Versículos que los prósperos(filibusteros) tuercen
Así como prospera tu alma
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 2.
Este
versículo es infaltable en cualquier publicación del Movimiento de la
prosperidad, por breve que fuere. Los maestros de la fe proclaman que
este versículo confirma de manera contundente que los cristianos siempre
prosperarán en proporción directa a la condición de su alma. Las claves
son la obediencia y la fe. Según ellos, la prosperidad es el resultado
de ciertas leyes tan absolutas como la gravedad.
Básicamente, los maestros de la “fe” obtienen tres premisas de este versículo:
1. Es la voluntad de Dios que todos los creyentes prosperen.
2. La prosperidad y la salud física son las más altas prioridades de Dios para nosotros.
3. Nuestro grado de prosperidad financiera es un fiel reflejo de nuestra condición espiritual.
¿Hallarían
acaso estos hermanos una fórmula espiritual y un estilo de vida que nos
pueda enriquecer a todos los creyentes? De ser así, yo estaría
dispuesto a aceptarlo de corazón, pero bajo la condición de que alguien
me contestara aceptablemente las siguientes cuatro objeciones a su
interpretación de 3 Juan 2.
Objeción # 1. No existe ninguna cláusula condicional en este versículo.
Una
cláusula condicional es la parte de la oración que indica un
condicionamiento para que algo suceda y generalmente va precedida de la
conjunción si, como en la siguiente oración: "Si crees, serás salvo.” La
partícula si, inmediatamente introduce la condición para ser salvo. No
todas las cláusulas de este tipo contienen la conjunción, pues a veces
está en forma tácita o reemplazada por introducciones diferentes como:
el que, quien, cuando, etc.
En
estos casos, el idioma griego es muy preciso. Cuando se trata de una
condición general, lo indica con ciertas construcciones gramaticales
fijas. Pero la frase Así como prospera tu alma, NO contiene tal tipo de construcción gramatical. Por lo tanto, no puede ser considerada como condicionamiento para nada.
Jerry
Savelle utiliza una línea argumentativa bastante extraña para salir de
este atolladero. Él señala que Juan 3:16 es una promesa escrita por el
apóstol Juan y que, como 3 Juan 2 también pertenece al mismo autor, debe
ser igualmente una promesa.[35]
Sin
embargo, falla al no tomar en cuenta que Juan 3:16 contiene todas las
características de una promesa, mientras que 3 Juan 2 no contiene
ninguna. Juan 3:16 emplea la cláusula relativa condicional "que todo
aquel que en él crea" con ciertos aspectos gramaticales como el
subjuntivo, característico de una oración condicional, y se trata
efectivamente de una promesa. Si el apóstol hubiera intentado que el
versículo 2 de su tercera carta fuera una promesa con la misma
intensidad, no hay ninguna razón para que no hubiera utilizado similar
construcción gramatical.
En
3 Juan 2, el autor sencillamente enuncia un hecho acerca de Gayo, sin
poner ninguna condición para él o nosotros. Este tipo de cláusula es de
tipo indicativo, porque simplemente informa o señala un hecho sin
ninguna implicación subsiguiente.
Algunos
han insistido que las palabras "así como" se refieren a una relación
"proporcionalmente directa a.” Pero, la palabra en griego eskathos,
y Juan la emplea 45 veces en sus cinco libros del Nuevo Testamento.
Aunque podría ser traducida, bajo ciertas circunstancias, de tal manera,
es difícil encontrar ejemplos en los escritos de Juan. Normalmente él
la emplea para indicar un hecho simplemente. Veamos algunos ejemplos:
Juan 17:11 ... para que sean uno, así como nosotros.
Juan 17:14 ... porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Juan 13:15 ... Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho...
1 Juan 4:17 ... pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
Los maestros de la prosperidad asumen que debido a que kathos
puede introducir una cláusula condicional, esto prueba que la cláusula
final del versículo 2 es una. Pero, al ignorar la gramática del griego,
no captan que no es la presencia del término lo que hace condicional a
la cláusula, sino más bien la forma del verbo. Los ejemplos mencionados
ilustran al respecto.
