CARTA DE MAMA A LAS MUCHACHAS
(por Debi Pearl)
Rebekah, Shalom y Shoshanna Pearl,
La vida está llena de decisiones. Hay decisiones que
tomarán mientras aún son jóvenes que ayudarán a moldear su propia vida así como
la de sus hijos. Nuestra meta ha sido ayudarles a ustedes a prepararse para
tomar decisiones sabias.
Dios dijo de Abraham: "Porque yo sé que mandará
a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová,
haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha
hablado acerca de él (Génesis 18:19). " Los predicadores frecuentemente se
han preguntado por qué Dios escogió a Abraham para que fuera padre de la nación
hebrea. Dios sabía que Abraham "mandaría a sus hijos" (les enseñaría
a andar rectamente).
Cuando llegue el momento para que consideren el
matrimonio, háganse esta pregunta: ¿Puede confiársele a este joven la herencia
de Dios? Él no sólo afectará la vida de ustedes, sino de sus hijos y sus
nietos. La enseñanza de Abraham era tan efectiva que su hijo Isaac estuvo
dispuesto a confiar en su padre y someterse al cuchicho degollador. Nuevamente,
Isaac confió en el criterio de su padre cuando Abraham envió a un siervo a sus
parientes para escoger esposa para Isaac. Abraham sabía que se requería una
mujer escogida para que un hombre escogido perpetuara su linaje.
No olviden que deben ser "ayuda idónea"
para su marido. Apoyen a su marido con oración, aliento y confianza. Hónrelo,
bendíganlo y sírvanle como al Señor. Él prosperará delante de Dios en esta
clase de ambiente. A medida que crezca él, crecerán sus hijos y su copa estará
tan llena que rebosará para bendecir a otros.
Cuando estén molestas con ellos por alguna
irritación insignificante, recuerden que están interrumpiendo la comunicación
en oración. No permitan que los resentimientos envenenen y enfermen la
relación. Sean alegres, agradecidas y prestas para perdonar. Sus hijos las
observarán. Si manifiestan indiferencia, desaprobación, enojo, irritación o
deshonra con su marido, abrirán la puerta para que los hijos hagan lo mismo, no
únicamente con su padre, sino en mayor medida, con ustedes. En Proverbios se
hace referencia a esto mismo: "La mujer sabia edifica su casa; mas la
necia con sus manos la derriba (Proverbios 14:1). "
Inicien el entrenamiento de sus hijos desde
temprano; no esperen hasta que se presenten los problemas. El bebé de un año
que vacila para obedecer está desarrollando un hábito que acarreará pesar a
medida que crezca. Lo que es tu hijo a los dos años lo será a los doce, sólo
que multiplicado muchas veces. "Aún el muchacho es conocido por sus hechos,
si su conducta fuere limpia y recta (Proverbios 20:11). " No esperen que
sus hijos repentinamente se transformen en adultos temerosos de Dios. El adulto
expresa durante toda su vida lo que fueron sus años
formativos. El adulto no es más que un niño viejo.
No permitan que los afanes de la familia, la iglesia
y el mundo les robe el tiempo necesario para mantener un matrimonio santo. El
tiempo invertido en ser una buena esposa es la raíz profunda que nutre toda la
planta. Tengan un santuario donde no se permita la entrada a ningún niño. En
ocasiones ser buena madre significa enseñarles a los niños que, "Este es
NUESTRO tiempo, y mas vale que ustedes encuentren en qué ocuparse en otro
lugar."
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