Como hallar la interpretacion correcta de la Biblia
interpreta (¿Qué quiere decir?)
Después de una observación completa, la
segunda etapa del estudio viene naturalmente y sin peligro de
superficialidad. El propósito de interpretar es descubrir el significado
del pasaje para los que fue escrito y revivir la situación.
La
interpretación puede estructurarse en tres fases:
1.
Definiciones
a. Significado de términos, frases y oraciones.
b. Sus
equivalentes modernos.
c. Términos sorprendentes.
d. Figuras retóricas, metáfora, símil, juego
de palabras, hipérbole. Usa un diccionario.
2. Relaciones
a. ¿Por qué se dice esta frase, palabra o
idea?
b.
¿Por qué el autor lo dijo así?
c. ¿Cómo se relaciona esta idea con los
otros pensamientos presentados en el pasaje?
3. Implicaciones
Después de descubrir el significado y la
estructura de un pasaje, estás listo para considerar sus implicaciones.
a. Maneja las
dificultades con sabiduría. El Dr. Oswald Smith, ha dicho:
“Cuando
llegues a un problema en el estudio bíblico, trátalo como tratarías una
espina al comer un pescado. Se saca y se sigue con el pescado. Después
que hayas terminado el pescado, vuelve y junta las espinas.”
b. Ten cuidado
de no alegorizar. Especialmente el Antiguo Testamento, las narraciones a
menudo proveen fácil adaptación a una persona imaginativa que esté
buscando ilustraciones para sus doctrinas favoritas. Ten cuidado de lo
que haces con las implicaciones del pasaje. No dejes que el gusto de
ilustrar verdades familiares te impida descubrir la verdad fresca. Cada
pasaje tiene su aprovechamiento particular. (2ª Timoteo 3:16)
Aplica: (¿Qué
quiere decir para mí?)
1. Suplica la enseñanza al Espíritu Santo. Cuando lees y
piensas en la Biblia, ábrete al Espíritu Santo. Sé receptivo a su
enseñanza. Cultiva una predisposición a escuchar. El Señor señaló la
fuente divina de revelación:
“No te lo reveló carne ni sangre, sino mi
Padre que está en los cielos” (Mateo 16:17)
1ª Corintios 2:1-16 es claro en cuanto a que
las profundas verdades de Dios no vienen por lo que ves, escuchas o
imaginas. El Espíritu de Dios es el que te las comunica. Pídele a Dios
una y otra vez, obrar en ti todo lo que El desea en una vida humana.
Entonces puedes pedirle que lo haga en la vida de los otros miembros del
grupo.
2.
Aplica la enseñanza principal a tu vida. La Biblia es el criterio de la
verdad. Lo que uno piensa, cree, confía, ama, odia y hace, debe ser
guiado y controlado por las enseñanzas de este libro. Si ya conoces la
enseñanza de cada pasaje, sabrás entonces lo que la Biblia enseña para
cualquier persona bajo circunstancias similares y podrás guiar al grupo
adecuadamente a pesar de que sus intereses sean diferentes a los tuyos.
Antes de
abandonar un pasaje, debes preguntarte:
a. ¿Qué es ya parte de mi forma de pensar?
b. ¿Qué es
nuevo para mí?
c. ¿Qué requiere un cambio de pensamiento? ¿Cómo puedo hacer
ese cambio?
d. ¿Qué es ya parte de mi acción?
e. ¿Qué puede aplicarse inmediatamente a mi
conducta?
f. ¿Es incorrecto lo que estoy haciendo?
g. ¿Qué acción
debo tomar inmediatamente?
h. ¿Qué necesitaré en el futuro y en cuáles
circunstancias? Guarda la referencia y la enseñanza en tu mente para el
futuro:
“En
mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti” (Salmo
119:11)
Cuando
sabes lo que hay en la Biblia, el Espíritu Santo, que es quien escribió
la Biblia, puede decirte cualquier cosa que quiera en cualquier época o
lugar.
Cuando
exista algún punto que tenga mucho significado en tu vida, trátalo con
cuidado y ponle mucha atención. Ora por ello y haz planes definidos para
la acción que se necesita. Aplica tu voluntad.