Ningún
comentario serio que yo haya examinado, respalda dicha interpretación
de esta cláusula. Así por ejemplo, Gray y Adams señalan que Juan conocía
la situación espiritual de Gayo por quienes lo visitaban de parte de
él. Eso es confirmado por los siguientes cuatro versículos (3-6) en los
cuales nos detalla lo que quiere decir al referirse a la prosperidad del
alma de Gayo.
En
el v. 3 dice que se regocija cuando los hermanos le dieron testimonio
de la verdad que hallaron en Gayo. En el v. 5, Juan alaba la
hospitalidad que este les brindó a las personas extrañas. En el v. 6
menciona que estos visitantes pudieron dar fe de su amor. En resumen, la
cláusula "así como tu alma prospera" es simplemente un reconocimiento
de cuanto le informaron los visitantes de parte de Gayo.
Objeción # 2. La palabra "deseo" sería más adecuadamente traducida como "oro.”
El Diccionario Expositivo de Vine
asimismo indica que, aun cuando la Biblia traduce esta palabra como
"deseo”, el significado que se encuentra en Juan 3:2 apunta a una
implicación de “oración.”
Además,
ya que este versículo meramente registra la oración de Juan por su
amigo, no puede interpretarse como una declaración de Dios aplicable a
todo el cuerpo de Cristo ni debe verse como una promesa.
La frase “en todas las cosas” debe también reexaminarse. ElComentario de Barnes
señala que sería más apropiado traducirlo como "Con respecto a todas
las cosas.” Lo explica en base a que al decir "sobre todas las cosas"
parecería indicar que Juan consideraba a la salud y la prosperidad como
la prioridad más alta, pero ese no es el caso ni es tampoco una
apropiada interpretación del griego original.
El Nuevo Comentario Internacional, de gran prestigio en círculos evangélicos, también señala que el griego original es peri panton y significa: "en todo respecto,” lo cual no equivale a pro panton, que significaría "sobre todas las cosas" o "sobre todo.”
Por lo tanto, asumir que la salud y la riqueza sean la prioridad de Dios para el ser humano, no encuentra apoyo en 3 Juan 2.
Pero,
¿cuál entonces es la verdadera prioridad de Dios? Pablo la explica en
Efesios 1:5-6: "habiéndonos predestinado para ... alabanza de la gloria
de su gracia.” Así pues, la gloria de Dios mismo, NO la nuestra, es la
prioridad, y para que Dios la cumpla, todo es legítimo: sea la riqueza o
la pobreza, la persecución o la popularidad.
Muchos
me han preguntado: "¿Qué da más gloria a Dios: un santo que vive en
riqueza o uno que vive en pobreza?,” a lo cual podríamos replicar: "¿Qué
glorificaría más a Dios: un santo que vive victorioso a pesar de sus
riquezas, o uno que vive triunfante pese a su pobreza?" El tema es la
victoria del creyente, NO la economía. La cuestión a considerar es la
victoria en la vida del creyente, no su estado económico.
Objeción # 3. Se trata de una forma de salutación común en el primer siglo.
Esta
epístola sigue el modelo de un formato típico del género en el siglo I.
William Barclay, uno de los eruditos más sobresalientes del mundo,
señala este hecho y cita un ejemplo de una carta de un capitán de barco,
que usa terminología casi idéntica a la de 3 Juan 2.
En el Nuevo Comentario Internacional,
Howard Marshall confirma el punto de vista de Barclay al señalar que el
anciano (Juan) sigue la costumbre tradicional de su tiempo, cuando
expresa sus buenos deseos al amigo Gayo.
Claro
está que este hecho no reduce la verdad de que es Escritura inspirada,
simplemente explica por qué se encuentra en esa forma. Más importante
aun, no se trata de una declaración universal de Dios en cuanto a su
voluntad para todos los creyentes. Tratarla como si fuera ello, es
sacarla de su contexto histórico y literario.
Objeción # 4. No es una declaración universal de Dios para todo el cuerpo de Cristo.
