miércoles, 26 de diciembre de 2012


EL GRAN PASTOR

Lo expuesto arriba nos hará percibir mejor por qué el apóstol Pablo designó a Cristo como “el gran Pastor". No sólo fue anunciado por Abel, por los pastores patriarcales; no sólo fue tipificado por David, sino que las predicciones mesiánicas lo retrataron como el pastor de Jehová. Debemos notar que este título muestra sus dos naturalezas, la divina y la humana, pues dice: “el pastor, . . . el hombre compañero mío, dice Jehová”(Zac. 13:7). Como Thomas Goodwin (1600‑1680 d.C.) señaló hace algunos siglos, este título también implica todos los oficios de Cristo: su oficio profético, “como pastor apacentará su rebaño”(Is. 40: 11; cf. Sal 23:1,2); su oficio sacerdotal, “el buen pastor da su vida por las ovejas”(Jn. 10: 11); su oficio real, el mismo texto que lo anuncia como pastor sobre el pueblo de Dios también lo denomina “príncipe”(Ez. 34:23,24). Cristo mismo señala la conexión entre su oficio real y la descripción que de él se hace como pastor: “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará a unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras”(Mt. 25:31,32). Ciertamente, él es el “gran Pastor,” todo suficiente para su rebaño.

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