Tenemos la maravilla de nuestra
atmósfera. Vivimos
bajo un gran océano de aire compuesto de un 78
por ciento de nitrógeno, un 21 por
ciento de oxígeno
y el 1 por ciento restante, de casi una
docena de
microelementos. Los estudios
espectrográficos de
otros planetas del universo estelar
demuestran que
ninguna otra atmósfera, ninguna otra
parte del
universo conocido, está compuesta de
estos mismos
ingredientes, ni de nada que se parezca
a esta
composición. Estos elementos no están
combinados
químicamente, sino que se mezclan
mecánicamente
en forma continua, mediante los efectos
de marea
que la Luna produce sobre la atmósfera.
La Luna
produce el mismo efecto sobre la
atmósfera que sobre
los mares, y siempre provee la misma
cantidad de
oxígeno. Aunque el hombre descarga una
tremenda
cantidad de dióxido de carbono en la
atmósfera, éste
es absorbido por el océano, y el hombre
puede
continuar viviendo en este planeta.
Si la atmósfera no tuviera el espesor
que tiene, los
miles de millones de meteoritos y de
trozos de
desechos cósmicos que caen continuamente
sobre
nuestro planeta, nos triturarían de
seguro.
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