Aun
cuando la Biblia es un libro para todo el pueblo de Dios, no todo
cuanto contiene es para toda persona creyente. Ejemplos: Los mandatos de
Pablo a Timoteo de que se cuide de Alejandro y de traerle su capa antes
del invierno. Las instrucciones a Tito de quedarse en Creta. Estos son
parte también de la Palabra de Dios. En el caso de los maestros de la
prosperidad, ellos han pasado por alto la diferencia de una directiva
individual y una promesa universal.
Ni
la gramática, ni el contexto ni el trasfondo histórico apoyan la
interpretación de 3 Juan 2 que dan los maestros del Movimiento de la
prosperidad.
¿Significaría
esto que 3 Juan 2 no tiene validez para los cristianos del presente o
que todos estamos condenados a vivir en pobreza? ¡No! Este versículo es
el ejemplo perfecto del cuidado amoroso y la oración que todos los
hermanos en Cristo debemos hacer unos por otros. ¡Cuán alentado se habrá
sentido Gayo al ver reconocidas sus cualidades por Juan! ¡Cuán
cuidadoso era Juan ante las necesidades de sus hermanos creyentes!
La
Biblia está llena de promesas de Dios concernientes al cuidado que Él
tiene para sus hijos. Es Su voluntad, normalmente, que los cristianos
puedan disfrutar de la vida y que sus necesidades sean suplidas. Pero Él
lo hace en base a su gracia, no a nuestro merecimiento.
Un testimonio personal
En
los treinta años de servicio misionero en muchos países, mi esposa y yo
hemos visto cómo Dios ha suplido nuestras necesidades, de una manera
consecuente, sin haber tenido que recurrir a una interpretación
indefendible de la Palabra para estimular nuestra fe. Pienso que la
ironía del punto de vista del Movimiento de la prosperidad en cuanto a 3
Juan 2 no se encuentra solo en su falsedad sino más en que no es
necesario en absoluto.
Antes de dejar la doctrina de la prosperidad, demos una mirada a otros dos textos clave de la Palabra de fe.
Interés del diez mil por ciento
De
cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras por causa de mí y
del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo;
casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras con persecuciones; y
en el siglo venidero la vida eterna.” Marcos 10:29-30
"Una asombrosa devolución del 100 por uno es nuestro derecho divino", proclaman los maestros líderes del Movimiento de la prosperidad. "Dios está obligado a darnos 100 dólares por cada dólar que entregamos al evangelio. Y si damos 1000, ¡nos dará 100.000!"[36]
Si
estos versículos son una promesa de un interés del 10000% a nuestros
préstamos a Dios, merecen nuestra total atención. Naturalmente, aunque
no cuestionamos la verdad de la Biblia podemos considerar las
interpretaciones dadas por algunos.
Una
vez fui exhortado a "simplemente creer en la Biblia,” a raíz de una
discusión sobre estos puntos. Sin embargo, el cuestionamiento de una
interpretación popular no significa estar en desacuerdo con las
Escrituras.
Existen dos opciones lógicas al interpretar esos versículos: literal o figurativamente.
La
Palabra de fe presenta una interpretación literal, así que debemos
examinarla de esa manera primero. Por definición, este tipo de análisis
requiere que no se añada ni quite nada del texto. La doctrina de la
prosperidad viola su propio principio de literalidad en dos puntos:
Primero,
no hay mención alguna de que se dé nada a nadie. El concepto de
entregar cosas a Dios está completamente ausente del texto. Jesús no
dijo "cualquiera que entregue algo al evangelio..." Él dijo
"quienquiera que deje..." El texto paralelo que se halla en Mateo emplea
el término "abandone,” lo cual significa dejar completamente todo.
El
mismo verbo describe la manera en que los discípulos abandonaron sus
redes para seguir a Jesús y nuevamente se lo menciona cuando abandonando
a Jesús, huyeron. Ellos no “entregaron” a Jesús a Dios. Tampoco fueron
al templo a dejar allí sus redes. Simplemente las dejaron atrás y
siguieron a Jesús. No existe en el texto la noción de ofrendar bienes
materiales a Dios. Más bien se refiere a ofrendar nuestra vida entera.
Los bienes deben ser dejados atrás y olvidados.
