lunes, 25 de junio de 2012
El Origen Divino del Matrimonio y de la Familia
Capítulo Dos
El Origen Divino del Matrimonio y de la Familia
Introducción
La ideas acerca del matrimonio y acerca de la familia
no son invenciones de la mente humana, sino que representan el diseño del
Creador. Por lo tanto, es lógico
analizar el origen de estas relaciones para ver la voluntad divina y poder
entender las razones para este tipo de estructura social. Vivimos en un tiempo cuando la familia y el
matrimonio están sufriendo muchos abuso debido a la tendencia de seguir a las ideas de los supuestos “expertos” humanos en vez de
seguir a la ida original del diseñador del universo.
Dios Dijo
Dios dijo: “No
es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él.” No fue el hombre que decidió que necesitaba
ayuda o que se quejaba de estar solo.
Tampoco fue la idea de la mujer crearse.
Al contrario, fue la idea de Dios crear a la mujer y formar el
matrimonio y la familia aquí en la tierra.
< Génesis 2:18
Dios Hizo
De la carne y del hueso del hombre Dios hizo una
compañera idónea y apropiada para él.
Como todas las cosas que Dios hizo, esta parte de Su creación fue
buena. El hombre no hizo a la mujer,
sino que Dios la hizo para ser su compañera, para tener comunión con él, para
estar junto a él en la vida, y para procrear con él.
< Génesis 2:20-22
< Efesios 5:28-30
Dios Quiso
“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre,
y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”
Esta fue la idea del Creador.
Dijo DEJAR porque es necesario poner fin a una relación para empezar con
la otra. Dijo UNIRSE porque el hombre no
deja una relación familiar para estar solo, sino para unirse en otra
relación. Dijo se serían UNA SOLA CARNE
porque en esta nueva relación familiar el hombre y la mujer no son ya más dos,
sino uno. “Así que no son ya más dos,
sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”
Dios los juntó, porque así lo quería. El hombre no tiene derecho de ir en contra de
la voluntad divina y no tiene derecho es
separar lo que Dios ha unido. Solamente
Dios tiene ese derecho.
< Génesis 2:24
< Mateo 19:6
Y Dios Los
Bendijo
Dios vio al primer matrimonio que El había creado “Y
los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos: llenad la tierra y
sojuzgadla, y señoread en ... y he aquí que era bueno en gran manera.”
< Génesis 1:28-31
< Proverbios 18:22
< Proverbios 19:14
Derechos Cristianos: Puntos de Vista Bíblicos
Capítulo Uno
Derechos Cristianos:
Puntos de Vista Bíblicos
Introducción
El estudio del matrimonio y de la vida familiar tiene
su base en un buen entendimiento de la situación de cada persona involucrada en
el matrimonio y en la familia. Es
necesario, entonces, aclarar que toda persona que desea vivir como un cristiano
tiene que conformar su actuación a la voluntad de Dios en su vida
familiar. La primera etapa de esta vida
abundante es renunciar a sus propios “derechos” para poder lograr pertenecer a
Cristo (Lucas 9:23,
14:26-33). Si uno no
muere a
sí mismo no puede
vivir por los demás. La naturaleza egocéntrica del ser humano
debe ser controlada para poder mejorar el matrimonio o la vida familiar. Uno tiene que morir a sí mismo para conseguir
la libertad en Cristo y una vida mejor.
Esclavos de
Satanás
Como hombres pecadores, eramos esclavos de Satanás,
condenados y sin esperanza. Por nuestro
propios pecados habíamos perdido nuestra relación con Dios,. Cayendo en la
esclavitud del pecado y de Satanás.
< Romanos 3:23
< Romanos 6:23
< Juan 8:34
< Romanos 6:16
< Efesios 2:12
Cristo Nos
Dio la Libertad
Siendo aún pecadores perdidos, Cristo nos dio la
esperanza de la libertad, pagando nuestro rescate en su cruz. En nuestro bautismo nosotros morimos con El
al mundo, a nosotros mismos, y al pecado, resucitando con El en vida nueva para
estar así libres del pecado.
< Romanos 5:8
< Romanos 6:2-14
< II Corintios 5:17-21
< I Pedro 1:18-23
< I Pedro 2:21-25
Nos Vendimos a Cristo
A través de esta muerte y resurrección en el bautismo,
ahora nosotros pertenecemos a Cristo.
Somos esclavos de El. En nuestro
bautismo, por decisión propia, nos vendimos a Cristo. A cambio, El nos libró de Satanás y de la
pena de muerte que merecemos por nuestros pecados.
