DÍA
2:
EL AMOR ES AMABLE
Sed más bien
amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también
Dios os perdonó
en Cristo. (Efesios 4:32)
La amabilidad
es el amor en acción. Si la paciencia es
la manera en que el
amor reacciona para reducir al mínimo una
circunstancia
negativa, la amabilidad
es la
manera en que el amor actúa para
aumentar al máximo una circunstancia positiva. La paciencia evita
un
problema; la amabilidad crea una bendición. Una es preventiva,
la otra es dinámica. Estas
dos caras del amor son las piedras
angulares sobre las cuales se construyen los demás atributos que trataremos.
El
amor te hace amable. Y la amabilidad te hace agradable. Cuando
eres amable, las personas quieren estar cerca de ti. Perciben que
eres bueno con ellas y
que les haces
bien.
La Biblia declara: “La misericordia y la verdad nunca se aparten de
ti; átalas a tu
cuello, escríbelas
en
la
tabla
de tu
corazón.
Así
hallarás favor y buena estimación ante los ojos
de Dios y de los
hombres” (Proverbios 3:3-4). “Amabilidad” puede
parecer un
término genérico para definir, y más aún para poner en práctica. Así que separaremos
la amabilidad en cuatro ingredientes esenciales:
Dulzura: Cuando obras con amabilidad, tienes cuidado de cómo
tratas a tu cónyuge y jamás eres
demasiado severo. Eres sensible y
tierno. Aún si es necesario decir algo difícil, harás lo imposible par
que tu reprimenda o
desafío logren ser tan
fáciles de escuchar como sea posible. Dices
la verdad
con
amor.
Servicio. Ser amable significa que cubres las
necesidades del momento. Si se trata de tareas domésticas, te pones a trabajar.
¿Hace falta un oído dispuesto? Lo proporcionas.
La amabilidad
adorna a la esposa
con
la
capacidad
de
servir
a
su
esposo sin
preocuparse por los derechos propios. La amabilidad hace que un esposo tenga curiosidad de descubrir lo que su esposa necesita, y lo motiva a ser el que dé un paso al frente y se asegure de que esas
necesidades se satisfagan... aún si
las propias quedan en espera. Buena disposición. La amabilidad
te inspira a estar dispuesto. En lugar
de ser obstinado, reacio o terco, cooperas y te mantienes
flexible. En vez de quejarte y poner excusas, buscas razones para
llegar a un acuerdo y adaptarte. Un esposo amable termina miles
de posibles discusiones con su disposición de escuchar antes de exigir
que se haga lo
que quiere.
Iniciativa. La amabilidad piensa de antemano y luego da
el primer
paso. No se sienta a esperar que la impulsen u
obliguen a salir del sofá. El esposo o la esposa amable será el que salude primero,
el que sonría primero, el que sirva primero y perdone primero. No
necesita que el otro haga las cosas bien para demostrar amor. Cuando obras desde
la amabilidad, ves
la necesidad y das
el primer paso.
Jesús describió de
manera creativa la amabilidad del
amor en la parábola
del buen samaritano, que
se encuentra
en
la Biblia, en el
capítulo 10 de Lucas. A un hombre judío lo atacan unos ladrones y
lo dejan moribundo en un camino apartado. Dos líderes religiosos,
respetados entre su
gente, pasan y deciden
no
detenerse. Estaban
demasiado ocupados. Eran demasiado importantes. Les gustaba
demasiado tener
las manos limpias.
Sin
embargo, un
hombre
común de otra raza (de los odiados samaritanos, cuyo desprecio
por
los judíos era tanto amargo como mutuo) vio a este extraño
necesitado y se conmovió con compasión. Cruzó
todas las barreras
culturales y se arriesgó a hacer el ridículo, pero se detuvo a ayudar
al hombre. Vendó sus heridas, lo colocó sobre su propio burro, lo
llevó a un lugar seguro y pagó todos los gastos médicos de su propio bolsillo.
En donde años de racismo habían causado conflictos y división, un
acto de amabilidad unió a
dos enemigos. Con dulzura. Por medio del
servicio. Con buena disposición. Este hombre tomó la iniciativa
y demostró la verdadera
amabilidad
en todas sus formas.
¿Acaso al principio no fue la amabilidad algo clave que los unió a ti
y a tu cónyuge? Cuando
te
casaste, ¿no esperabas disfrutar de su
amabilidad durante el resto de tu vida? ¿Acaso tu pareja no sentía
lo mismo con respecto a ti? Aunque los
años pueden mitigar ese
deseo, tu placer en el matrimonio sigue estando ligado al nivel
diario de amabilidad expresada,
La Biblia describe
a una mujer
cuyo esposo e hijos la bendicen y la alaban. Entre sus atributos nobles se encuentran: “Abre su boca
con
sabiduría, y hay enseñanza de
bondad en su lengua” (Proverbios 31:26). ¿En
qué lugar del medidor de amabilidad te
colocaría tu cónyuge? ¿Cuán severo eres? ¿Cuán dulce y servicial?
¿Esperas que
te pidan las
cosas o tomas la iniciativa
para
ayudar?
Es difícil demostrar amor cuando
tienes poco o
nada de motivación. Sin embargo, el amor en esencia
no
se fundamenta en los sentimientos; sino que toma la determinación de manifestar
amabilidad aún cuando
parezca no haber recompensa. Nunca
aprenderás a amar hasta que
aprendas
a ser amable.
El desafío de hoy
Hoy también, además
de
no decirle nada negativo a tu
cónyuge, realiza al menos un gesto inesperado como acto de
amabilidad.
¿Qué descubriste hoy sobre el amor? ¿Qué hiciste, en concreto, en este
desafío? ¿Cómo
demostraste amabilidad?
Lo que es deseable en un hombre es su bondad (Proverbios 19:22).
No hay comentarios:
Publicar un comentario