En
segundo lugar, tampoco se menciona el dinero. Solo ocho elementos
específicos se encuentran en la lista, los cuales serán cien veces
retribuidos.
Seis
son varios parientes y los otros dos son tierras y casas. Incluso si el
tema fuera el de "dar,” no existe una opción de que podamos escoger qué
dar, pues la lista es limitada.
Si
se requiere una interpretación literal, entonces debemos también exigir
que el tema de dar dinero sea excluido de la discusión, para no violar
el principio mismo de este tipo de análisis. Por otro lado, si no se
requiere este tipo de interpretación, tampoco podemos reclamar la
cláusula del 100 x 1 como literal. Nuevamente, las enseñanzas de la
prosperidad se encuentran ante un dilema creado por sus mismos
promotores.
Parece
que el literalismo se ha topado con obstáculos, pero todavía hay otros:
pues, ¿cómo podríamos tener cien madres o hijos? Y ¿qué de los
discípulos a quienes Jesús hablaba estas palabras? ¿Acaso recibieron sus
intereses en dinero? Más bien llegaron al martirio.
La
cláusula "con persecuciones,” al final del versículo no debe olvidarse.
Algunos maestros permanecen impávidos ante esta frase y replican que la
persecución persistirá solo si nosotros se lo permitimos, pues podemos
reprenderla en el nombre de Jesús para que nos deje en paz. La confesión
positiva saldrá victoriosa. Pero nunca vemos a los apóstoles
practicándola o enseñándola a los creyentes convertidos en las
epístolas.
Al haber visto que una interpretación literal es imposible, nos queda examinar la posibilidad del sentido figurado.
Consideremos la posibilidad de que estos versículos constituyan unahipérbole.
Esta es una forma didáctica muy común en los tiempos antiguos,
semejante a una parábola. Consiste en una exageración extrema para
destacar la certeza de lo expresado.
La
parábola del sembrador, por ejemplo, contiene una hipérbole. Jesús
enseñaba acerca de la buena semilla que se multiplicaba 30, 60 y hasta
100 veces. En el contexto se refiere a los convertidos ganados para
Cristo, pero no significa que se convertirían precisamente 30 personas
en su lugar de predicación.
Habiendo
sido misionero, he visto lugares donde toma unos veinte años llegar a
tener ese número de convertidos aunque en otros —como en Latinoamérica—,
lo mismo sucede en veinte minutos. Existen también lugares en donde no
habrá ni uno solo. Jesús estaba enseñando el principio de productividad
de Su Palabra.
El
factor del 100 x 1 enunciado en algunas partes de la Biblia es similar.
Expresa verdades relacionadas al auténtico cuidado de Dios y su
bendición sobre los que entregan todo por su causa. Es posible incluso
que Dios provea de cien casas a alguien que lo haga; es cierto que Él
cuidará y proveerá a esa persona y la usará. Cristo quiere que esperemos
bienes terrenales por nuestros sacrificios por Él y no relegarlo todo
al cielo. Quiere que sepamos que las bendiciones terrenales que podamos
recibir no son una substracción de nuestra cuenta celestial. Allá la
obtendremos en su totalidad. Ese es todo el punto de estos versículos.
En esto, la doctrina de la prosperidad tiene razón parcialmente. El
contenido básico de esos versículos es este principio y, las partes
referentes a las tierras y casas, el 100 x 1 y todo eso, son solo el
envoltorio.
Él se hizo pobre, 2 Corintios 8:9
"Porque
ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a
vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros por su pobreza
fueseis enriquecidos."
¿Fue
la vida entera de Cristo un sacrificio sustitutivo para que vivamos en
prosperidad? A primera vista puede parecer posible que los maestros de
la Palabra de fe tengan razón en este punto.
Aunque
los defensores de esta doctrina conceden que hay otras formas de
riquezas aparte de las materiales, enfatizan que Cristo no fue pobre
espiritualmente. Fue pobre en cuanto a la economía del mundo. Según este
razonamiento, el versículo solo se podría referir a la garantía de
riqueza terrenal para los creyentes por medio de Cristo.