< Juan 8:36
< Romanos 6:7
< Romanos 6:19
< Romanos 6:22-23
< I Corintios 6:20
< I Corintios 7:23
< Filipenses 3:20-21
< Colosenses 3:3-11
Sin Derechos
– Con Deberes
Los esclavos
no tienen derechos. Así que, como esclavos de Cristo, no tenemos derechos, sino que solamente deberes. Un cristiano no tiene derechos personales,
sino que solamente tiene el deber de obedecer a Cristo en todo. El esclavo no
tiene el derecho de hacer lo que él quiere, sino lo que su Señor quiere. Tampoco tiene el derecho de usar su cuerpo en
una manera que su amo prohíbe. Es así
que un cristiano no tiene el derecho a las relaciones sexuales fuera del
matrimonio, ni tampoco tiene el derecho de contraer un matrimonio que le
impedirá en su obediencia total a Cristo, su dueño.
< I Corintios 4:1-2
< Lucas 17:10
< Job 1:21
< Apocalipsis 2:10
< Mateo 10:28
< I Pedro 2:15-16
< I Pedro 3:14-17
< Mateo 6:24
< Mateo 6:33
< II Corintios 6:14 - 7:1
< I Corintios 7:39
< Romanos 7:1-4
Un Nuevo
Dueño Indica una Nueva Vida
En Cristo tenemos un nuevo dueño, y por lo cual
tenemos una nueva vida y una nueva manera de pensar. Crucifiquemos la carne con
sus pasiones y deseos. Uno tiene que morir a sí mismo para poder vivir para
Cristo. Así también, uno tiene que morir a sí mismo para tener un matrimonio y
vida familiar aceptable a Dios.
< Romanos 12:1-2
< Filipenses 2:5-11
< Efesios 4:2 - 5:20
< Colosenses 3:1-17
< Gálatas 5:16-24
< I Corintios 6:7-11
< Lucas 9:23
MEJORANDO EL MATRIMONIO Y LA VIDA FAMILIAR
MEJORANDO EL MATRIMONIO Y LA VIDA FAMILIAR
Introducción
Este estudio tiene el afán de ayudar al cristiano a
entender, y a practicar, la voluntad de Dios acerca de la relación matrimonial,
la familia, y las responsabilidades de cada padre, madre, e hijo. Las siguientes páginas se presentan con la
plana convicción de que podemos mejorar nuestros matrimonios y nuestras vidas
familiares si nos dedicamos a estudiar y a seguir las enseñanzas que la palabra
de Dios contiene sobre estas áreas de nuestras vidas. Es con esta meta que se presenta este estudio
y la petición es que practiquemos la voluntad de Dios, ya que el hacerlo le
agradará. Además, la obediencia a sus
reglas hará que nuestras vidas sean más abundantes.
Si no estamos totalmente dedicados a practicar las
enseñanzas de Cristo y su palabra en nuestras propias vidas, en nuestros
propios matrimonios, y en nuestras propias familias, entonces no somos y no
podemos ser cristianos. Si este estudio
enfoca en cosas que son novedades en nuestras vidas es absolutamente
obligatorio que cambiemos nuestras ideas y nuestras vidas en obediencia al
Señor. Como seres humanos tenemos una
tendencia de ver los errores de los demás, y corregir a los demás, en vez de
hacer las aplicaciones primeramente a nosotros mismos. Este error es fatal en el matrimonio porque
siempre nos va a llevar a pensar en “yo” y “el/ella” en vez de ne “nosotros”,
sin recordar que Dios quiere que los dos sean una sola carne. Si uno no tiene la humildad de ver, aceptar y
aplicar las enseñanzas de Dios a su propia vida – no puede ser un discípulo de
Cristo. Si no está dispuesto a morir a
sí mismo, tomar su cruz cada día, y seguir al Señor en todo, entonces no puede
ser de Cristo.
Esta pequeña obra presenta algunas de las partes del
estudio sobre el matrimonio y la familia en forma de bosquejo, con puntos
principales, sub-puntos, y pasajes bíblicos bajo cada tema principal. La meta es presentar, en el menos espacio
posible, la información bíblica sobre este tema tan importante. Además, a través del uso de un bosquejo, en
lugar de los párrafos escritos, se espera evitar la introducción de las ideas y
filosofías humanas y dedicarse más directamente a escudriñar la voluntad divina y su relación al matrimonio
y a la vida familiar.
Mientras que
estudiemos estos temas tan importantes y tan sensibles (porque tocan a nuestras
ideas más personales y nuestra vidas más íntima), recordemos las
palabras de los siguientes pasajes bíblicos. “Pero sed hacedores de la palabra,
y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque
si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es
semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y
luego olvida cómo era. Mas el que mira
atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no
siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en
lo que hace.” Santiago 1:22-25
“... al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, les es
pecado.” Santiago 4:17
“... enseñándoles que guarden todas las cosas que os
he mandado...” Mateo 28:20
“Así que, hermanos, estad firmes, y retened la
doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.” II
Tesalonicenses 2:15
“Si alguno no obedece a lo que decimos por medo de
esta carta, a ése señadlo, y no os juntéis con él, para que se
avergüence.” II Tesalonicenses 3:14
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del
viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en
el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dio en
la justicia y santidad de la verdad.”
Efesios 4:22-24I N S T
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