Luego tenemos el asombroso ciclo del
nitrógeno. El
nitrógeno es un elemento sumamente
inerte. Si no
fuera así, seríamos envenenados por
diferentes formas
de combinaciones nitrosas. Sin embargo,
debido
a que es inerte, es imposible que
consigamos combinarlo
naturalmente con otras cosas. Las plantas
definidamente
lo necesitan en la tierra. ¿Cómo hace
Dios
para sacar el nitrógeno del aire y meterlo
en la tierra?
¡Lo hace por medio de los relámpagos!
Cien mil
relámpagos caen en este planeta
diariamente, y crean
cien millones de toneladas de nitrógeno
útil como
alimento de las plantas en el suelo
todos los años.
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