Este
argumento sería válido si asumimos que el texto se refiere a la vida
entera de Cristo. La interpretación completa gira alrededor del
significado de las cláusulas "hacerse rico" y "hacerse pobre.”
El
verbo traducido como "hacerse pobre" corresponde a un participio
aorista en el griego. Este tipo de construcción gramatical hace que la
palabra se refiera a un punto específico en el tiempo y NO es de
naturaleza continua. Si Pablo hubiera querido dar a significar que
Cristo vivió una vida de pobreza durante su paso por el mundo, habría
puesto el verbo en otra forma (en imperfecto del indicativo), el cual se
refiere a una acción continua en el pasado.
En
contraste, la cláusula "era rico" sí es una forma de pasado continuo
(un participio perfecto). Pablo afirma entonces que hubo un tiempo en
que Cristo era rico (tiempo continuo) y algo repentino sucedió que hizo
que abandonara tales riquezas.
Para
interpretar correctamente este versículo ahora, nos debemos hacer las
siguientes preguntas: ¿Cuándo fue Jesús continuamente rico? Y ¿en qué
consistían dichas riquezas? Seguro que no fue en la tierra; fue solo en
el cielo. Entonces, ¿qué sucedió repentinamente en el cielo para que se
hiciera pobre? La encarnación, por supuesto.
Él
dejó su continuo dominio eterno para concretar el hecho de venir a la
tierra por nosotros, para que compartiéramos las riquezas de sus
dominios espirituales. Al considerar esto se hace imposible interpretar
el versículo como si se refiriera a riquezas materiales o terrenales.
Las
riquezas en las que vamos a internarnos no son terrenales. Se refieren a
nuestra coherencia con Cristo y nuestra participación como hijos,
nuestra participación de su gracia. Este es el tema de todo el capítulo.
Eruditos
reconocidos y prestigiosos confirma este punto. Meyers señala que el
aorista denota el evento único de entrar en la pobreza y que no se
refiere a la vida de Cristo.[37] El Comentario Internacional está de acuerdo con que el aorista se refiere al punto de la Encarnación.[38]
Cuando
existe clara evidencia para una interpretación alternativa, se debe
dejar a un lado el dogmatismo. Este es un principio clave en análisis de
las Escrituras. Es justo pedir a los maestros de la prosperidad que se
abstengan de dogmatismo en cuanto a 2 Corintios 8:9, ya que existe
fuerte evidencia de una interpretación alternativa.
Reconocemos
que Dios a veces bendice a los creyentes con la prosperidad para que
puedan hacer avanzar el evangelio. Lo hemos visto incluso entre los más
pobres de Latinoamérica. Estos cristianos a veces sufren cierto grado de
persecución; algunos de sus antagonistas afirman que siguen al
evangelio porque los misioneros les pagan por hacerlo. Debido a que a
veces Dios bendice en lo material, los incrédulos asumen que este debe
ser el caso.
Sí,
reconocemos que Dios bendice y nuestros convertidos también lo saben,
pero no les prometemos que se volverán ricos, porque la Biblia tampoco
lo hace. Cuando mi esposa y yo mencionamos que existe un movimiento en
los Estados Unidos que cree que si una persona no es rica es porque le
falta fe, ellos se echan a reír de lo absurdo que esto suena.
En este capítulo aprendimos que...
• La premisa del movimiento, de que los cristianos siempre serán prósperos económicamente, no tiene apoyo bíblico.
•
Tampoco existe apoyo escritural para la presunción de que la
prosperidad del creyente está en relación directa con sus condiciones
espirituales.
• Un texto citado a menudo por los maestros de la prosperidad, 3 Juan 2, no constituye apoyo a estas presunciones, ya que:
- No existe ninguna cláusula condicional en el versículo.
- La palabra “deseo” es mejor traducida como “oro”, del verbo orar.
- Es un saludo muy usado en el primer siglo.
- No es una declaración para el Cuerpo de Cristo en general.
- Los maestros de la prosperidad usan otros versículos
fuera de contexto, tales como 2 Corintios 9 y Marcos 10:29-30.
- La Biblia enseña que la voluntad de Dios para los
creyentes es que disfruten de lo suficiente, no necesariamente de
riquezas.
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