca de un pasaje
sin un trasfondo de exégesis y orden lógico.
3. No es
una masa de sugerencias desconectadas e inferencias basadas en el
significado superficial de un pasaje pero no mantenida por un estudio a
profundidad y amplitud del texto.
4. No es una exégesis pura, no
importa cuánta erudición, si carece de un tema, tesis, bosquejo, y
desarrollo.
5. No es una simple idea general estructural de un pasaje con
algunos comentarios de apoyo pero sin otros elementos retóricos y de
sermón.
6. No es una homilía tópica usando partes dispersas del pasaje
pero omitiendo una discusión de otras partes igualmente importantes.
7. No es
una colección en trocitos de citas y conclusiones gramaticales de
comentarios sin una unión de estos elementos en un mensaje suave,
fluido, interesante e imponente.
8. No es una charla tipo lección de
escuela dominical que no tiene un bosquejo del contenido, informalidad, y
el fervor pero con falta de estructura de sermón e ingredientes
retóricos.
9. No es una lectura de la Biblia que conecta un número de
pasajes dispersos tratando un tema en común pero falla en manejar
cualquiera de ellos en una manera cabal, gramatical, y contextual.
10. No es
un devocional ordinario o charla de reunión de oración que combina unos
comentarios incoherentes, sugerencias inconexas, y reacciones
personales en un debate semi-inspiracional pero con falta del beneficio
del estudio contextual-exegético básico y los elementos persuasivos.
Con estos
principios básicos como fundamento, hay muchos estilos diferentes de
predicación expositiva. Irvin Busenitz escribe esto:
Tal
como una predicación versículo por versículo no es necesariamente
expositiva, predicar lo que no es versículo por versículo no es
necesariamente poco expositivo. Es cierto, algunos enfoques de actualidad no son
expositivos, pero tal necesidad no lo es y ciertamente no debería ser el
caso. Ningún libro se ocupa de temas que directamente afectan
la vida diaria más de lo que lo hace la Biblia. De esta manera,
para ser efectivo, toda predicación de actualidad y enseñanza,
cualquiera que sea tema, sea temático, teológico, histórico, o
biográfico, debe ser consumido con exponer la Palabra.
El Constructor de Sermón está
primordialmente diseñado para exponer versículo por versículo. Después
de todo, ésta es la forma más común de exposición. No obstante, a los
predicadores que quieren ocasionalmente predicar de manera tópica no les
debería dar miedo hacerlo – con tal de que exactamente proclamen la
Palabra de verdad, cuidándose de no sacar versículos de su contexto. Con
esto en mente, el predicador debería seguir un plan general para su
exposición semanal. Esto es medianamente fácil en una predicación
versículo por versículo puesto que el predicador simplemente comienza en
el texto que sigue de donde lo dejó. Para una predicación tópica, un
buen plan requiere previsión y estrategia de oración. Siguiendo un plan,
el predicador puede de antemano comenzar a prepararse para dar unas
semanas de mensaje, y aun meses.
Considerando cual modelo este
utilizando el predicador para un sermón dado (si el de versículo por
versículo o el de tópico), el predicador puede apartar el tiempo
necesario (el de tópico usualmente requiere más tiempo porque están
involucrados más pasajes) y puede determinar los pasos correctos a
seguir.
Hay beneficios significativos para predicar a través de un
libro de la Biblia de principio a fin (en un estilo versículo por
versículo). Lo siguiente, es adaptado de Carey Hardy, enlista esas
ventajas:
· Protege versículo/párrafos/capítulo en su contexto correcto.
Esto
asegura una mayor exactitud en el manejo de la Escritura. Es también mejor para la
congregación, puesto que aprenderán los temas de la Biblia
organizadamente, a distinción de un acercamiento de tópico que presenta
la verdad en una forma potencialmente confusa y mixta. El
progreso en aprender es más fácil de rastrear.
· Usted cubre todos los asuntos
eventualmente.
De hecho, al predicar sobre libros de la Biblia usted
terminará tocando un mayor número de temas que fácilmente vendrán a la
mente de otra manera. La serie predicaciones grandemente auxilia su alcance
objetivo.
· Le
permite ocuparse de las necesidades sin distinguir a cualquier
individuo.
Puesto que usted se ocupa de temas tal y como aparecen en el
texto, las temas sensibles serán tratados sin la apariencia de señalar a
personas o a problemas de la iglesia.
· Estudiar la siguiente sección del
texto ahorra tiempo contra el investigar un tema completamente nuevo
cada semana.
Cada sermón nuevo no requerirá una investigación
completamente nueva sobre el trasfondo, contexto, etc., de un texto….o una investigación nueva de la nada en
otro tema.
· Le
evita el “agotamiento”.
Usted no tendrá que experimentar la
tarea atormentadora y consumidora del tiempo para decidir qué tema a
tratar cada domingo – usted obviamente predicará en la siguiente sección
del texto
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