“Pero sed
hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a
vosotros mismos” (Santiago 1:22)
Los cristianos que escogen vivir en sus
propios caminos a pesar de que conocen la voluntad de Dios, viven en
lucha y derrota y son de “doble ánimo e inconstantes en todos sus
caminos”. Su conocimiento bíblico, por completo que sea, no les sirve de
nada. Sin embargo, el estudio bíblico alcanza su pleno significado, en
la vida de aquellos que practican las cosas que aprenden.
3. Haz
aplicaciones concretas meditando en las situaciones y relaciones muy
concretas de la vida:
a. Actitudes y obediencia a Dios.
b. Actitudes hacia uno mismo.
c. Situaciones
y relaciones en la vida familiar.
d. Trabajo diario, asociados, empleados,
subordinados.
e. Enseñanza, prácticas y relaciones en el hogar, en la
iglesia y en otras iglesias.
f. Papel como ciudadano en una nación:
cuestiones nacionales, políticas, sociológicas y económicas.
g. Relaciones
con otras naciones: política exterior y práctica, obra misionera,
estudiantes extranjeros y recién llegados.
Si Jesucristo es “Señor de todo” ningún área
queda exenta de la aplicación de su Palabra. Tu tarea como discípulo es
aplicar toda la Escritura a toda la vida. (Mateo 28:18-20; 2ª Timoteo
3:16)
TEMA
VI. - COMO PREPARAR PREGUNTAS PARA EL ESTUDIO.
Tener un
objetivo:
Formula preguntas específicas sobre relaciones concretas y
situaciones en la vida:
¿Eres consistente en obedecer este mandamiento en tus
relaciones con tus padres, hijos, esposa, compañeros de clase?
¿Qué factores
impiden tu obediencia?
¿Qué podría hacerse?
¿Ha tenido alguno una experiencia similar a
este incidente, que nos ayude a ver las cuestiones y situaciones
concretamente?
Revisar:
Las aplicaciones más útiles serán aquellas que han sido
significativas en tu vida y en el estudio preparatorio.
Verifica:
Verifica y
revisa cada pregunta:
General:
a. ¿Es clara la pregunta?
b. ¿Es suficientemente corta como para que
se entienda rápidamente? Si es demasiado larga o compleja, divídela.
c. ¿Están bien
ordenadas para que exista continuidad de pensamiento?
d. ¿Hay un
buen equilibrio entre preguntas de observación, interpretación y
aplicación?
Realidad:
e. ¿Tiene una respuesta precisa?
f. ¿Lo hace a uno investigar en el texto?
g. ¿Dan las
preguntas de observación bases sólidas para las de interpretación y las
de aplicación?
h. ¿Está de acuerdo con la capacidad de los miembros? ¿Muy
difícil, o demasiado fácil e insulta la inteligencia de los
participantes?
Interpretación o aplicación:
i. ¿Señala una verdad significativa?
j. ¿Tiene que
ver con el propósito de este pasaje? ¿Y del estudio?
k. ¿Tendrá el
grupo la formación para responderla?
l. Recuerda: Una pregunta es buena en tanto
lo es la respuesta. Si prevés dificultades ten preparadas otras
preguntas.
m. Evalúa el estudio. El propósito del estudio debe coincidir
con el propósito principal del pasaje. ¿Coincide el propósito principal
del pasaje con la principal lección que quieres alcanzar con el estudio?
¿Colaboran las preguntas a alcanzar el objetivo?
TEMA VII -
COMO ESTUDIAR JUNTOS
No tengas miedo. Tu trabajo es simplemente hacer las
preguntas, suplir la información de base necesaria y moderar la
discusión. No tienes que tener todas las respuestas a todas las
preguntas.
Tampoco quieras presumir de que tu preparación te pone a
prueba de cualquier otra lección que el Espíritu Santo quiera enseñar
del pasaje. Tendrás que ser humilde, abierto y agradecido de todo lo que
los miembros contribuyan en observación, interpretación y aplicación.
Empezar a
tiempo:
Comienza
el estudio a la hora anunciada. Planea los primeros minutos para que
sean interesantes y beneficiosos para los que estén a la hora pero que
no sean cruciales y después se pierdan los que llegan tarde.
Presentarse:
Asegúrate de
que cada uno conoce a los otros. Sentaos en círculo para que todos se
vean simultáneamente. Como líder, llama a las personas por su nombre.
Orar:
Cuando las
circunstancias lo aconsejen empieza con una oración. En muchas ocasiones
será mejor si el estudio concluye con oraciones cortas.
Leer:
Lee el pasaje
para que todos se familiaricen con él. Considera varias maneras de leer
el pasaje. Parece razonable leer por párrafos largos. La práctica usual
de cada persona lea un versículo rompe la continuidad y lleva a la
distracción, así que normalmente, evita esa tradición.
a. Que cada
persona lea el pasaje una o dos veces en silencio notando casas que
sugieras. Ejemplo: En Marcos 4 - “notad las características comunes de
las parábolas”
b. Que una persona lea en voz alta de una versión diferente.
c. Después de
leer, que alguien reviva el incidente. Puede decir la historia como si
hubiese estado allí, o dramatizar los diálogos, etc.
d. Que cada
uno lea el pasaje individualmente y luego pídele a cada uno que haga una
observación. No hagas necesariamente un esfuerzo por coordinarlos o por
comentarlos. Pide más bien, contribuciones positivas que problemas que
se deriven del pasaje.
Vigila el tiempo:
Vigila el tiempo, pero no mires el reloj
mientras otros están hablando. Pasa a la pregunta siguiente tan pronto
como se haya alcanzado un entendimiento constructivo. Intenta cubrir
todo el material aunque el pasaje no se trate exhaustivamente.
Ser creativo:
Haz las
preguntas y dirige la discusión clara y creativamente.
a. Hacer que
el grupo trabaje. El uso de papel y lápiz a menudo ayuda. En lo posible
no respondas tus propias preguntas. Ningún daño mayor se le puede hacer a
los miembros que privarlos del derecho de descubrir por sí mismos.
b. Si un
miembro no puede responder una pregunta de observación, repítela o hazla
más clara, pero nunca le dejes con la sensación de que es incapaz. Como
esta clase de preguntas son las primeras, hay que tener cuidado de que
no pongan en situación embarazosa a ningún miembro.
c. Respeta la
importancia de cada individuo y de sus ideas. Al final de la discusión,
cada persona recordará lo que él mismo ha pensado y expresado, por lo
tanto, asegúrate de que todos tomen parte. También deja que el liderato
del estudio sea “rotativo” entre los miembros cristianos.
d. Cuando
hagas una pregunta de pensar, deja un cierto tiempo para que lo hagan.
Haz la pregunta, deja una pausa y luego dirígete a alguien en
particular.
e. Anima la discusión para que cada uno exprese sus ideas. Sin
embargo, no interrumpas cuando veas que es constructiva.
f. Acentúa lo
que hay de positivo en las respuestas. Los líderes necesitan tener
presente la cortesía cristiana que estimulará la interacción del grupo. A
nadie se le debe decir descortésmente que su respuesta es incorrecta.
¡ABSOLUTAMENTE NUNCA! Tampoco debe el líder volverse a otra persona para
la respuesta. Se pueden hacer diversos comentarios como:
1. “Realmente,
esa es una posición muy común hoy en día. ¿Tiene base en este texto?”
2. “Eso es
algo interesante. Me imagino que habrá distintas opiniones en el grupo.
¿Le importaría a alguno más expresar sus ideas al respecto?
3. “¿Estás
bien seguro que ese es el sentido que se le da en el texto, o más bien
dirías que es uno de los posibles puntos de vista?”
Resumir:
Resume bien
antes de concluir el estudio. Enumera una serie de puntos que dejen bien
claro el propósito. Si se le pide a un participante que haga un
resumen, se fortalece el sentido de unidad del grupo y el líder puede
fácilmente enfatizar la aplicación.
Si seguirá otro estudio, anuncia el pasaje,
el lugar y la hora antes de terminar. Saluda a los que llegaron después
de comenzar el estudio.
Algunos puntos se aclaran con el estudio, otros no. Será
conveniente dejarlos de lado con honestidad como “problemas sin
solución”. Ningún cristiano que tenga una actitud de oración debe temer
enfrentarse a tales problemas. Dios puede iluminarnos, pero no está
obligado a dar satisfacción a una curiosidad ociosa. Ten presente
Deuteronomio 29:29:
“…las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios,
más las
reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre,
para que
cumplamos todas las palabras de esta ley…”
Marco Tulio Cajas
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